Brasil recibe fertilizantes críticos a tiempo para la siembra de soja

Las condiciones geopolíticas hacen que sea muy difícil que los productos provengan de Rusia y Bielorrusia

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Bloomberg — Brasil está importando cantidades récord de fertilizantes para su enorme cosecha de soja, aliviando las preocupaciones sobre las interrupciones en la cadena de suministro de productos de Rusia, su proveedor número uno.

Existía la preocupación de que la nación sudamericana no pudiera obtener suficiente fertilizante debido a las sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania, así como al caos marítimo que se ha desatado en la región. Brasil es el exportador más grande del mundo de varios cultivos, incluida la soja, y la escasez de fertilizantes podría resultar en menores cosechas. Esa situación haría subir los precios de los alimentos en todo el mundo, que ya están en niveles máximos históricos, empujando a más personas al hambre.

Las importaciones totales de fertilizantes de Brasil de enero a abril son más altas que en 2021, cuando hubo compras récord, según datos tanto del gobierno como de las empresas que rastrean las importaciones.

“Ya recibimos más del 70% de todas nuestras compras para la cosecha de soja y el resto de las entregas están programadas dentro de la espera normal”, dijo Leandro Bianchini, supervisor comercial de Coacen, la cooperativa agrícola más grande de Mato Grosso. “En maíz, todavía tenemos mucho que comprar y una ventana más pequeña para operar”.

Las apuestas son significativas. Los suministros de fertilizantes determinarán cuántas hectáreas de soja sembrarán los agricultores brasileños, según Marcela Marini, analista sénior de Rabobank en Sao Paulo. Si los envíos de fertilizantes continúan fluyendo en junio y julio, meses en los que las importaciones alcanzan su punto máximo, los productores pueden aumentar las plantaciones en un 3,7% a 42 millones de hectáreas, incluso en medio de la subida vertiginosa de los precios de los nutrientes para cultivos, dijo. Los márgenes de las ventas de soja se estiman en un 56% sobre los costos operativos la próxima temporada, por encima del promedio de cinco años y el tercero más grande jamás informado, según una estimación de Rabobank.

Inicialmente, Rabobank estimó que la nación sudamericana tendría que lidiar con la falta de alrededor de un tercio de sus necesidades de potasa. Ahora, en el peor de los casos, Rabobank ve una escasez de hasta un 20%, dijo Bruno Fonseca, analista de insumos agrícolas de Rabobank.

La potasa está casi tres veces más cara que el año pasado, según datos de Green Markets, una empresa de Bloomberg. Los productos químicos son caros por una serie de razones, incluido el precio descontrolado del gas natural, el ingrediente clave del fertilizante nitrogenado, las sanciones a un importante productor de potasa de Bielorrusia y las restricciones por Covid-19 que han interrumpido todas las cadenas de suministro mundiales, incluyendo a los productos químicos. La invasión de Ucrania por parte de Rusia, un gran exportador de todos los fertilizantes importantes, ha llevado al mercado a un mayor caos.

Diferentes cultivos necesitan diferentes nutrientes. En septiembre Brasil plantará soja, que necesita fosfato y potasa que proviene principalmente de Rusia y Bielorrusia. Esas importaciones son las que están en auge. Otro, el nitrógeno, que se usa mucho en el maíz, todavía está escaso. Sin embargo, esa cosecha no se plantará hasta marzo de 2023 y las importaciones de nitrógeno son estacionalmente más pequeñas para esta época del año y deberían aumentar, según Marina Cavalcante, analista de Green Markets de Bloomberg.

“Las condiciones geopolíticas hacen que sea muy difícil que los productos provengan de Rusia y Bielorrusia. También hubo una variación de precios, pero Nutrien podrá atender a todos los clientes en Brasil”, dijo Andre Dias, CEO del gigante de fertilizantes Nutrien Ltd. (NTR) en Latinoamérica.

Las empresas de alineación, cuyo trabajo es rastrear qué productos se mueven por barco y hacia dónde van, también están viendo más importaciones de fertilizantes que llegan a Brasil desde Rusia en comparación con el año pasado.

Sin duda, no hay “garantías” este año para ningún producto, dada la fuerte necesidad de importar, dijo Cavalcante. Brasil importa más del 85% del fertilizante que consume.

Los dolores de cabeza logísticos en los puertos aún podrían ser un problema. Arthur da Anunciação Neto, director comercial de la empresa de alineación agrícola Alphamar, dijo que los tiempos de espera para los barcos que se encuentran en los puertos brasileños son casi el doble que en 2021.

Este artículo fue traducido por Miriam Salazar