Bloomberg — Corea del Norte, bajo el mandato de Kim Jong Un, alcanzó un récord este fin de semana, en solo un año, al lanzar ocho misiles balísticos de corto alcance. El líder parece dispuesto a escalar más las tensiones con la primera prueba de un dispositivo nuclear desde 2017.
El ejército de Corea del Sur detectó los misiles entre las 9:08 y las 9:43 de la mañana desde una zona cercana al principal aeropuerto de Pyongyang hacia aguas de su costa oriental, según informó en un comunicado el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur.
El misil probablemente es el mayor desde que Kim Jong Un tomó posesión hace una década. Además, los lanzamientos de misiles en lo que va de 2022 superan el récord anterior de 24. Corea del Norte ha disparado desde entonces 31 misiles balísticos lo que va del año y estos incluyen al menos dos intentos fallidos.
“Mientras nuestros militares han reforzado la vigilancia y el control para prepararse para cualquier lanzamiento adicional, mantenemos una postura de plena disposición en estrecha cooperación con Estados Unidos”.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, calificó los lanzamientos de amenaza para la paz y dijo que fue informado de que los misiles habían aterrizado fuera de la zona económica exclusiva de su país. El Consejo de Seguridad Nacional de Corea del Sur se reunió para discutir las actividades de Corea del Norte.
El Ministerio de Defensa de Japón confirmó que al menos seis misiles fueron lanzados desde múltiples sitios. Estos alcanzaron una altitud máxima de entre 50 y 100 kilómetros y recorrieron entre 300 y 400 kilómetros, según el Ministerio, que añadió que al menos un misil tenía una trayectoria irregular.
La última prueba se produce después de que Corea del Sur y Estados Unidos realizaran un ejercicio naval conjunto en aguas internacionales frente a la prefectura insular japonesa de Okinawa. Yoon Suk Yeol, el nuevo presidente surcoreano, ha venido prometiendo una cooperación más estrecha en materia de seguridad con Biden y una intensificación de las maniobras militares conjuntas, que Pyongyang lleva años denunciando como el preludio de una invasión.
“Que (Kim Jong Un) haya guardado silencio después de esto habría sido una señal tácita de resignación”, dijo Soo Kim, un analista de políticas de la Rand Corp. que trabajó previamente en la Agencia Central de Inteligencia.
“Sin embargo, Kim Jong Un no ha realizado una prueba nuclear. Sabemos que está por venir, así que no es una cuestión si va a pasar, sino de cuándo”, dijo, añadiendo que Pyongyang estará observando cómo responden los presidentes Biden y Yoon a esta última racha de pruebas de misiles “como un barómetro de sus acciones ante una provocación aún más intensa.”
El Comando Indo-Pacífico de Estados Unidos dijo que está al tanto de los últimos lanzamientos, afirmando en un comunicado que “ponen de manifiesto el impacto desestabilizador del programa de armas ilícitas de la RPDC”, refiriéndose a Corea del Norte por su nombre oficial.
Fue el 25 de mayo cuando Corea del Norte disparó misiles por última vez, apenas unas horas después de que Joe Biden terminara su primer viaje a Corea del Sur y Japón. Fue una de las mayores provocaciones que coincidió con la visita de un presidente de Estados Unidos a la región y puso a prueba los esfuerzos de Biden por reforzar los lazos de defensa con los dos aliados estadounidenses.
Biden y los aliados de Estados Unidos podrían no tener mucha influencia para tratar de frenar las pruebas o aumentar las sanciones globales para castigar a Pyongyang por sus provocaciones. La presión estadounidense para aislar a Rusia por la guerra de Vladimir Putin en Ucrania, junto con la creciente animosidad hacia China, ha permitido al líder norcoreano a reforzar su disuasión nuclear sin temor a enfrentarse a más sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Es casi imposible que Rusia o China, que tienen poder de veto en el consejo, apoyen cualquier medida contra Corea del Norte, como hicieron en 2017 tras una serie de pruebas armamentísticas que llevaron al entonces presidente Donald Trump a advertir de ‘fuego y furia’. Ambos países vetaron a finales de mayo una resolución del consejo redactada por Estados Unidos para endurecer las sanciones a Corea del Norte por sus pruebas de misiles balísticos este año.
Corea del Norte también podría realizar pronto una prueba nuclear, según informaron funcionarios de los gobiernos de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón en una reunión celebrada la semana pasada. Las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas prohíben a Corea del Norte realizar pruebas de misiles balísticos y dispositivos nucleares.
Kim Jong Un también ha encontrado formas de eludir las sanciones mediante ciberdelitos y el robo de criptomonedas. Investigadores de Estados Unidos y de las Naciones Unidas han afirmado que su régimen ya ha ingresado cerca de 3.000 millones de dólares, o alrededor del 10% de su economía anual, a través de los ciberdelitos, y está dispuesto a recaudar aún más.
Corea del Sur dijo que la prueba del 25 de mayo incluyó un supuesto misil balístico intercontinental que alcanzó una altitud de unos 540 kilómetros y recorrió una distancia de unos 360 kilómetros. Los expertos en armamento dijeron que Corea del Norte también parecía haber lanzado un misil balístico de corto alcance con una ojiva maniobrable, así como otro cohete que falló poco después del despegue. El ICBM está diseñado para transportar una cabeza nuclear capaz de alcanzar el territorio continental estadounidense.
Con la colaboración de Stanley James
Esta historia fue traducida por Jimena Tolama