¿Será el Mundial de Catar neutro en carbono? Poco probable, dice un informe

Los anfitriones están confiando en que la compra de créditos aún después del torneo los ayudaría a llegar a su ojetivo. Carbon Market Watch duda que sea suficiente

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Bloomberg — Las aseveraciones de “neutralidad de carbono” por parte de los organizadores de la Copa Mundial de la FIFA 2022 en Catar son poco probables y engañarán a los jugadores, patrocinadores y aficionados haciéndoles creer que el evento tendrá un impacto neto insignificante en el clima de la Tierra, según un nuevo informe.

Los resposables de la organización subestiman la huella de carbono del evento. Además se apoyan en compensaciones de carbono que no pueden garantizarse para reducir las emisiones en otros lugares, según la organización sin ánimo de lucro Carbon Market Watch en un estudio publicado el martes.

Distintos eventos deportivos masivos han afirmado ser neutrales en cuanto a las emisiones de carbono basándose en la compra de créditos conocidos como compensaciones. Las compras pretenden compensar la contaminación del evento evitando las emisiones en otros lugares.

Los expertos afirman que, para que esto funcione, es necesario eliminar la mayor cantidad posible de gases de efecto invernadero que calientan el planeta, y las compras sólo deben se utilizadas para compensar el carbono que no puede reducirse adoptando medidas más ecológicas durante los juegos.

En noviembre y diciembre un total de 32 selecciones nacionales jugarán en el torneo en Catar, donde se espera que asistan hasta 1,5 millones de aficionados. Se calcula que el evento generará el equivalente a 3,6 millones de toneladas de dióxido de carbono, según Carbon Market Watch, que citó cifras de los organizadores. Incluye las emisiones directas e indirectas derivadas del alojamiento, la construcción de infraestructuras y los viajes.

Los organizadores afirman que se emitieron 438.000 toneladas de CO₂ durante la construcción de un estadio temporal que podrá desmantelarse por completo después del campeonato. Pero en cuanto a los otros seis estadios nuevos que se utilizarán después de la Copa del Mundo, sólo atribuyeron una fracción de las emisiones al torneo: unas 206.000 toneladas de CO₂. Según Carbon Market Watch, esta cantidad se asignó en base a la “cuota de uso”, es decir, dividiendo el número de días del torneo por la vida útil estimada de los estadios para llegar a la cuota de las emisiones totales.

“En vez de contabilizar la totalidad de las emisiones de la construcción, se fijan en los días en los que se utilizará el estadio, no en toda su vida útil”, dijo Gilles Dufrasne, responsable de políticas de Carbon Market Watch y autor principal del informe. “La huella al hacer eso se vuelve muy pequeña porque excluyen una gran parte de las emisiones”.

Mientras los anfitriones de la Copa del Mundo se empeñan en destacar su trabajo para garantizar que no haya edificaciones inútiles y costosas que mantener después del torneo, incluir todas las emisiones asociadas a la construcción de los estadios aumentaría la huella prevista del evento en 1,4 millones de toneladas de CO₂, según Carbon Market Watch. Es el equivalente a las emisiones de casi 180.000 hogares estadounidenses durante un año.

Los organizadores del mundial están adquiriendo créditos de compensación a través de una nueva norma supervisada por el Consejo Mundial del Carbono. Este programa mundial de compensación voluntaria, que inicialmente contaba con el apoyo del SC, funciona ahora como una organización independiente, dijo el comité en un comunicado.

En un principio, el SC acordó comprar 1,8 millones de toneladas métricas de compensaciones al GCC (por sus suglas en inglés, Consejo de Cooperación del Golfo), pero Carbon Market Watch ha puesto en duda que este objetivo se cumpla. El GCC sólo tiene una lista pública de dos proyectos de compensación aprobados: un parque eólico y una central hidroeléctrica, ambos con sede en Turquía. Sólo uno de ellos ha emitido créditos según el registro público, dijo Carbon Market Watch, lo que significaría que la oferta total actual de créditos del GCC es algo inferior a 150.000.

El SC dijo en un comunicado que la Copa del Mundo aún no ha comenzado y, por lo tanto, es “razonable que aún no se hayan adquirido todos los créditos de carbono”. Un portavoz del SC agregó que continuará comprando créditos después del torneo si su objetivo no se cumple de antemano y puede comprar compensaciones de otros programas reconocidos internacionalmente después del primer lote de 1,8 millones de toneladas del GCC.

No obstante, el informe de Carbon Market Watch plantea dudas sobre si las compensaciones de los proyectos de energías renovables añaden algún beneficio “adicional”. Dice que las energías limpias se han vuelto tan competitivas en cuanto a costos que este tipo de proyectos ya son económicamente viables, lo que significa que podrían llevarse a cabo con independencia de que puedan vender o no créditos de carbono. Esto significa que, en muchos casos, no se eliminan más emisiones de gases de efecto invernadero y que los créditos de carbono no hacen más que financiar proyectos que se construirían de todos modos.

Un análisis separado de la organización de investigación sin fines de lucro SourceMaterial, publicado junto con Carbon Market Watch y citado en su informe, determinó que es “muy poco probable” que el proyecto eólico turco sume a los esfuerzos.

El SC indicó que está apoyando otros tipos de proyectos de reducción de carbono como parte de su plan para compensar el impacto del torneo, incluyendo plantar de 679.000 arbustos y 16.000 árboles en el país. Las plantas se regarán con agua reciclada, según un comunicado y muchas especies son endémicas de la región y tolerantes a la sequía.

Los organizadores además han creado la mayor granja de césped del mundo, con una superficie de 425.000 metros cuadrados, equivalente a casi 80 campos de fútbol. Alegan que todas estas plantaciones ayudarán a absorber “miles de toneladas de carbono al año”, según el informe de Carbon Market Watch. Pero el informe pone en duda esta afirmación: para tener un beneficio climático real, el carbono tendría que permanecer almacenado durante al menos 200 o 300 años.

A diferencia de otros mundiales, este se celebrará en un área compacta: ningún estadio estará a más de 31 millas (50 kilómetros) de Doha. Los organizadores han afirmado que la eliminación de la necesidad de que los jugadores y los aficionados viajen largas distancias en avión entre los partidos minimizará las emisiones de carbono. También han promovido estadios energéticamente eficientes y un nuevo sistema de transporte público.

No obstante, los cálculos de Carbon Market Watch también se realizaron antes del anuncio de un servicio de transporte de 168 vuelos diarios que permitirá a los aficionados viajar desde otras cinco ciudades de la región para ver un partido sin tener que pernoctar en Qatar.

No tiene mucho sentido anunciar un evento como ecológico basándose en la proximidad de los estadios y luego invitar a los aficionados a buscar alojamiento lejos de esa ciudad y viajar en avión”, dijo Dufrasne. “Sería otro ejemplo de cómo los organizadores de la Copa del Mundo no acompañan sus palabras con hechos”.

Con la asistencia de Simone Foxman.

Este artículo fue traducido por Miriam Salazar