Buenos Aires — En Argentina, la inflación golpea hace años al bolsillo de la población, que, ante la pérdida de poder adquisitivo, afronta mayores dificultades para acceder tanto a los productos de la canasta básica, indumentaria como a otros artículos de consumo masivo. Lógicamente, esa situación también deja a los ahorristas con cada vez menos pesos para comprar dólares, la tradicional moneda de resguardo de los argentinos frente a la volatilidad local.
Del otro lado, en medio de un escenario económico con dispersiones y una brecha cambiaria pronunciada, para quienes ganan sus salarios en la divisa norteamericana y para aquellos que llegan al país con dólares, consumir en pesos es una opción insólitamente económica.
Con un Salario Mínimo, Vital y Móvil que pasará en junio a $45.540 mensuales (o US$220 al tipo de cambio blue), para los argentinos ahorrar y acceder a ciertos bienes y servicios es un desafío cada vez más complicado para la mayoría de los que viven en el país. Con una inflación que no bajó del 6% en abril, los salarios quedan rápidamente desactualizados, teniendo en cuenta que se habitualmente se ajustan entre una y dos veces por año.
El café al paso, un lujo para los argentinos
Tomar o llevar un café con leche en la Ciudad de Buenos Aires se volvió casi un lujo para los residentes de la capital argentina.
Por ejemplo, en una de las cadenas más famosas del territorio porteño, llega a costar $560, un precio que puede escalar por encima de los $600, si se elige sumarle dulce de leche o crema. Sin embargo, para alguien que llega a la ciudad con dólares y los cambia en el mercado informal, se reduce a US$2,70.
Una cerveza, por favor
Tomar una cerveza con amigos o en familia es una costumbre argentina cada vez más costosa para quienes cobran su salario en pesos.
En la ciudad de Buenos Aires un vaso de cerveza 473 mililitros cuesta alrededor de $400, pero para un extranjero que viene de vacaciones, el costo es de tan sólo US$1,93, al dólar blue de este lunes, 30 de mayo.
La milanesa, un clásico argentino
La carne es una tradición en la Argentina, pero en el último período registró incrementos por encima de lo esperado por el Gobierno, que con la puesta en marcha de diferentes programas y controles de precios, intentó moderar el alza.
En ese contexto, por ejemplo, comprar una milanesa elaborada en un restaurante se ubica en torno a los $950 en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que, si se toma el precio promedio del dólar blue, para un extranjero cuesta tan sólo US$4,5.
Un corte de pelo, por menos de US$10
El servicio de peluquería también se volvió una opción costosa para los argentinos. De hecho, según la última medición del INDEC, el rubro de “bienes y servicios varios” trepó 5,3% durante abril. En la actualidad, aquellos que quieran un corte de puntas de pelo deberán desembolsar entre $800 y $1.500.
Para una persona que cuenta con dólares y decide hacer el cambio al blue pagará US$7,24 en la opción más cara.
En caso de conseguir un local con el corte más económico, el precio es todavía menor al dólar blue, ya que sería de solamente US$3,86.
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