Bloomberg — Según el vicecanciller alemán, la economía rusa ha sufrido un duro golpe por las sanciones internacionales impuestas tras su invasión de Ucrania, y ese deterioro será cada vez más evidente a medida que pase el tiempo.
En un discurso ante el Parlamento, Robert Habeck describió los ingresos que recibe Rusia de materias primas como el petróleo y el gas como “dolorosos”. Pero, dijo, esto no refleja con exactitud la presión a la que está sometido el Presidente Vladimir Putin porque el país “apenas puede gastar nada” de lo que entra en sus arcas.
También dijo que la escasez de actualizaciones de seguridad del software para los aviones hará que éstos se queden en tierra, mientras que la falta de equipos de alta tecnología “hará que se arruinen los procesos de producción”.
“No podrá seguir así por mucho más tiempo”, dijo el vicecanciller Habeck a los legisladores en el Bundestag de Berlín. “El tiempo no está a favor de Rusia, está en su contra, está funcionando en contra de la economía rusa”.
Pese a que Alemania y otros países están buscando suspender o elimina gradualmente las importaciones rusas de energía, los ingresos de Moscú por petróleo y gas serán de unos US$285.000 millones este año, lo que supone un aumento de más de 20% en comparación con 2021, según estimaciones de Bloomberg Economics basadas en las proyecciones del Ministerio de Economía. Incluyendo otras materias primas, compensa con creces los US$300.000 millones de reservas extranjeras congeladas por las sanciones.
A medida que la invasión continúa en su cuarto mes, hay pocos indicios de que las sanciones estén obligando a Putin a abandonar su campaña militar.
“No hacemos esto por diversión”, dijo Habeck a los legisladores. “Lo estamos haciendo para perjudicar la economía de Putin y para que nuestra política económica contribuya a poner fin a esta guerra en algún momento. Buscamos cortar la economía rusa de raíz”.