QUITO — Este 24 de mayo Ecuador conmemora el Bicentenario de la Batalla de Pichincha, uno de los hechos históricos más importantes no solo para el país, sino para la región e incluso el continente. ¿Por qué? Porque fue precisamente esta batalla la que terminó de liberar a Quito del colonialismo y dio paso, además, a la conformación de la Gran Colombia, el gran sueño del libertador Simón Bolívar.
CÓMO OCURRIÓ
Tras librar decenas de batallas, el 23 de mayo de 1822, el mariscal Antonio José de Sucre (mano derecha de Bolívar) inició su entrada a Quito por el sur, con la idea de atravesarla y llegar hasta norte de la ciudad para desde allí sorprender al ejército realista que estaba comandado por Melchor Aymerich, presidente de la Real Audiencia de Quito. Pero Sucre no contaba con las condiciones tan montañosas de Quito y cuando amaneció se dio cuenta de que apenas estaba a mitad de camino.
El día sorprendió al ejército patriota en las laderas del volcán Pichincha, ubicado al occidente de la ciudad, desde donde las tropas realistas advirtieron su presencia y dieron así inicio a un combate para el que ninguno de los bandos estaba preparado en ese momento. Sin embargo, los independentistas estaban mejor armados para la lucha, con 2.971 hombres frente a los 1.900 del bando contrario.
Junto a Sucre batallaron soldados provenientes de múltiples latitudes, como Colombia, Perú, Argentina, Chile, Venezuela y otras más. Liberar a Quito era la tarea pendiente para avanzar en el sueño integracionista de Bolívar. Tras un cruento enfrentamiento, que dejó 400 realistas y 200 patriotas muertos, Aymerich se rindió y Sucre tomó finalmente Quito.
LA RELEVANCIA DE PICHINCHA
Para el historiador y catedrático de la Universidad Andina Simón Bolívar, Carlos Landázuri, la Batalla de Pichincha fue clave para dos cosas: la Independencia del Ecuador y la Gran Colombia.
“Si no había Pichincha, no había Ecuador, ese es el significado local. Pero tiene un significado americano, pues si no había Pichincha, no había la Gran Colombia y Bolívar tampoco habría podido contribuir a la independencia del Perú y la independencia total del continente podría no haberse logrado”, comenta Landázuri a Bloomberg Línea.
Y aunque el Primer Grito de la Independencia del 10 de agosto de 1809 es otro de los eventos más relevantes del país, la Batalla de Pichincha es central porque ahí finalmente se decide y concreta la independencia. “En Pichincha se deciden las cosas y es el momento en que comienza una nueva vida”, apunta el catedrático.
Claro que en ese momento no se crea Quito o Ecuador como tal, sino que termina de armarse la Gran Colombia integrada por lo que hoy conocemos como Venezuela, Colombia y Ecuador. “No es el país que se soñaba en ese momento, pero ahí comienza, por eso la importancia de Pichincha es central”.
¿QUÉ VINO DESPUÉS DE LA BATALLA?
Lo primero fue que Guayaquil, bajo el liderazgo de José Joaquín de Olmedo, si bien no se sometió inmediatamente a Colombia, aceptó estar bajo la protección de la República de Colombia. Asimismo, Cuenca, la tercera ciudad en importancia, fue tomada por Sucre “sin disparar un solo tiro”, pues los realistas se replegaron sin pelear. Finalmente, Quito también pasó a formar parte de la gran nación.
Pero otro hito importante que trajo Pichincha es que la victoria en Quito facilitó que Bolívar tome Pasto, ubicada en el actual sur colombiano, y una de las zonas con más resistencia realista. Luego de vencer en esas tierras, Bolívar llegó a Quito el 16 de junio de 1822 “y es recibido como dios”, relata Landázuri. Allí conoce además a Manuela Sáez, quien será conocida después como “la libertadora del Libertador” y reconocida por su ímpetu y espíritu guerrero.
Tras su paso por la capital ecuatoriana, Bolívar viaja a Guayaquil donde a través de un referéndum la ciudadanía acepta formalmente ser parte de Colombia. Allí también se produce el histórico encuentro con José de San Martín, el gran libertador del Sur, quien le propone la incorporación de Guayaquil al Perú “pero en este y otros temas debió aceptar que él proponía y Bolívar disponía”, relata el libro Historia del Ecuador I de la misma UASB.
A pesar de estos avatares históricos, Landázuri insiste en que precisamente es la Batalla de Pichincha la que –de una u otra forma- “permite que la Gran Colombia que había soñado Bolívar se consolide”.
AUGE Y CAÍDA DE LA GRAN COLOMBIA
Al principio, el nuevo esquema funcionó relativamente bien y la Gran Colombia logró derrotar a los realistas en todo su territorio, funcionar con estabilidad, jugar un papel determinante en la independencia del Perú y Bolivia, y convertirse por algún tiempo en el país de mayor prestigio entre las nuevas repúblicas hispanoamericanas, reza el texto citado anteriormente.
En 1822 fue reconocida por Estados Unidos y en 1825 por Gran Bretaña. En 1826 patrocinó el Primer Congreso Interamericano de Panamá. “Sin embargo, desde mediados de ese año las debilidades estructurales del país se hicieron evidentes y/o llevaron al caos, la dictadura, y finalmente, su disolución”, explica David Bushnell en el libro Colombia, una nación a pesar de sí misma.
Las complicaciones se agudizaron a partir de 1826, especialmente por los primeros intentos separatistas provenientes de Venezuela. Luego, en 1828 Bolívar asumió la dictadura a pedido de los notables para “salvar la República”; la oposición intentó asesinarlo el 25 de septiembre de 1828, pero no lo logró. Para dar una salida a la crisis, Bolívar convocó a otra convención, denominada “Congreso Admirable”, que fue presidida por Sucre. Allí se dictó una nueva constitución pero no se logró frenar el separatismo. Entonces, Bolívar, convencido de que había llegado a ser un obstáculo para la unión, renunció.
La separación de la Gran Colombia se produjo de forma pacífica “pues los venezolanos la querían y en el centro no había ni deseo ni recursos para mantener la unión por la fuerza”, se indica en la Historia del Ecuador I. En el Distrito del Sur, lo que hoy es Ecuador, desde los primeros meses de 1830 era evidente que no se podía mantener la unión y que esta subsistía solo por la fidelidad de la gente a Bolívar.
Así, cuando se supo de su alejamiento, los notables de Quito decidieron “constituir un Estado libre e independiente con los pueblos comprendidos en el distrito del Sur y los más que quieran incorporarse”. Entonces, el 14 de agosto de 1830 se reunieron en Riobamba (centro del país) los representantes de cada uno de los departamentos del distrito: Guayaquil, Quito y Cuenca, para redactar lo que sería la Primera Carta Magna y darle finalmente a la República el nombre de Ecuador.