Bloomberg Línea — A poco más de dos años de que la Organización Mundial de la Salud declarara una emergencia internacional a causa del Covid-19, y mientras el mundo continúa lidiando con los efectos por la crisis sanitaria, económica y social que dejó la pandemia, otro virus ha comenzado a atraer los titulares y la atención tanto de agencias de gobierno como entidades financieras: la viruela del mono o viruela símica.
Este tipo de viruela, que había estado confinado a algunas regiones de África, se ha esparcido por el mundo con casos confirmados en lugares tan lejanos como Estados Unidos, Canadá, Europa y Australia. Los roedores y los pequeños mamíferos en África ayudan a propagarlo a otros animales y humanos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés).
El primer caso sospechoso en América Latina se detectó el 22 de mayo en Argentina. Se trata de un hombre que vive en la provincia de Buenos Aires y actualmente está aislado de forma preventiva.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, expresó el domingo sus primeras declaraciones respecto a la viruela del mono “es una preocupación en el sentido de que si se extendiera, tendría consecuencias”.
Hasta el 21 de mayo, la OMS había recibido la notificación de 92 casos confirmados y 28 en calidad de sospechosos con investigaciones de 12 países no endémicos, es decir, donde el virus no forma parte de la composición del área geográfica, como es el caso de Reino Unido, España, Portugal, Francia, Italia, Alemania, entre otros.
Apenas hace tres años fue que se aprobó la vacuna MVA-BN, también conocida como Imvamune, Imvanex o Jynneos, de la farmacéutica danesa Bavarian Nordic, para su uso dirigido a este tipo de viruela. Sin embargo, su acceso aún es limitado, y la OMS afirma que trabaja con el fabricante para ampliar la disponibilidad.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) señalan que aún no existen tratamientos específicos para la infección por viruela del mono, pero los brotes pueden controlarse con medicamentos antivirales como el cidofovir, el tecovirimat y la inmunoglobulina.
Tanto la infección de la viruela del mono como del Covid-19 comienzan con síntomas similares a los de la gripe, pero cuando la enfermedad de la viruela avanza, provoca erupciones cutáneas y dolor de espalda, entre otros síntomas, mientras que la del nuevo coronavirus da pie a la pérdida de sentidos de olfato y gusto y cansancio, y en casos graves, dolor en el pecho y dificultad para respirar.
A continuación la información en torno al comportamiento del mortal virus y sus diferencias con Covid-19:
