Ciudad de México — La invasión de Rusia a Ucrania cumple tres meses y sus efectos se han vuelto más claros para las grandes empresas mexicanas.
Si bien las afectaciones por la guerra fueron patentes los primeros días de la invasión para las compañías con operaciones en los países en conflicto; conforme pasan las semanas, los efectos se han manifestado en algunas que operan en Europa.
A 90 días, el impacto de la guerra alcanza a empresas con poca exposición a la región, pero que han visto mayores costos debido al alza en los precios de los energéticos y de algunas materias primas, principalmente aquellas vinculadas a la industria de los alimentos.
Rusia, que es objeto de sanciones internacionales, es un importante exportador de crudo y gas natural. Mientras que Ucrania cuenta con actividades de manufactura para industrias, como la automotriz. Ambos países se encuentran entre los principales productores y exportadores de granos como el maíz, el trigo y la soya.
“Los precios más altos del petróleo y los alimentos ejercerán una mayor presión sobre el ingreso disponible en América Latina y aumentan los costos de los insumos para varias empresas de la región”, escribieron Carolina A Chimenti, Barbara Mattos y Marcos Schmidt, analistas de Moody’s, en una nota de finales de abril.
Los analistas de Moody’s realizaron un semáforo de riesgo sobre los efectos de la guerra en algunas industrias de la región.
El sector de aerolíneas es el que presenta un mayor riesgo en América Latina, debido a su sensibilidad a los precios del combustible y a las repercusiones financieras de la guerra, de acuerdo con Moody’s.
Volaris, la principal aerolínea de México por número de pasajeros transportados, reconoció las presiones por el incremento en el precio de los combustibles, que ha trasladado con ajustes en tarifas.
“Hemos podido compensar el 95% del incremento en combustibles”, dijo Jaime Pous, CFO de Volaris en una conferencia con analistas e inversionistas el mes pasado.
De acuerdo con Moody’s, las industrias química y de bienes de consumo y empacados enfrentan riesgos moderados, principalmente por la volatilidad en el precio de los insumos.
Dentro de esta industria se encuentra Alpek, una petroquímica mexicana. Directivos señalaron a sus inversionistas en abril que el mayor impacto que han recibido por la guerra ha sido por mayores precios de la energía, principalmente el petróleo crudo.
“El crudo no impacta nuestros márgenes, pero tiene un efecto en flujo de caja”, dijo José de Jesús Valdez, CEO de Alpek en una conferencia con analistas e inversionistas.
La petroquímica, conocida principalmente por la fabricación de plástico PET, señaló que el incremento de precios de energía, crudo y gas natural, ha sido más significativo en sus operaciones en Reino Unido, donde cuenta con un centro de fabricación que adquirió en 2019.
Otra empresa dentro de esta industria es Orbia, otra multinacional mexicana enfocada en el segmento químico. La empresa señaló a sus analistas e inversionistas que ha podido sortear financieramente los aumentos en los costos de las materias primas, interrupciones en la cadena de suministro y costos de energía y opciones comerciales derivadas de la invasión de Rusia en Ucrania.
Tanto Orbia como Alpek ajustaron al alza su guía de resultados tras los resultados del primer trimestre. Orbia incrementó la guía de flujo operativo o EBITDA esperado a un rango de US$1.750 millones a $1.900 millones. Alpek incrementó su guía de flujo comparable a US $1.250 millones.
Dentro del segmento de productos empacados, los fabricantes de alimentos Grupo Bimbo y Gruma fueron de las primeras empresas mexicanas en manifestar afectaciones por la guerra, debido a que cuentan con operaciones de manufactura en la zona.
Ahora han reconocido que también se encuentran en alerta ante la volatilidad del precio de insumos como el maíz y el trigo, sus principales insumos.
Sigma, una empresa de alimentos empacados, ha enfrentado también vientos en contra por mayores precios de combustible, carnes y empaques, principalmente en sus operaciones en Europa, lo que se ha reflejado en una baja en ingresos en ese mercado.
“Enfrentamos costos mayores de los esperados por la Guerra en Ucrania”, dijo Roberto Olivares, CFO de Sigma.
Para Moody’s, las compañías latinoamericanas dedicadas a la fabricación de piezas para automóviles podrían enfrentar un riesgo moderado debido a las repercusiones económicas de la guerra.
Nemak, un productor mexicano de componentes automotrices, dijo que la Guerra entre Rusia y Ucrania está impactando la producción de algunos de sus clientes en Europa e impulsando una mayor producción en Norteamérica.
La empresa está observando una menor demanda por sus componentes en Europa, debido a que Ucrania es un proveedor de piezas para los productores automotrices de la región, explicaron directivos de Nemak en una conferencia con analistas e inversionistas.
Los analistas de Moody’s señalaron que Nemak podría traspasar los aumentos de precios de las materias primas, principalmente acero y aluminio, sin ningún retraso importante.
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