Bloomberg — El petróleo registró su cuarta ganancia semanal consecutiva, ya que los mercados de productos se mantienen ajustados en medio de una fuerte demanda, eclipsando las preocupaciones sobre una desaceleración económica que han agitado los mercados financieros.
El West Texas Intermediate subió hasta situarse por encima de los US$113 el barril, tras fluctuar en una sesión en la que la renta variable se acercó a un mercado bajista, lastrando los precios. A pesar de la agitación, el petróleo registró su mejor racha de aumentos semanales desde mediados de febrero. El aumento de la demanda de carburantes y la reducción de los inventarios en vísperas de la temporada de conducción estival pusieron de manifiesto una situación de oferta fundamentalmente ajustada, incluso cuando los temores económicos más generales sacudieron los mercados de valores.
“Sigue existiendo una desconexión entre el riesgo que los mercados financieros asocian a los activos financieros del crudo y el mercado físico que trata de digerir las liberaciones de SPR para satisfacer la demanda de productos”, dijo Rebecca Babin, trader senior de energía en CIBC Private Wealth Management. “Esta dicotomía mantiene los mercados fragmentados y volátiles: podría acabar siendo un verano cruel para los operadores de energía”.
El crudo se ha disparado casi un 50% este año, ayudado también por el asalto de Rusia a Ucrania, que provocó ondas de choque en los mercados. Mientras que EE.UU. y Reino Unido han anunciado prohibiciones a las exportaciones rusas, los flujos hacia Asia han aumentado. China está tratando de reponer sus reservas estratégicas con petróleo ruso barato, incluso mientras las autoridades luchan por suprimir los brotes de Covid-19. India también ha aumentado sus compras.
El viernes hubo señales contradictorias en China. Mientras los bancos recortan una tasa de interés clave para los préstamos a largo plazo por un récord para reforzar una economía en desaceleración, Shanghái encontró los primeros casos de Covid-19 fuera de la cuarentena en seis días. