San Salvador — Por tercera vez en el año, una calificadora de riesgo advierte sobre los peligros de la deuda soberana salvadoreña. S&P Global Ratings (Standard & Poor’s) degradó a El Salvador a CCC+, según Bloomberg. Lo hizo este 1 de junio, día en que el presidente Nayib Bukele cumple su tercer año como presidente del país.
La última vez que S&P Global revisó la situación crediticia salvadoreña se remonta a octubre de 2021. En esa oportunidad, la dejó en B-. La agencia dejó la perspectiva negativa del país, lo que significa la posibilidad de una en tres para que la calificación sufra otra degradación en los próximos 6 a 18 meses.
La historia podría ser distinta si la nación logra solventar la brecha de financiamiento. “El gobierno podría aprovechar fuentes alternativas de liquidez para cumplir con los pagos del servicio de la deuda durante los próximos 12 meses”, planteó el informe de S&P, firmado por Patricio Vimberg, director asociado de S&P.
“Sin embargo, los retrasos en la obtención de más financiamiento, así como en la adopción de medidas fiscales correctivas para reducir los déficits, podrían dañar la confianza de los inversionistas y dificultar que el Gobierno continúe cubriendo su brecha de financiamiento”, analizó.
El reajuste del miércoles envía un mensaje negativo a los inversores en un momento inconveniente para el país, cuyos bonos soberanos atraviesan una situación crítica. El 1 de junio de 2021, los títulos de El Salvador se cotizaban entre US$0,95 y US$1,09; ahora, los tenedores se deshacen de ellos por menos de US$0,40.
El spread que paga la deuda salvadoreña contra la de bonos estadounidenses, recogido en el Índice EMBI, de JP Morgan, también se disparó, desde 5,78% el 1 de junio de 2021 a los 23,36% al 27 de mayo de 2022, incluso por encima de la deuda de Argentina, que es de 19,16%.
Aumenta el riesgo de impago
Las agencias calificadoras de riesgo han venido recortando la nota de El Salvador por el creciente riesgo de impago y S&P Global permanecía como el único bastión que no la había revisado en 2022. Fitch colocó en febrero la deuda del gobierno salvadoreño en CCC en febrero, y Moody’s, en Caa3, en mayo, ambos con perspectivas negativas.
Esto piensan las calificadoras de riesgo sobre El Salvador.
Fitch Ratings: CCC
Fitch Ratings bajó la calificación de riesgo de largo plazo de El Salvador a CCC, es decir, riesgo crediticio sustancial, desde su anterior nivel de B-, el 9 de febrero de este año.
La agencia con sede en Nueva York planteó que hay incertidumbre sobre la implementación de políticas y sobre la adopción de bitcoin (XBT) como moneda de curso legal. Estas variables dificultan el panorama de financiamiento para el país.
La nota de CCC con perspectiva negativa refleja la dependencia de la deuda a corto plazo y un pago pendiente de eurobonos por US$800 millones que vencen en enero de 2023, un déficit fiscal alto y las dificultades para la captación de recursos financieros tanto por los inversores privados internacionales como por los organismos multilaterales, debido a un divorcio con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“En opinión de Fitch, el debilitamiento de las instituciones y la concentración de poder en la presidencia han aumentado la imprevisibilidad de las políticas, y la adopción de bitcoin como moneda de curso legal ha agregado incertidumbre sobre el potencial de un programa del FMI que desbloquearía el financiamiento para 2022-2023″, declaró Fitch Ratings en el reporte.
Moody’s: Caa3
Moody’s reconsideró la calidad de emisor de deuda de El Salvador a Caa3, desde su anterior nivel de Caa1, el 4 de mayo. Uno de los principales motivos para la rebaja es “la falta de un plan de financiación creíble”.
El Salvador tiene acceso restringido a los mercados y, aún cuando logre honrar el pago de US$800 millones en bonos en 2023, “el soberano continuará enfrentando presiones de financiación que comprometerían su capacidad de servir sus compromisos de deuda en su totalidad”.
El análisis contrasta con el mensaje de calma que el gobierno intenta transmitir a los inversores, sobre que el riesgo de impago es “prácticamento cero”, como lo ha señalado Alejandro Zelaya, ministro de Hacienda.
“La perspectiva negativa de la calificación Caa3 refleja la opinión de Moody’s de que, en caso de impago, las pérdidas para los inversores podrían exceder las típicas asociadas a una calificación Caa3″, agregó la firma.
--Esta nota ha sido actualizada para incorporar el análisis de S&P, el 2 de junio de 2022
Además puede leer: