Bloomberg — La decisión de Jair Bolsonaro de despedir a un tercer CEO de Petroleo Brasileiro SA (Petrobras) (PETR4;PETR3) muestra cuán crucial es para el presidente brasileño evitar otro aumento en los precios del combustible que podría acabar con sus posibilidades de lograr una reelección en octubre.
Una inflación por encima del 12% al año se ha convertido en el principal dolor de cabeza de Bolsonaro durante la carrera liderada por el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. Si bien los precios de todo, desde los alimentos hasta la atención de la salud, están aumentando, el combustible se ha vuelto desproporcionadamente más caro desde que la empresa estatal Petrobras aumentó los costos del diésel en un 35% desde marzo, lo que enfureció a los brasileños en general y, en particular, a los camioneros que desde entonces han estado amenazando con una huelga nacional.
“Los votantes saben que Petrobras está controlada por el gobierno y eso está teniendo un fuerte impacto en Bolsonaro”, dijo Carolina Botelho, politóloga de la Universidad Mackenzie en Río de Janeiro. “Por eso está haciendo esos cambios en Petrobras, para que parezca que la vida mejorará para los brasileños”.
La intención de voto por el presidente derechista, que se había estado acercando a Lula, se ha estabilizado en 32% en la última encuesta de Ipespe realizada entre el 16 y el 18 de mayo, todavía 14 puntos porcentuales por detrás del favorito. La misma encuesta mostró que más brasileños culpan al presidente del alza de los costos del combustible que a la invasión rusa de Ucrania. Y el 64% de ellos espera que los precios sigan subiendo en los próximos meses.
Otra encuesta difundida por PoderData el miércoles confirmó que Bolsonaro dejó de ganar terreno y se quedó con el 35% de los votos, frente al 43% de Lula.
La decisión de Bolsonaro de reemplazar al titular de Petrobras, descrita por el periódico local O Estado de Sao Paulo como el primer paso antes de cambiar el directorio de la empresa y su política de precios, es solo la última de una serie de medidas inusuales que el presidente está implementando o considerando para aliviar la inflación en el período previo a las elecciones generales.
El Ministerio de Economía anunció el lunes una reducción unilateral del 10% en los aranceles de importación de una serie de alimentos y materiales de construcción, sin consultar a los miembros del bloque comercial Mercosur que también incluye a Argentina, Paraguay y Uruguay.
El gobierno ya recortó los impuestos a los combustibles y ahora busca aprobar una legislación que limitaría al 17% un impuesto al valor agregado conocido como ICMS que imponen los estados a una serie de bienes y servicios. Se espera que el proyecto de ley que propone tal límite, que enfrenta la oposición de los gobernadores estatales, pase a votación en el pleno de la Cámara Baja esta semana, antes de dirigirse al Senado. Algunos estados, como Río de Janeiro, actualmente imponen un impuesto ICMS de 34% sobre las ventas de gasolina.
La aprobación del proyecto de ley reduciría la inflación de este año en alrededor de 1 punto porcentual, según JPMorgan Chase & Co. Eso sería solo un alivio temporal para el banco central, que ya elevó los costos de endeudamiento en 10,75 puntos porcentuales desde el año pasado, llevando su tasa de interés al 12,75%. Roberto Campos Neto, el presidente del banco, ha dicho que Brasil ha sufrido el mayor shock energético entre los principales países de mercados emergentes desde que comenzó la pandemia.
“Esas medidas pueden proporcionar un alivio leve a corto plazo en los precios clave. Para el combustible, pueden posponer un alza de precios pendiente desde hace tiempo”, dijo Adriana Dupita, economista brasileña de Bloomberg Economics. “Sin embargo, no solucionan el problema de la elevada y generalizad inflación o la perspectiva de una desinflación lenta”.
El ministro de Economía, Paulo Guedes, hasta ahora ha evitado la presión para financiar los subsidios a los combustibles apoyando los cambios al frente de Petrobras y defendiendo la idea de que debería ajustar sus precios con menos frecuencia.
“El nuevo presidente ejecutivo de Petrobras debe decir si los precios dejarán de subir y si existe el riesgo de escasez de combustible”, dijo Wallace Landim, uno de los líderes de una huelga masiva de camioneros que paralizó Brasil en 2018. “Esta política de precios de Petrobras está aplastando el clase media y dejando a los más pobres aún más pobres”.
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