Qué necesita la ley de las zonas francas para facilitar aún más el comercio internacional

Además de rentabilidad, los inversionistas consideran fundamental la seguridad jurídica y el clima de negocios, dos factores que las zonas francas garantizan. Otro reto es cómo mejorar la legislación al contexto actual

Por

San Pedro Sula — Desde julio de 1976, cuando se estableció la legislación de las zonas libres comerciales e industriales, Honduras suma 39 zonas francas que concentran alrededor de 515 empresas, las cuales generan arriba de los 150.000 empleos.

A partir del decreto 356 referido a la Ley Constitutiva de la Zona Libre de Puerto Cortés que dio vida a las zonas francas, en el país centroamericano funcionan cuatro tipos: Zonas Libres (ZOLIS), Régimen de Importación Temporal (RIT), Zonas Industriales de Procesamiento Para Exportaciones (ZIP) y Zona Libre Turística.

Durante la pandemia del covid-19, las zonas francas se volvieron catalizadores para la economía de muchos países, en gran medida, debido a la rápida implementación de los protocolos de bioseguridad, que les permitió seguir operando.

“Las zonas francas sacaron la cara y no pararon en un momento que el resto estaba detenido. Hoy en día, muchas de las zonas francas están mejor que antes de la pandemia, se fortalecieron y se está generando más empleo”, dijo María Camila Moreno, directora ejecutiva de la Asociación de Zonas Francas de las Américas (AZFA), una entidad sin ánimo de lucro que representa a sus afiliados en 25 países de dos continentes aglutinando más de 600 zonas francas con más de 13.000 empresas instaladas en ellas.

La ejecutiva conversó con Bloomberg Línea en su visita a San Pedro Sula para participar en uno de los paneles del séptimo Encuentro de la Alianza Latinoamericana Anticontrabando (ALAC), organizado por la Asociación Nacional de Industriales de Honduras (ANDI) y la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI).

Generadoras de empleo formal

Según Moreno, muchas de las industrias se reinventaron durante la pandemia. Algunas textiles que ya producían camisetas comenzaron a elaborar mascarillas, y otras evitaron el colapso de los recursos sanitarios con la fabricación de equipamiento crítico como los respiradores artificiales a través de la impresión 3D.

Al conversar sobre cómo la legislación referida a las zonas francas está adaptándose a las necesidades que supone la postpandemia, la directora ejecutiva de la AZFA dijo que, “de hecho sí se necesita una revisión para hacer una upgrade a una ley que ya lleva muchos años”.

Pero, esta mejora no implica cambios en su contenido original, “simplemente fortalecerla, porque las zonas francas están demostrando que son gran generador de empleo formal para transferencia de tecnologías, clúster, temas piloto para economía circular, simbiosis industrial y en ese sentido, sí se necesitaría una revisión para ver cómo se podría fortalecer el régimen”, agregó Moreno.

De acuerdo con la ejecutiva, en este momento, lo que más están viendo los inversionistas es la seguridad jurídica y el clima de negocios. “La rentabilidad sigue siendo importante, o sea que los incentivos de zona franca siguen siendo muy importantes, pero ya le están poniendo más atención a la seguridad”.

Mostrar las tendencias

Si bien cada país tiene su legislación y cada gobierno decide los tipos de incentivos, las leyes, los reglamentos y los decretos referidos a las zonas francas, la AZFA se preocupa de mostrar a sus afiliados las tendencias, por ejemplo, cómo afectará a la economía la impresión 3D o el teletrabajo como parte de la nueva realidad.

“Entonces la ley se tiene que adaptar, ser flexible y ese es uno de los retos que nos encontramos y es que las zonas francas fueron diseñadas para que fueran piloto. Tú haces pruebas a ver qué le sirve a la economía y luego vas implementando para el resto de economías”, refirió Moreno.

Sin embargo, la ejecutiva sostuvo que, “lamentablemente ahora las zonas francas son utilizadas con leyes, decretos y reglamentos demasiado estrictos que no te dan esa facilidad y flexibilidad para probar políticas públicas, sino todo lo contrario, no está siendo tan facilitador del comercio internacional, como debería ser el rol de las zonas francas”.

Recientemente, tal debate cobró fuerza en Colombia, que busca atraer más inversión del e-commerce con cambios en zonas francas. También en Costa Rica que ha ampliado sus áreas de libre comercio más allá de San José, para atraer inversiones y oportunidades laborales para las personas que viven en áreas rurales.

Reglas claras

En Honduras, por otra parte, las acciones lideradas desde el Poder Ejecutivo y respaldadas por el Congreso Nacional de derogar las Zonas de Empleos y Desarrollo Económico (ZEDE), implican un desafío para los inversionistas de las tres plataformas que han surgido a partir del decreto 120-2013 referido a la ley orgánica de las ZEDE.

Para el caso, uno de los inversionistas de Ciudad Morazán, en Choloma, Massimo Mazzone, dijo a través de un tuit que este proyecto puede desarrollarse “con un simple artículo adicional a la actual ley Zoli”.

Al ser consultada sobre ello, Moreno destacó que el caso de Honduras “es el problema general de nuestra región, que se necesita seguridad jurídica, porque no se le pueden estar cambiando a los inversionistas las reglas de juego”.

La ejecutiva agregó la dificultad que supone para un país atraer inversiones “después de que les prometiste un reglamento y nueva ley y después ya no. Eso genera demasiada inestabilidad”.

Respecto a la posibilidad que los países algunas vez adopten un único régimen de zonas francas, Moreno lo describió como “el sueño latinoamericano”, aunque lograrlo es difícil, indicó, puesto que cada país tiene sus reglas, sus interesesy sus industrias, “pero por lo menos vamos viendo tendencias, hacia dónde va la industria y ese es también el encanto de la Asociación y es que vamos viendo que está pasando en otros países para que ninguno se quede atrás”.