San Salvador — El gas natural licuado (GNL) se agregó a la matriz energética de El Salvador con la inauguración de la planta de Energía del Pacífico (EDP), que agregó una potencia de 380,7 megavatios al mercado, tras una inversión de US$1.000 millones.
“La electricidad que ya se está produciendo en la central eléctrica cubre el 30% de las necesidades energéticas del país y proporciona la estructura necesaria para una economía en crecimiento”, dijo Michael Polsky, CEO de Invenergy.
La actividad de este nuevo competidor ya se está percibiendo en el mercado, indicó Daniel Álvarez, presidente de la Comisión Hidroeléctrica para el Río Lempa (CEL).
“Desde el 1 de mayo que entró en funcionamiento ya estamos viendo resultados positivos de parte de EDP, en el cual El Salvador no ha importado un solo megavatio de energía y ha podido ser parte del apalancamiento de las medidas económicas, sosteniendo el precio de la energía”, manifestó Álvarez.
La planta opera con 19 motores alternativos de gas natural, cada uno con una potencia nominal de 18,9 megavatios. El vapor que producen los escapes de estos motores alimenta a un generador de turbina de 28 megavatios.
Inversores pensaron abandonar el país
La infraestructura también cuenta con una terminal de regasificación marítima de GNL, anclada a la costa. El combustible se traslada a la planta mediante un gasoducto submarino.
Además, la inversión contempla una línea de transmisión de doble circuito de 44 kilómetros y 230 kilovatios, que conecta Acajutla con Ahuachapán, y se integra al Sistema de Interconexión Eléctrica de América Central (Siepac).
Alberto Osorio, director de proyecto de EDP, dijo que el proyecto puede servir GNL al sector privado. “La infraestructura marítima que almacena y regasifica el gas licuado también representa avances y constituye la infraestructura de gas que puede abastecer al sector industrial y apoyar su expansión y economía”.
La inversión de EDP viene gestándose desde 2013, cuando la empresa recibió la adjudicación para construir su planta de generación. Sin embargo, atravesó numerosas dificultades y los inversionistas estaban perdiendo la confianza en el país, relató Osorio.
El entonces candidato presidencial Nayib Bukele prometió a los inversores impulsarlo si era electo mandatario. “Tras 5 años y pocos avances pensamos que podíamos esperar un poco más antes de abandonar el proyecto y el país”, relató Osorio.
La edificación de la planta tomó dos años y también sufrió retrasos debido a la pandemia del Covid-19, la cual trajo dificultades en la cadena de suministro y en la mano de obra.
En su construcción trabajaron 2.000 personas. En su etapa de funcionamiento tiene a 80 técnicos de operaciones y mantenimiento.
Invenergy tiene 20 años de historia. En ese tiempo ha desarrollado, construido y contratado más de 30 gigavatios de proyectos de energía sostenible en el mundo.
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