Bogotá — Hay varias formas de estimular el crecimiento del país y una de estas es hacerlo a través de los flujos de inversión extranjera directa (IED) en el país. Sin embargo, el dinamismo a través de este rubro ha ido mermando en Colombia, siendo esta una de las tareas pendientes del próximo gobierno.
Según datos de la balanza de pagos del Banco de la República, en 2021 el país recibió US$9.402 millones por dicho concepto equivalente al 3% del PIB, cifra inferior frente a lo reportado hace 10 años, pues de acuerdo con las cifras del Emisor en 2011 se reportaron ingresos de IED por US$13.234 millones correspondientes al 4% del PIB.
A pocos días de que Colombia elija en las urnas al próximo presidente de la República, Bloomberg Línea revisó cómo le ha ido al país en la última década en términos de inversión extranjera directa como proporción del PIB para que las cifras sean lo más comparables posible.
Pese al gran repunte económico que vio Colombia en 2021, luego de tener su peor año por la crisis derivada por el coronavirus en 2020, la IED del año pasado es la segunda más baja de la última década como proporción del PIB (3%). La peor ha sido la de 2020 con 2,8% del PIB (US$7.690 millones). La tercera más baja se reportó en 2018 (3,3% del PIB) con US$11.535 millones.
Las tareas del nuevo presidente
Expuesto lo anterior y entendiendo que la inversión extranjera directa estimula el crecimiento económico, acompaña la creación de empresa, la generación de empleo y aumenta el dinero en circulación en el país, Germán Machado, docente de economía de la Universidad de los Andes, dijo que el país debería preocuparse por mejorar en este rubro.
Machado dijo que a pesar del gran crecimiento de la economía colombiana en 2021, “como la mayor parte fue un efecto rebote y Colombia además perdió calificación internacional, la IED terminó 35% por debajo de lo que había sido antes de la pandemia”.
Dado que la posición de inversión internacional del país es negativa y se ha deteriorado, Machado añadió que para resolverlo, Colombia necesita poner en orden sus cifras macroeconómicas para que su perfil sea consistente con el de un país grado de inversión. “Además, necesita volver a verse como un país seguro y tener un entorno más amigable con los negocios y las empresas”.
“El próximo gobierno debería trabajar especialmente en mejorar la protección jurídica y el cumplimiento de contratos, en reducir la elevada carga tributaria empresarial, en desmontar barreras no arancelarias y en simplificar los trámites necesarios para la exportación e importación de mercancías”, resaltó el docente de los Andes.
Desde la visión de Ana Vera, economista principal de IN ON Capital, “tener una mayor inversión directa hacia nuestro mercado de capitales puede beneficiar a las personas del común para acceder a financiamiento más bajo”.
Por lo anterior, Vera comentó que el próximo presidente debería fomentar la inversión extranjera directa a portafolio, pues con ello podría reducir los costos de financiamiento. “A nivel internacional los grandes administradores de portafolios pueden ofrecer recursos no solo para el gobierno sino para las empresas, lo que podría dinamizar mucho el mercado de capitales colombiano, que sin este apoyo tiene problemas de liquidez y mayores costos frente a otros países”.