Bogotá — Uno de los temas que más preocupa a quienes no quieren un gobierno de izquierda, y en especial, a quienes no quieren un gobierno de Gustavo Petro, es lo que sucederá con la economía si él llega a la Casa de Nariño el próximo 7 de agosto.
Con el propósito de aclarar lo que parece sombrío, dos de los asesores del candidato Petro, Ricardo Bonilla y Jhenifer Mojica, expusieron en un conversatorio que había pasado desapercibido (se realizó a inicios del mes) ante un nutrido grupo de economistas, abogados y empresarios, qué es lo que quiere llevar a cabo el líder de izquierda.
Entre los participantes del conversatorio están el exdirector de Planeación Nacional, Armando Montenegro, el exministro de Comercio y expresidente de Fasecolda, Jorge Humberto Botero, los excodirectores del Banco de la República, María Mercedes Cuéllar y Carlos Caballero, el exministro de Hacienda, Rudolf Hommes y el ex gerente del Emisor, José Darío Uribe, entre varios otros. En este espacio académico ya habían pasado candidatos como Rodolfo Hernández y Alejandro Gaviria.
Bonilla expone el adiós fósil
Ricardo Bonilla inició explicando la importancia que tiene para Colombia construir una oferta exportadora diferente a los productos minero-energéticos.
Explica que la necesidad de hacerlo radica en que el mundo ya está dejando de consumir carbón, salvo coyunturas puntuales como la actual, y que el petróleo, que tardaría más en salir del mercado, recorrerá los mismos pasos.
Sin embargo, Bonilla aclara que “respecto a los mensajes y las alarmas que se han planteado quiero resaltar que el candidato lo único que ha dicho con toda certeza es que no va a firmar un nuevo convenio de exploración, pero nunca dijo que iba a suspender la explotación ni que iba a suspender la exportación, ni que iba a suspender los contratos vigentes”.
Y más adelante precisó “lo que sí es claro es que cuando se llegue al Gobierno habrá que tener claridad sobre qué es lo que ha pasado con los distintos contratos de exploración. El país está concesionado. Y, todavía no se tiene una evaluación precisa de cuáles son esos resultados de la exploración, cuáles son las áreas geográficas que están involucradas y hasta dónde aguantaría tener un contrato de exploración más”.
Advierte Bonilla que con eso claro, “empezaría a buscar una sustitución en la oferta exportable”, lo cual complementó asegurando que “para esa sustitución de la oferta exportable es absolutamente necesario promover otros sectores y, aquí es donde viene discusión de cómo hacer política agropecuaria y cómo hacer política industrial”.
Sectores olvidados
Bonilla sostiene que en el plan de industrialización de la economía se piensa a partir construir una oferta exportadora basada en los sectores que demanda el mundo. “Estamos teniendo en cuenta las sugerencias de la misión de internacionalización, pero no en el sentido abstracto de que hay que pensar en diversificar exportaciones. Se trata es de ver cómo crear de verdad un plan para diversificar exportaciones a partir de la economía en los sectores que potencialmente son importantes en el comercio internacional del mundo”.
Ejemplifica diciendo que el sector textil colombiano está olvidado y su potencial no se está explotando como podría. “Hoy, los sectores de confecciones y textiles, que fueron importantísimos en el pasado, y con los cuales arrancaron los procesos coreano y chino, en Colombia están descuidados y hoy vendemos productos de maquila en China, con marcas colombianas”.
Plantea el economista de la Universidad Nacional, que “el interrogante es si podremos recuperar la industria textil y de confecciones, creando condiciones para que tengamos mejor acceso al algodón de fibra larga y podamos producir otro tipo de materiales, explorando el uso de otras fibras”.
Dice Bonilla que “más importante que eso es que el comercio internacional lo que muestra es que el país que no dependa metalmecánica, que no desarrolle la industria de bienes de consumo durables, es un país que va a quedar dependiendo de las importaciones”. Añade que “otros países ya lo hicieron. Han vuelto a recomponer el tejido industrial metalmecánico con tecnología de la cuarta revolución industrial. Esto implica nuevas alianzas de comercio internacional e implica nuevas alianzas con las zonas del mundo donde se está haciendo ese desarrollo tecnológico”.
Y sostiene que “se trata de tener un compromiso para generar capacidades instaladas y generar desarrollos e innovaciones tecnológicas que se adecúen a la cuarta revolución industrial y, con ella, volver a industrializar el país. Ese es el objetivo más importante ahí en esa primera transición. Ahí se construye esa oferta exportable”.
Ricardo Bonilla toma la palabra: “Yo complementaría diciendo que la idea que se ha planteado de que Petro dice que va a expropiar la tierra no es más que un imaginario creado, porque se quieren oponer al fortalecimiento del Catastro Multipropósito y la valorización a precios de mercado de la tierra, incluyendo un proceso en el cual el avalúo catastral actualizado se convierta en un instrumento que favorezca a los productores, a los propietarios que usen mejor la tierra.
¿Expropiará la tierra?
“La idea que se ha planteado de que Petro dice que va a expropiar la tierra no es más que un imaginario creado, porque se quieren oponer al fortalecimiento del Catastro Multipropósito y la valorización a precios de mercado de la tierra, incluyendo un proceso en el cual el avalúo catastral actualizado se convierta en un instrumento que favorezca a los productores, a los propietarios que usen mejor la tierra”, dice Bonilla.
Por su parte, Jhenifer Mojica, abogada y experta en temas agrícolas expone que “el acceso a la tierra está íntimamente relacionado con las principales necesidades básicas de los seres humanos, como la alimentación, la vivienda, el trabajo, los ingresos, la generación de riqueza y, en esa medida, pues el programa del Pacto lo que busca es darle también ese valor central a la tierra, pero engranado con todas estas otras apuestas que se han venido planteando, desde esta óptica de la emergencia del cambio climático en la que estamos, de la necesidad del mundo de transformarse hacia estas energías, pero también con una necesidad de dar una respuesta también en derechos humanos, sobre lo cual hay una deuda histórica”.
Agrega Bonilla que “hoy lo que tenemos claramente es un catastro rural totalmente desactualizado, en donde el minifundio tiene un avalúo proporcionalmente más alto que un latifundio y, en ese sentido, cuando un minifundio tiene un grado proporcionalmente más alto que un latifundio, el minifundista está pagando un impuesto predial más alto que el que pagan latifundios”.
En ese sentido el asesor del candidato Petro expone que “el tema es cuánto le están aportando realmente a la economía colombiana, porque lo que dicen las cifras del Dane es que de esas siete millones de hectáreas de trabajo agrícola se está produciendo 6% del PIB y en 30 millones de hectáreas de trabajo no agrícola apenas se produce punto y medio del PIB”.
Además, según Bonilla, “es un desatino económico del mal uso de la tierra, pero además si uno va a la agroindustrialización, el procesamiento industrial de los alimentos de la parte agrícola genera otros dos puntos del PIB, mientras que el procesamiento de la carne y la leche sólo produce otro punto del PIB”.
Bajo el concepto de Bonilla “eso es un desajuste completo, pero simultáneamente tenemos el tema de que sólo se están utilizando siete millones de hectáreas en agricultura y hay diez millones de hectáreas de potencial uso agrícola que no se están utilizando en la agricultura y entonces se trata de ver cómo buscamos por el mercado de tierras esas diez millones de hectáreas (…) para que se conviertan en tierras que efectivamente sirvan para producir alimentos y entonces se mejore la oferta colombiana y se desarrollen otros sectores de exportación”.
Aguacate y más
Cuando Petro habló en 2018, también en campaña presidencial, que el aguacate podía ser un sustituto del petróleo se juzgó la propuesta como inviable, pero Bonilla intentó aclarar que se trata de ejemplo, entre muchos más con potencial en el país.
“No se trata de que vamos a reemplazar aguacate por petróleo. Eso es simplemente un ejemplo de un producto que se dijo hace cuatro años que tiene futuro y es bueno. Así como ese hay otros y hay que desarrollarlos”, dice Bonilla.
Bonilla concluyó ese capítulo de la charla explicando que “el mensaje aquí es que no es cierto que se vaya a expropiar la tierra, sino que de lo que se trata es de decirles a los propietarios que la usen mejor y, si no la van a usar mejor y el avalúo catastral me dice que su tierra vale más, pues retomemos la sugerencia de la misión tributaria canadiense que contrató el Gobierno Duque y que dice que ese tipo de activos deberían estar valorados a precios de mercado y que, si no lo están, entonces el Estado se los puede comprar al valor histórico. Eso no es expropiación”.
La Tributaria aplazada
Bonilla inicia explicando que se quiere desarrollar una reforma tributaria que por 30 años se ha aplazado en el país a pesar de que en varias ocasiones se ha hablado de ella: la reforma tributaria estructural.
“Acá todas las reformas tributarias terminan convirtiéndose en soluciones de caja. Nosotros no queremos soluciones de caja sino resolver problemas estructurales. Y el más importante es que en el impuesto de renta, antes y después de impuestos la distribución del ingreso en Colombia es igual, es decir, la estructura tributaria en el país no hace nada por la redistribución, no mejora las condiciones e incluso, la desmejora”, asegura Bonilla.
Así mismo, Bonilla dice que en Colombia el 90% del impuesto de renta está a cargo de las empresas y el de personas naturales el 10%. “Esa es la razón por la que los empresarios se quejan de que pagan muchos impuestos”.
Dice, además, que acogen en su propuesta la recomendación de la misión tributaria de 2015. “Esa misión dijo que es así porque el estatuto tributario está plagado de huecos. Es un queso grullere que al tapar un hueco destapa otro. Esa misión de 2015 propuso eliminar beneficios y exenciones”.
Bonilla habla de dos caminos para eliminar dichos beneficios y exenciones: “El camino largo es irnos detrás de cada uno de esos beneficios y exenciones y nunca terminamos, o nos vamos pro un camino más expedito que consiste en eliminar el actual impuesto de renta corporativo y reemplazarlo por un impuesto a las utilidades en el que todo el mundo parta de cero y nunca más se incluyen beneficios y exenciones para que las reglas sean iguales para todos los empresarios”, plantea Bonilla.
Una de las misiones que contempla la Reforma Tributaria que propondrá Petro es depurar los activos que están en las empresas. Bonilla explica este punto diciendo que “todo aquello que haga parte de la empresa debe responder al objeto del negocio. Las empresas no tienen por qué tener activos improductivos, o apartamentos, o casas de recreo, o carros deportivos, eso no es del objeto social del negocio. Hay cosas que se resuelven con reforma y otras con modernización de la Dian”.
Contrario a lo que se pensaría de una reforma de Petro, Bonilla explica que con los ajustes que se proponen se podría pensar en reducir la tarifa de renta. “Si logramos depurar esos activos, y logramos que lo que les corresponde a las personas naturales pase a las personas naturales, y que en la estructura de gastos solo se incluya lo que es del objeto social del negocio, y que los pagos a personas naturales se incluyan como ingresos de las personas naturales lograríamos bajar el impuesto de renta, como se creía en la misión de 2015, de 33% a 25% y podemos establece una tarifa diferencial de 20% para las pymes y eso se reemplaza con impuesto a las personas naturales”.
Dice Bonilla que se debe trabajar en identificar las rentas de capital y no en ampliar la base. “Cómo identificar los denominados ingresos no constitutivos de renta y cómo gravarlos con tarifas progresivas, además, de reducir los beneficios”.
También habla de un nuevo impuesto al patrimonio para personas naturales. “Que en el impuesto al patrimonio se identifique los activos de las personas naturales, que no queden mezclados en los activos de las personas jurídicas. El impuesto al patrimonio no lo pagarían las empresas por los activos productivos, lo pagan todos los activos improductivos y la idea es trasladarlo a la tenencia de las personas naturales”, concluye Bonilla.
BanRepública seguirá independiente
Una de las preocupaciones de economistas y analistas es qué va a hacer Gustavo Petro con la Junta Directiva del Banco de la República y si le permitirá mantener su independencia.
Bonilla asegura que “nunca le he oído a Petro decir que va a cambiar la Constitución de 1991. Eso significa es que va a mantener la autonomía del Banco la República y que va a mantener la composición de la Junta el Banco la República”, inició diciendo.
Igualmente, explicó que “lo que sí ha dicho y le doy toda la razón es que el espíritu de la Constitución del 91 ya se alteró porque los gobiernos han tenido la posibilidad de nombrar a todos los miembros de la Junta dentro de su Gobierno y ese no era el espíritu de la Constitución”.
