Santiago — La informalidad laboral en Chile alcanzó un 27,2% en el trimestre móvil de febrero-abril, creciendo un punto porcentual (pp.) en doce meses, según datos entregados ayer por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Las personas ocupadas informales aumentaron 13%, incididas tanto por las mujeres (18,2%) como por los hombres (9,3%) y por las personas trabajadoras por cuenta propia (11,9%) y asalariadas privadas (14,7%) entre febrero y abril. Además, luego de tres trimestres móviles, se crearon 2 mil empleos informales.
Para analistas consultados por Bloomberg Línea no es extraño esta leve alza, ya que estaría respondiendo a factores de oferta. “En términos de niveles, el empleo informal ha estado básicamente plano, situándose en 2,4 millones desde noviembre del año pasado, mientras que el nivel de empleos formales ha aumentado en 290 mil puestos desde aquel mes, en parte respondiendo a los incentivos de IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) Laboral y a la recuperación general de la economía”, comenta Vittorio Peretti, economista del banco Itaú, a este medio.
Pese a que Chile, junto a Uruguay, tiene una de las menores tasas de ocupación informal en Latinoamérica y sigue por debajo de los niveles previos a la pandemia –el promedio en 2018 y 2019 estaba en 28,4%–, en los próximos meses pudiera elevarse. Sandra Quijada, directora del INE, explicó en una entrevista a TVN que existen sectores de la economía que todavía no recuperan el empleo informal como, por ejemplo, el alojamiento, servicio de comidas y hasta en comercio.
LA INFLUENCIA DE UNA ECONOMÍA DETERIORADA
El desempleo se ubicó en un 7,7% en el trimestre móvil febrero-abril, lo que significó una baja de 2,5 puntos porcentuales en un año. Según el INE, el aumento de la tasa de ocupación estuvo incidido por personas asalariadas formales (8%), los trabajadores por cuenta propia (9,6%) y los asalariados informales (15%).
En medio de la recuperación de puestos laborales que ya alcanza un 92% de los perdidos en pandemia, existe un factor que causa inquietud. La economía comienza a mostrar signos de debilitamiento, tal como lo evidenció el Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre de 2022 que experimentó un expansión interanual de 7,2%, sorprendiendo al mercado que esperaba una cifra mayor.
Frente al escenario actual, el Ministerio de Hacienda ajustó a la baja su estimación de crecimiento para este año a 1,5%, mientras que el Banco Central deslizó una eventual recesión para 2023.
Peretti cree que, a medida que la economía se desacelera, junto con la ausencia de transferencia de efectivo “significativas” por parte del Estado, es probable que aumente la tasa de informalidad en los próximos meses. Una mirada parecida tiene Martina Ogaz, analista de Euroamerica, quien considera que el proceso de ralentización de la economía, que debería registrar una contracción de la actividad durante el tercer y el cuarto trimestre, posiblemente contribuirá “al deterioro tanto de la calidad como la contratación de personas”, incentivando la informalidad del empleo.
Sumado a esto, la informalidad del trabajo pudiera incrementarse en los siguientes trimestres, sobre todo, impulsada por la estacionalidad durante esta parte del año, en la cual disminuye la demanda de empleo en los meses de invierno en Chile.
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