Bogotá — Considerados como los candidatos antisistema, Gustavo Petro y Rodolfo Hernández llegaron a la segunda vuelta y definirán quién será el próximo presidente de Colombia el próximo 19 de junio.
En la recta final de las elecciones, Petro, de Colombia Humana, y Rodolfo Hernández, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, mantuvieron una tensa relación que se manifestó en las redes sociales, ya que el exalcalde de Bucaramanga se ha ausentado de los últimos debates.
En el tramo final de su campaña, Petro llegó a decir que Rodolfo Hernández es “millonario porque es corrupto” y lo asoció como el candidato del uribismo, ya que el expresidente Álvaro Uribe respaldó su candidatura para convertirse en alcalde de Bucaramanga entre 2016 y 2019 (renunció a su cargo antes de completar el período).
Luego de estas declaraciones, Rodolfo Hernández escribió en sus redes sociales: “Después de buscarme para una alianza, Petro empieza a atacarme cuando las encuestas muestran que soy el único que le puede ganar en segunda vuelta. Miren por donde pela el cobre. ¿Ya no le sirvo, doctor Petro?”.
Petro ya había aclarado en el pasado que no había invitado a Rodolfo Hernández al Pacto Histórico, sino que supuestamente lo había llamado a hacer propuestas.
La profesora de la Escuela Superior de Administración Pública, Angélica Bernal, consideró en entrevista con Bloomberg Línea que los proyectos de ambos políticos son muy distantes, dado que Hernández se presenta como antisistema y antipartido.
Un político que “busca posicionarse como un líder carismático con poco contenido o comprensión de temas estratégicos como el acuerdo de paz, la crisis económica o ambiental”, dijo la experta. “Es una derecha que se presenta como cambio, pero en realidad no tiene propuestas de país ni sabe cómo lidiar con el liderazgo de Estado. Son gobiernos que rápidamente pierden legitimidad”, apuntó.
En la misma vía el profesor asociado de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (UNAL), Diego Guevara, consideró preocupante la ausencia de asesores económicos en el equipo de Rodolfo Hernández y comentó que “no hay proyecto realmente”.
Rodolfo Hernández, considerado un fenómeno electoral, se ha soportado en las redes sociales y en un discurso de mano dura contra la corrupción, pero a pesar de esto ha estado envuelto en varios líos judiciales por supuestas irregularidades cometidas durante su mandato.
“Lo primero que debe resaltarse es que Rodolfo Hernández, pese a su discurso anticorrupción, tiene serios cuestionamientos derivados del caso Vitalogic, que lo involucra a él, y a su hijo, en un sonado caso de corrupción administrativa. Petro, a su turno, ha podido salir adelante de todas acusaciones de corrupción que le han hecho, y pese a esa circunstancia ha sido más difícil para él apropiarse del discurso anticorrupción”, dijo a Bloomberg Línea el doctor en Derecho y profesor de Teoría e Historia Constitucional de la Universidad Nacional, David Ernesto Llinás Alfaro.
Ahora, agregó, “ninguna de las propuestas de Hernández implica realmente un ataque frontal contra la política tradicional: apoya el fracking, por ejemplo, mientras que la campaña de Petro impugna la fracturación hidráulica por considerarla riesgosa para el ambiente. Incluso, la idea de contraer la burocracia (disminuir al Estado) para reducir los robos, es equiparable a lo que había propuesto (Álvaro) Uribe en 2002″.
El exalcade Bucaramanga ha dicho que revisará todos los contratos en la composición de costos directos e indirectos, lo que incluye a los sectores de infraestructura y salud. Además, dice que racionalizará la nómina del Estado, dejando solamente a quienes agreguen valor al mismo.
Hernández se mostró a favor de hacer los pilotos de fracking en una entrevista con medios locales, pero luego dijo en redes sociales que no apoya ni la fracturación hidráulica ni el glifosato.
“Y sí apoyo la legalización de la marihuana medicinal y el derecho al aborto bajo las condiciones estipuladas. No se confundan”, manifestó.
Frente al tema de pensiones, Hernández ha explicado que hoy una buena parte del gasto público se concentra en pagarle la jubilación “a los ricos y a los empleados públicos que ganaron el mayor salario y que hoy prácticamente no necesitan la pensión”, según expresó en un video de su campaña.
Es por esto que ha adelantado que si llega al Gobierno se presentará un proyecto de ley para “quitar esos privilegios que tienen arruinado al presupuesto nacional” por las pensiones que ha denominado de “privilegio”.
Llegó a afirmar que el compromiso era gobernar sin una reforma tributaria más y que por ello apuntará más a combatir la evasión, aunque sin llegar a profundizar en sus estrategias para lograrlo.
Por su parte, Petro capturó buena parte del inconformismo social derivado de las masivas protestas del 2021 contra el Gobierno de Iván Duque y ha optado por las plazas públicas para exponer su proyecto político.
Petro ve necesario una reforma tributaria en la que buscará subir impuestos solo a las 4.000 personas más ricas del país, apuntando a las actividades que ha denominado improductivas como los capitales en paraísos fiscales.
También busca crear un frente antipetróleo en Latinoamérica y propone que la fuente de divisas en Colombia se fundamente en fuentes descarbonizadas, fortaleciendo las industrias agrícolas.
En pensiones, propone pasar a un sistema de pilares que, según dice, busca garantizarles la jubilación a más personas y entregar a dos millones de actuales miembros de la tercera edad un bono pensional.
Con la reforma que defiende, considera que la mayoría de los cotizantes tendrán una pensión, al menos de un salario mínimo mensual, si cumplen la edad y 1.300 semanas de trabajo.
Sebastián Lippez, decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Javeriana, señala que los dos candidatos coinciden en recoger un inconformismo social frente a la situación económica y política del país, así como con el Gobierno de turno. “Ambos recogen la sensación y la demanda de cambios ciudadanos, pero sus visiones de país son distintas”.
“Por supuesto, el proyecto político de Gustavo Petro es consistente, desarrollado a lo largo de muchísimos años y recoge diferentes movimientos sociales, alternativos. Destaca por las propuestas de derechos humanos, promoción y protección del medioambiente, de energía alternativa, etc.”, manifestó.
En la otra cara, el proyecto de Rodolfo Hernández “es casi desconocido, su campaña ha sido más basada en una identificación y un lenguaje muy directo con los ciudadanos de a pie, tratando de llegar directamente, pero sin la profundidad de un proyecto elaborado y una propuesta programática de fondo”.
“Algunos la han calificado (la propuesta) como un populismo de derecha y por tanto, aunque ambas recogen esa sensación de cambio que reclama la ciudadanía, son distintas en la aproximación y la profundidad”, afirmó.
David Ernesto Llinás Alfaro, de la UNAL, complementó que “la visión de país de Hernández es esencialmente continuista. De reformas apenas capilares; Petro es lo suficientemente profundo en sus propuestas, como para que sus contradictores digan que propone un salto al vacío, lo cual denota la preocupación de la clase política tradicional, porque sí implica una transformación, no realmente estructural, sino institucional”.