Montevideo — El nuevo aumento de los combustibles en Uruguay, el quinto en lo que va del año, dejó el precio de la nafta súper 95 en $80,88 por litro, con un incremento de 1,88% frente a la tarifa de $79,38 que rigió en mayo.
El incremento mensual de precios desde febrero, que el Poder Ejecutivo defiende bajo el argumento que le da más flexibilidad y además son aplicados por debajo del precio de referencia internacional, llevó en el acumulado a una variación de $367 en lo que costaba llenar un tanque de 35 litros a inicios de año y el precio a pagar ahora.
Al tomar como referencia un tanque de 35 litros, un usuario debe pagar desde junio $2.831 para completarlo (US$70,7 al tipo de cambio actual de $40,009), cuando en enero ponía la misma cantidad de combustible por $2.464 (US$59,9 al tipo de cambio de cierre de enero de $41,15), con una tarifa de $70,41 por litro que estaba vigente desde setiembre. La variación entre el primer mes del año y el valor actual es del orden del 14,7%.
En el comunicado del martes donde anunció los aumentos, el gobierno destacó que la cotización del petróleo Brent aumentó 51% en lo que va del año, al pasar de US$ 74 por barril en el promedio de diciembre a US$112 en el promedio de mayo.
El gobierno definió aplicar desde mediados del año pasado un mecanismo de fijación de precios que sigue como referencia el precio de paridad de importación (PPI), un valor teórico de los productos terminados en el mercado local. Pero en los hechos nunca aplicó a rajatabla la norma, y en todos los casos resolvió fijar tarifas por debajo de la referencia.
En el caso del último aumento, el Ministerio de Industria difundió el viernes 27 de mayo una proyección de los precios en el surtidor, que incluyen el PPI ex planta pero también le agrega fletes y otros costos de distribución. Según esos cálculos, el aumento por litro para las naftas debería ser de $6,41 hasta $85,79 para eliminar el desfasaje.
En mayo el litro de nafta súper tuvo un valor en surtidor de $79,38 por litro, lo que implicó un aumento de $1,5 en relación a abril. Según un comunicado oficial, ese combustible debía aumentar $3 en función de la proyección del PPI. En abril el aumento de la nafta fue de $3 hasta $77,88, cuando a partir del precio de referencia se estimó un incremento de $7,5.
Hasta mayo las cuentas públicas resignaron unos US$60 millones por ajustar los combustibles debajo de la paridad de importación. En el desagregado, el impacto en la caja del Estado fue de US$2 millones en febrero, de US$10 millones en marzo, de US$29 millones en abril y de US$19 millones en mayo, según datos presentados por el Ministerio de Economía y Finanzas en el Parlamento.
Las cuentas de ANCAP y el costo político
La suba de los combustibles abrió nuevas críticas al gobierno por parte de la oposición del Frente Amplio, mientras en el oficialismo asumen que, sin dejar de mirar las cuentas de ANCAP, las tarifas de nafta y gasoil tampoco pueden tener un salto tan brusco hacia los precios de referencia por implicar un mayor costo político.
En una conferencia de prensa que brindó este miércoles, el ministro uruguayo de Industria, Omar Paganini, dijo que el 2022 “no va a ser un buen año para ANCAP”, ya que no recuperará “todos los costos”, aunque defendió la resolución del Poder Ejecutivo de mitigar los aumentos “lo más que se puede en la medida que las finanzas de ANCAP lo permitan”. Desde su punto de vista, el aumento mensual es la forma “más responsable de llevarlo”.
Paganini insistió con que el gobierno asumió ajustes debajo del precio de referencia, y cuestionó a la anterior administración por mantener los precios por encima del PPI.
El presidente de ANCAP, Alejandro Stipanicic, se refirió al asunto en declaraciones publicadas este jueves por el semanario Búsqueda. “Para los dos meses a la vista no tenemos sobresaltos, la salud financiera, el resultado económico y las proyecciones de caja están con todas las palancas tranquilas, pero no es algo sostenible en el largo plazo”, afirmó.
El titular de la compañía también habló este miércoles sobre “la espalda de ANCAP” durante una rueda de prensa en el departamento de Tacuarembó. Entre los elementos a considerar señaló a la caja, la capacidad de solicitar financiamiento, y el margen que entrega la refinería. Según afirmó, este último punto “excepcionalmente está alto”.
“La demanda de los combustibles es mayor que la demanda de crudo. Entonces los combustibles están más caros que el crudo y por lo tanto quienes tienen refinerías están haciendo una ganancia que no es usual”, explicó Stipanicic según declaraciones recogidas por Canal 5.
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