Bloomberg — El brasileño Luiz Inácio Lula da Silva planea impulsar el crecimiento con una campaña contra el hambre y un programa de inversiones dirigido por el gobierno si es elegido presidente, todo ello sin poner en peligro las cuentas fiscales, según uno de sus asesores más cercanos.
Alexandre Padilha, uno de los muchos representantes de Lula en las conversaciones con los mercados financieros de cara a las elecciones de octubre, afirma que los inversores no deben preocuparse de que el líder izquierdista gaste más de la cuenta si vuelve para un tercer mandato. La llamada regla del límite que pone tope al gasto público, duramente criticada por el expresidente, acabaría siendo sustituida por otra ancla fiscal.
“No somos un gobierno derrochador”, dijo Padilha, que fue ministro de Relaciones Institucionales con Lula, en una entrevista por vídeo el miércoles. “La responsabilidad fiscal siempre fue un sello de la administración de ocho años de Lula”.
Padilha ha participado en varias reuniones con inversores locales y extranjeros para presentar las líneas maestras de un programa económico que se queda corto en detalles porque aún no se han decidido. Él intenta calmar la ansiedad de los inversores asegurando que Lula está abierto a discutir su programa con todos los actores económicos en su afán por armar una amplia coalición contra el actual presidente Jair Bolsonaro.
“La conversación con los mercados ya ha comenzado y no se detendrá”, dijo. Es probable que Lula intensifique las conversaciones con los inversores en agosto, cuando comience oficialmente la campaña según la ley electoral.
Los líderes empresariales también deben estar dispuestos a hablar con Lula, según Padilha, quien agregó que muchos tienen miedo de hacerlo públicamente “ya que temen la persecución de Bolsonaro.”
Lula dijo el martes que hablará directamente con los inversores cuando lo considere oportuno, y rechazó la idea de elevar a uno de sus economistas al papel de portavoz.
Sin embargo, Padilha no es un economista. Es un médico de 50 años que ha desarrollado una carrera política en el Partido de los Trabajadores, más recientemente como diputado en la Cámara Baja, y que se convirtió en un estrecho colaborador del ex presidente debido a su capacidad para tender puentes mientras estaba en el gabinete de Lula.
Cuando se le preguntó si aceptaría un puesto en un posible nuevo gobierno de Lula, Padilha se limitó a reír y dijo que está trabajando para ser reelegido para otro mandato en la Cámara Baja.
Este artículo fue traducido por Andrea González