Industrias creativas buscan posicionarse en Panamá

Genera ingresos para las pequeñas, medianas y grandes empresas y contribuye al mejoramiento de la calidad de vida de nacionales y extranjeros.

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Ciudad de Panamá — Las industrias creativas y culturales en Panamá representan el 3.1% del valor agregado bruto, según cifras oficiales, lo que las coloca en el décimo lugar en la generación de valor agregado del total de sectores económicos, excluyendo las actividades financieras y agrícolas.

La también llamada “economía naranja” se refiere al conjunto de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales, cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual”, de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Luis Rudas, presidente de la Asociación Panameña de Artistas Plásticos de Panamá, manifestó que los artistas están trabajando en pequeñas iniciativas y esperan que se dé un aporte contemplado en el nuevo Ministerio de Cultura.

En el nuevo esquema ministerial hay aportes para las actividades culturales, por lo que “tenemos esperanza de que esto camine en un corto plazo”, señaló el maestro de la plástica panameña.

El Ministerio de Cultura estableció en 2020 el programa “Crea en Panamá 2030″, un plan nacional de economía creativa para el desarrollo sostenible cuyo propósito es proteger y promover los emprendimientos, empresas y ecosistemas culturales y creativos del país.

Consiste en un sistema de gobernanza de políticas públicas, marcos regulatorios, alianzas estratégicas y oportunidades de financiación, que busca ampliar las oportunidades de los panameños y panameñas para que puedan vivir dignamente de su patrimonio natural, cultural, material e inmaterial y de la creatividad.

Panamá ratificó en 2006 la Convención para la protección y promoción de la diversidad de expresiones culturales de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), reforzando el compromiso de fortalecer sus industrias culturales y creativas y sus políticas culturales vinculadas con enfoque de desarrollo sostenible.

Rudas detalló que actualmente las actividades artísticas en el país han retornado a la presencialidad, con eventos abiertos con la participación del público que luego de la pandemia ha vuelto a consumir productos artísticos, sobre todo pinturas, esculturas y artesanías.

Previo a la pandemia, explicó que la compra de arte se manejaba generalmente a través de galerías, por lo que los artistas en su mayoría buscaban participar en eventos feriales populares para poder ofrecer sus productos creativos.

Para el galerista y artista Antonio Singh, quien se mantiene activo en la noroccidental provincia de Chiriquí, ubicada a 456 kilómetros de la ciudad de Panamá, mediante exposiciones de fotografía, pinturas, utilizando sobre todo los restaurantes como escenario, el apoyo gubernamental continúa siendo pobre.

A manera de ejemplo, dijo que en varias ocasiones los artistas de su región han solicitado a las autoridades el apoyo para gestionar exposiciones en las instalaciones de la Asamblea Nacional, en la ciudad capital, pero en medio de las promesas las iniciativas se han perdido.

“Nosotros sentimos que estamos como limitados. Por parte del Ministerio de Cultura no ha habido una estrategia clara de qué se va hacer, qué apoyo se va a dar. Siento que el Ministerio de Cultura se ha quedado corto en cuanto al desarrollo de la economía creativa”, afirmó Singh.

De acuerdo al estudio “Las industrias creativas y culturales en Panamá”, para fomentar una demanda artístico-cultural la Universidad de Panamá sugiere que se incorpore una estrecha alianza con el sistema educativo, ya que las escuelas, tanto primarias como secundarias, son el caldo de cultivo propicio para crear un público sensibilizado para la industria naranja.

Esto debe darse de manera permanente, toda vez que el efecto positivo que se genera de manera instantánea, generalmente, se diluye por lo esporádico con que se realizan estas actividades en la actualidad.

Por otra parte, se sugiere que se debe involucrar al sector del turismo, puesto que puede promover este tipo de ofertas en sus mercados que generen un público consumidor y un lucro razonable.

La diversidad cultural panameña, manifiesta el estudio del Ministerio de Economía y Finanzas, otorga un valor agregado a uno de los principales motores de desarrollo, como lo es el sector turístico; a través de muestras cinematografías, artesanías, patrimonios, festividades folklóricas y videos musicales, entre muchos otros.

Esto, agrega el documento, hace que los bienes muebles e inmuebles, las costumbres, el arte culinario y la vida cotidiana de los panameños se articulen de manera dinámica al desarrollo socioeconómico de comunidades rurales y urbanas, con la entrada de ingresos para pequeñas, medianas y grandes empresas y el mejoramiento de la calidad de vida de nacionales y extranjeros.