Bloomberg — Estados Unidos y los países de América Latina y El Caribe están trabajando en un pacto que tiene como objetivo reducir y gestionar la migración indocumentada. El acuerdo será anunciado en la Cumbre de las Américas que tiene lugar este semana, en un momento en el que el gobierno de Joe Biden se enfrenta a un aumento de las llegadas a territorio estadounidense.
Los países están conversando sobre compromisos para proporcionar apoyo financiero a las naciones que lidian con la afluencia de migrantes, mejorar la cooperación en el control de los flujos y proporcionar puestos de trabajo legales, según un borrador de una declaración conjunta que está siendo revisado por los participantes y ha sido visto por Bloomberg News.
Aunque ha sido redactada por funcionarios estadounidenses, el documento es resultado de meses de trabajo para crear un consenso entre los países de la región e incorpora sus contribuciones, según personas familiarizadas con el plan, que pidieron no ser identificadas al no tener permiso para hablar públicamente.
El documento aún se está negociando y no está claro si todas las naciones que asisten a la cumbre lo firmarán, considerando que no todas se ven afectadas de la misma manera por la migración, dijeron las personas.
El compromiso pretende ser uno de los resultados de la Cumbre de las Américas y forma parte de un enfoque más amplio sobre cuestiones económicas, sanitarias y de seguridad alimentaria de la región que se debatirán en el evento, dijeron las personas.
Bloomberg News informó el mes pasado de que el gobierno de Biden está trabajando en un plan económico que abordará temas como el nearshoring y las vulnerabilidades de las cadenas de suministro puestas de manifiesto por la pandemia de Covid-19, buscando establecer un nuevo camino para la integración con la región.
Las oficinas de prensa de la Casa Blanca y del Departamento de Estado declinaron hacer comentarios.
La propuesta también incluye la mejora del acceso a servicios públicos y privados para los migrantes, los refugiados y los apátridas para promover su plena inclusión social y económica en las comunidades de acogida, según el documento.
La atención de la opinión pública en la previa al evento se ha centrado más en quiénes participarán que en el contenido real.
Mientras que se espera que los líderes de Argentina, Brasil, Canadá y Colombia, entre otros, asistan, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador había dicho que no planeaba hacerlo a menos que Estados Unidos invitara a todos los países de la región.
El gobierno de Biden decidió no incluir a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua por su preocupación por su falta de democracia y respeto a los derechos humanos en esos países. López Obrador está cumpliendo su amenaza de boicotear el evento, dijo el lunes en su conferencia de prensa diaria.
La cumbre se produce e un momento en el que las autoridades estadounidenses encontraron más de 230.000 inmigrantes indocumentados en su frontera de casi 3.000 kilómetros con México sólo en abril. Las llegadas en los últimos meses se han disparado hasta alcanzar el nivel más alto en dos décadas, según la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos.
La cooperación es fundamental, ya que muchos migrantes proceden de Sudamérica, Centroamérica y México o transitan por allí en su camino hacia Estados Unidos.
EE.UU. y México han estado negociando en los últimos días para tratar de asegurar la asistencia de López Obrador. En caso de que falte a la cumbre, el ministro de Asuntos Exteriores, Marcelo Ebrard, representaría a la nación.
Para hacer frente a los desafíos, los participantes en la cumbre convocarían a los bancos multilaterales de desarrollo, a las instituciones financieras internacionales y a los nuevos donantes para revisar las formas de apoyar a los países que acogen a los migrantes, según el documento.
Las naciones mejorarían los mecanismos de cooperación regional para la aplicación de la ley, el intercambio de información y la gestión de las fronteras, los regímenes de visados y los procesos de regularización, según el documento.
También se comprometerían a fortalecer y ampliar las vías de migración laboral temporal, un punto que ha sido defendido por López Obrador. Eso incluye el uso de nuevos programas que promuevan las conexiones entre empleadores y trabajadores migrantes.