Bloomberg — El precio del petróleo se encamina hacia hilvanar la mayor racha de subidas mensuales en más de 10 años. Entre los motivos que explican los recientes saltos se incluye la decisión de los líderes de la Unión Europea de avanzar con una prohibición parcial de importaciones de crudo procedentes de Rusia. También el hecho de que China relajara aún más las restricciones impuestas por los brotes de Covid-19, lo que favorece la demanda.
El Brent, de referencia superaba los US$123 dólares y tocaba un máximo de dos meses. Las nuevas sanciones de la UE prohibirán la compra de petróleo de Rusia suministrado por mar. La medida incluye una exención temporal para los oleoductos, dijo el Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. El paquete también propone una prohibición de los seguros relacionados con el envío de petróleo a terceros países.
El precio del petróleo se ha disparado este año, a medida que la invasión rusa y sus consecuencias restringen el suministro mundial en un momento de aumento de la demanda, agotando las reservas e impulsando los precios del producto a máximos históricos.
El Brent y el WTI, de referencia en EE.UU., están en camino a culminar el mes con subidas por sexta vez consecutiva. Esto ocurre también cuando los automovilistas estadounidenses inician la ajetreada temporada de conducción durante el verano boreal y cuando autoridades chinas relajan las restricciones que habían reducido sustancialmente el consumo de energía en el país.
La decisión de la UE se acordó durante una cumbre de líderes en Bruselas, después de que los miembros aceptaran las objeciones de Hungría, que había bloqueado el embargo porque quería asegurarse de que no se interrumpiría su suministro de energía. El país seguirá recibiendo petróleo ruso por oleoducto.
La subida del petróleo ha contribuido a estimular una inflación que muestra su ritmo más rápido en décadas. Esto ha llevado a los bancos centrales, entre ellos la Reserva Federal de EE.UU., a endurecer su política monetaria.
En China, hay nuevos indicios de que los confinamientos están comenzando a relajarse, lo que impulsa la movilidad y el consumo de energía. Shanghái dejará que los habitantes de las zonas consideradas de bajo riesgo salgan de los complejos de viviendas, mientras la ciudad, un centro clave, se mueve para desmantelar las últimas restricciones que confinaron a la mayoría de sus 25 millones de residentes en sus hogares durante dos meses.