Recuerda que “el espíritu de la Constitución era tener una Junta con cinco miembros de dedicación exclusiva, que vinieran del mundo experto. Y, sí, he oído a Petro decir que deberían venir del sector productivo, pero eso ya ha pasado. ¿Quién fue Carlos Gustavo Cano? ¿No hay otros miembros de la Junta que han salido también de trabajos gremiales y trabajos sectoriales?”
Además, enfatizó en que no se trata de volver a la Junta Monetaria anterior a la Constitución del 91, explicó que “se trata de que esa Junta Directiva del Banco de la República tenga realmente autonomía”.
En su exposición Bonilla recordó aspectos que ha tratado el excodirector de la Junta Salomón Kalmanovitz. “He escuchado muchas veces a Salomón Kalmanovitz decir y preguntar por qué el ministro de Hacienda debe estar ahí, a nombre de la armonización de política. Esa sería una discusión para llevar a cabo: si el ministro deberá o no deberá permanecer allí o si hay un sexto miembro de dedicación exclusiva. Obviamente, esa Junta Directiva del banco tiene que ser impar para que pueda facilitar discusiones y decisiones”.
Otro de los temas que reconoce Bonilla que Petro ha abordado es el referente al objetivo del Banco. “Lo que también le he oído decir es que en el espíritu de la Constitución del 91 se dijo que el banco no debería concentrarse exclusivamente en el tema de controlar la inflación, sino que también debía pensar en el crecimiento económico del país”.
Expuso Bonilla que “eso ya lo he escuchado en muchas partes, lo he escuchado en otros países, pero el tema de cómo hacerlo efectivo es más complicado”.
¿Cómo es lo de las pensiones?
Bonilla inicia explicando que “el sistema de pilares lo que dice es que el sistema de poner a competir al Régimen de Prima Media con el de capitalización no ha funcionado”.
Cuando dice que no ha funcionado aclara que no lo ha hecho para ninguno de los dos regímenes. “En los privados hay ya, un promedio, de 190 mil afiliados por año en el rango de edad de pensión, mientras que en Colpensiones el promedio es 210 mil personas en el rango de edad. Es decir, de los que cumplieron 57 años mujeres y 62 años hombres en el 2021, en Asofondos eran 190.000 y en Colpensiones eran 210 mil. Y, de eso, Asofondos pensionó sólo 37 mil y Colpensiones a 62 mil. Ninguno de los dos está cumpliendo”.
Dice Bonilla que “lo que propone el Banco Mundial es que no los ponga a competir, tampoco los elimine. Dice vuélvalos complementarios: la propuesta que nosotros tenemos, que es la misma de la que venimos hablando desde hace varios años, es la de construir en Colombia el régimen de pilares con complementariedad, tomando como base el Régimen de Prima Media y de complementariedad el régimen de capitalización, para que los altos ingresos que obtengan una pensión que provenga de la capitalización y no provenga del Régimen de Prima Media. El Régimen de Prima Media es para los ingresos bajos”.
Además, explica que “eso significa, simultáneamente, ponerle un límite al tamaño máximo de la pensión que puede pagar el Estado. Hoy ese límite es 25 salarios. Es demasiado alto. Si queremos eliminar los subsidios a las pensiones altas, lo que tenemos es que bajar el umbral de esa pensión”, dice Bonilla.
Además, Bonilla expone que “el régimen de pilares, en la práctica, lo está diciendo es: si el pilar es cuatro salarios mínimos, la pensión máxima que pagaría el Estado es cuatro salarios mínimos”. Al respecto agrega que “de ahí para arriba lo paga el régimen de capitalización”.
Concluye el capítulo pensional diciendo que “necesitamos recomponer la estructura productiva para que, con ella, se generen oportunidades. Si logramos recomponer la estructura productiva habrá más gente cotizando en los regímenes de pensiones y mucho mejor si el régimen de pensiones es complementario y no de competencia”.
Sobre las comparaciones que hacen entre la propuesta de Petro y lo que decía Gabriel Boric, presidente de Chile, aclara que “los chilenos se fueron al extremo y hoy están regresando para decir que hay que volver a la complementariedad. Nuestra propuesta es el régimen de complementariedad”.