Bloomberg — Las acciones siguieron recuperándose de una fuerte caída que llevó al mercado a la baja durante siete semanas consecutivas, con un reajuste de los inversores institucionales que podría elevar la renta variable a finales de mes.
El S&P 500 borró sus pérdidas de mayo y registró su mayor ganancia semanal desde noviembre de 2020. Los fondos de acciones globales vieron sus mayores entradas en 10 semanas, lideradas por las acciones estadounidenses, según una nota de Bank of America Corp. que cita datos de EPFR. El Nasdaq 100 superó a los otros índices principales. El dólar cayó, mientras que los bonos del Tesoro fluctuaron. Los mercados estadounidenses permanecerán cerrados el lunes por festivo.
“En este momento es justo empezar a buscar gangas”, dijo Lori Calvasina, jefa de estrategia de renta variable estadounidense de RBC Capital Markets, a Bloomberg Television. “Si se consigue que la gente se sienta más cómoda en la narrativa fundamental de cara al futuro, creo que las acciones están lo suficientemente baratas como para comprar”. ¿Son las valoraciones una razón para comprar por sí solas? No, todavía no”.
Los analistas siguen divididos sobre si la renta variable ha tocado fondo. Morgan Stanley y Bank of America afirmaron recientemente que podrían producirse más pérdidas, mientras que el Instituto de Inversión BlackRock rebajó las acciones de los mercados desarrollados a neutral esta semana. Mientras tanto, los estrategas de Citigroup Inc. recomendaron volver a entrar en las acciones, especialmente en Europa y los mercados emergentes, por sus atractivas valoraciones.
Después de un importante rendimiento superior al de las acciones de crecimiento este año, las acciones de valor están empezando a perder su atractivo a medida que los rendimientos de los bonos alcanzan su punto máximo y la recuperación económica se detiene, advirtieron los estrategas de Credit Suisse Group AG y Bank of America. Las empresas de valor se han visto protegidas en gran medida de la caída del mercado de este año, ya que los inversores se decantaron por las acciones más baratas en busca de refugio en medio del temor a la subida de los tipos.
La confianza de los consumidores estadounidenses se deterioró aún más a finales de mayo, hasta alcanzar un nuevo mínimo de una década, ya que la creciente preocupación por la inflación oscureció las perspectivas de la economía. Un informe separado mostró que el gasto de los consumidores ajustado a la inflación aumentó en abril lo máximo en tres meses, lo que indica que los hogares están resistiendo las persistentes presiones de los precios recurriendo a los ahorros.
