Bloomberg — La economía del Reino Unido de 2022 es apenas reconocible de la que recibió la Reina Isabel II hace 70 años.
La mantequilla, el tocino y la carne se racionaban en 1952, mientras la Segunda Guerra Mundial ensombrecía una economía que era apenas una quinta parte de la actual. El dinero se contaba en shillings (chelines), los hombres llevaban corbata incluso en sus días libres y los clientes de los pubs podían disfrutar de pintas de cerveza por sólo 6 pennies (peniques).
Hoy en día, los trajes y el dinero en efectivo son mucho menos familiares en los pubs británicos, mientras que el vino y la ginebra se han convertido en bebidas mucho más populares. Las casas que antes se podían comprar con un solo ingreso ahora requieren dos.
Pero algunos problemas de aquella época siguen siendo familiares. La inflación era del 11,2% cuando Isabel se convirtió en reina, a un paso del nivel que los economistas esperan ver este año.
A continuación se presentan gráficos que describen los enormes cambios que ha experimentado la economía británica desde la coronación en 1952.
El Reino Unido en su conjunto es más rico y saludable. La cohorte nacida en 1952 tuvo ingresos superiores al promedio de sus conciudadanos durante toda su vida, según el Instituto de Estudios Fiscales. A los 70 años, tanto hombres como mujeres pueden esperar vivir siete años más que hace siete décadas.
La economía, por su parte, ha sufrido varios auges y caídas. Las crisis del petróleo, las monetarias y las financieras, junto con la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (llamado Brexit) y la pandemia de Covid-19, han interrumpido los períodos de rápido crecimiento. La tendencia dominante ha sido la de la expansión.
Gran parte de ese crecimiento ha sido impulsado por el auge de los servicios, que han florecido a medida que el sector manufacturero retrocedía. Mientras que la desregulación big bang de la banca convirtió a Gran Bretaña en un centro financiero mundial, la parte de los trabajos realizados en las fábricas se ha desplomado a sólo el 7%, desde casi el 30% en 1952.
La transformación de Gran Bretaña es más evidente en el mercado de la vivienda. El precio promedio de la vivienda ha pasado de menos de $2.000 libras (el equivalente a unas 60.000 libras de hoy) a un récord de $270.000 libras, según Nationwide Building Society.
Esto significa que la vivienda ha superado con creces la inflación y el crecimiento de los ingresos, y en algunos años ha generado más riqueza para los propietarios que la que han obtenido del empleo. Estos aumentos han puesto a prueba las finanzas de las personas que compran propiedades. Muchas familias necesitan ahora dos ingresos para acceder a la vivienda, mientras que en 1952 era principalmente el salario de los hombres el que lo proporcionaba.
La propiedad de la vivienda aumentó en la segunda mitad del siglo pasado. El cambio se aceleró bajo el mandato de Margaret Thatcher, que promovió su visión de una “democracia inmobiliaria” alentando a los inquilinos de los ayuntamientos a comprar sus viviendas en la década de 1980.
Sin embargo, la tendencia se ha invertido en los últimos 20 años debido al fuerte aumento de los precios de la vivienda.
El auge de los precios de la vivienda en la última década se vio sobrealimentado por tasas de interés mínimas. Desde su fundación en 1694, la tasa de interés de referencia del Banco de Inglaterra (BOE por sus siglas en inglés) nunca estuvo por debajo del 2% hasta 2009.
Entonces llegó la crisis financiera, seguida de un periodo de crecimiento lento y de la pandemia de Covid-19. El Banco de Inglaterra respondió llevando las tasas de interés casi a cero y comprando bonos para reducir las tasas del mercado. Ahora que la inflación ha alcanzado el máximo de los últimos 40 años, esa época se está deteniendo.
A lo largo de estos 70 años, la inflación se ha situado en una media ligeramente inferior al 5%, con lo que los precios se han multiplicado casi por 24 en todo el periodo.
El Reino Unido ya no es la fuerza comercial que era. En 1960, representaba casi el 9% de las exportaciones mundiales de mercancías. Ahora su cuota es de poco más del 2%.
El declive se produjo a medida que las manufacturas se trasladaron a economías de menor costo, como China. Al Brexit le siguió otro periodo de debilidad, ya que las exportaciones se recuperaron de la pandemia con menos fuerza que en los países vecinos.
Este artículo fue traducido por Andrea González