San José — En diciembre del 2020 la emblemática discoteca Vértigo tomó la decisión de cerrar sus puertas después de 17 años de ser un club referente en el país. Desde su anuncio oficial en redes sociales le pidió a sus clientes que esperaran pacientemente su posible regreso.
En marzo de este 2022 anunciaron finalmente su retorno para el tercer trimestre del año, esta vez con una noticia adicional: el club tendrá un nuevo sistema para la monetización de sus actividades la cual estará basada en tokens no fungibles (NFT, por sus siglas en inglés).
Los NFT son activos digitales que representan objetos reales o virtuales. No obstante, no está solamente limitado al arte como inicialmente se creía, esta tecnología tiene múltiples aplicaciones.
En el caso del Club Vértigo, la incorporación de NFTs dentro de su reapertura (después de casi dos años cerrados) responde a la necesidad de adelantarse en tendencias mundiales clubes nocturnos.
Sam Zahedi, uno de los socios de Vértigo aseguró que esta iniciativa pretende replicar el concepto del exclusividad y beneficios que tienen clubes como Amnesia en Ibiza, pero tropicalizado a las necesidades y talento costarricense.
“Esto es un concepto innovador que le permite a los usuarios tener acceso a ciertos privilegios, como entradas, descuentos, mercancía de los artistas, entre otros”, aseguró Zahedi.
Los NFT de Vértigo están emitidos sobre la cadena de bloques de Ethereum (XET), la más popular en la actualidad en este tipo de tecnología.
¿Cómo funciona?
Este podría ser el inicio de una nueva tendencia en clubes nocturnos de Costa Rica, pero Zahedi advierte que en el caso de Vértigo, al ser uno de los referentes de música electrónica en el país, es aún más relevante.
Los artistas que participen y sean parte de la comunidad de NFT del club podrán tener acceso a ganancias adicionales para creadores con el fin de impulsar aún más su carrera, podrán compartir ediciones especiales de su arte, entre otros beneficios.
En el caso de los usuarios o clientes, estos tendrán más beneficios especiales como entradas ilimitadas, acceso a eventos especiales, joyería, mercancías de artistas, entre otros.
El movimiento de reapertura del club con NFT ha funcionado para que se unan varios emprendedores y a la vez se promueva su arte de una manera diferente como lo es el caso de la joyería Veragua, que tendrá participación a través de ediciones limitadas de sus piezas.
Para comenzar el club lanzará cuatro NFT, el de la fiesta de lanzamiento, el acceso general, el VIP y uno denominado amor que incluye acceso a backstage. Los precios van de los $30 en adelante.
Zahedi comenta que por el momento no es tan tangible debido a que el club abrirá hasta el tercer trimestre del 2022, pero hay muchas personas interesadas que inclusive ya están adquiriendo estos NFT.
Uno de los principales retos que han enfrentado los socios productores de este movimiento, es el desconocimiento sobre el uso de la tecnología, la adquisición del NFT y sus funciones. Debido a esto parte del proceso de reapertura implicó la elaboración de manuales y video tutoriales que se comparten a través de un grupo de Discord que tiene a cargo el equipo de Vertigo.
“Hay cierto conocimiento pero cuesta que las personas entiendan cómo funciona, actualmente es menos tangible pero conforme las personas van entendiendo cómo funciona y qué beneficios tiene más usuarios se van uniendo”, destacó Zahedi.
Legislación costarricense
En Costa Rica el uso de criptoactivos no es regulado pero sí es ‘tolerado’, así lo especificó el expresidente del Banco Central de Costa Rica, Rodrigo Cubero.
“Tolerancia vigilante” definió el proceso que lleva Costa Rica hacia la regulación de criptoactivos en el país. El actual presidente del BCCR, Roger Madrigal aseguró se mantendrá en la misma línea pero analiza la posibilidad de eventualmente regular la actividad.
El país actualmente carece de legislación que admita alguna criptomoneda como de curso legal, ni tampoco una norma que regule el movimiento, inversión o existencia de estos activos.
Esto pone a sus usuarios en una especie de área gris, pues las actividades no son prohibidas, pero tampoco tienen un respaldo en el marco legal que les brinde una serie de normas o guías sobre dónde y cómo actuar.
Los NFTs no son criptomonedas, pero utilizan la misma tecnología de bloques para su funcionamiento e inclusive requieren la inversión de criptoactivos para adquirir un producto específico.
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