Bloomberg — El optimismo de que este sería un año excepcional para el mercado de autos eléctricos más grande del mundo está comenzando a decaer. Después de todo, ¿Quién quiere gastar mucho dinero en un vehículo ahora mismo en China?
El agotador confinamiento de dos meses de Shanghái y las restricciones en ciudades desde Pekín hasta Tianjin han tenido un efecto nocivo en la confianza del consumidor y han dejado la economía tambaleándose. De hecho, no se compró un solo automóvil en Shanghái en abril, lo que no sorprende dado que nadie podía salir de sus hogares y los concesionarios estaban cerrados.
A principios de año, la Asociación China de Automóviles preveía que se venderían 5,5 millones de vehículos eléctricos este año, frente a los 3,3 millones del año pasado. Esta previsión podría verse amenazada. Aunque la demanda se recupere rápidamente, los fabricantes de automóviles tienen dificultades para operar a plena capacidad debido a las restricciones de mano de obra y a las limitaciones de la cadena de suministro por el Covid-19.
Solo hay que mirar las cifras de ventas recientes de empresas como Xpeng (XPEV)y Li Auto (2015) para ver cuan fuerte ha sido el golpe sobre la industria automotriz. Las entregas de Xpeng cayeron un 42% en abril desde marzo a poco más de 9.000. Li Auto envió solo 4.167 vehículos en abril y, a principios de este mes, dijo que prevé entregas de 21.000 a 24.000 vehículos en el segundo trimestre, muy por debajo de las expectativas de los analistas, de 29.750.
Incluso Tesla (TSLA) no ha escapado, ya que envió solo 1.512 vehículos desde su planta de Shanghái en abril, cuando estuvo cerrada durante tres semanas. La producción ahora se ha reanudado, con el pionero de los vehículos eléctricos haciendo todo lo posible para volver a la capacidad de alrededor de 2.100 automóviles por día.
La flexibilización del confinamiento de Shanghái y las medidas anunciadas recientemente por el gobierno central para reactivar la economía y reactivar las ventas de automóviles tampoco podrían ser de mucha ayuda para los fabricantes de vehículos eléctricos.
Un recorte de impuestos de 60.000 millones de yuanes (US$9.000 millones) en las ventas de automóviles nuevos ayudará principalmente a los automóviles que funcionan con combustibles fósiles, según Fitch Ratings, dado que los vehículos eléctricos actualmente están exentos del impuesto de compra del 10% (un subsidio que expirará en finales de este año). Ese límite de fin de año para los subsidios a los vehículos eléctricos es un recordatorio oportuno de cuánto más caros podrían ser los automóviles a batería sin más apoyo del gobierno, especialmente dada la reciente presión sobre los precios de las baterías.
Sin embargo, no todo son malas noticias en el frente de los subsidios, ya que los gobiernos regionales colaboran para ayudar a los fabricantes de vehículos eléctricos. Shandong está otorgando subsidios para vehículos eléctricos y de combustibles fósiles, mientras que Shenzhen y Guangzhou están ofreciendo subsidios de 10.000 yuanes (US$1.500) para vehículos eléctricos y ampliando las cuotas de matrículas para automóviles de gasolina y diésel. Durante el fin de semana, Shanghái aumentó la cuota de propiedad de automóviles este año en 40.000 yuames (US$6.000) y ofreció subsidios a los compradores de vehículos eléctricos.
Aun así, el analista de automóviles de Fitch en China, Jing Yang, dice que el pronóstico de la empresa de un crecimiento del 50% en las entregas de vehículos eléctricos este año puede tener que ser “revisado” una vez que el efecto de todos los movimientos del gobierno sea más claro. “La demanda podría verse afectada negativamente por una menor relación calidad-precio en comparación con los automóviles con motor de combustión interna después de los subsidios y las nuevas desgravaciones fiscales, en particular en medio del aumento de los costos de las baterías”, dijo Yang.
El economista independiente Hao Hong dice que las ventas anuales de vehículos ya son altas y que la propiedad de automóviles entre aquellos que pueden pagar uno está alcanzando “rápidamente” el punto de saturación.
“A menos que desaparezca la dura gestión del confinamiento, será difícil que se normalicen las ventas de automóviles”, dijo Hong. “La gente no gasta cuando está desanimada. Las ventas de cero automóviles en Shanghái en abril son el epítome de la destrucción causada por el confinamiento”.
Este artículo fue traducido por Miriam Salazar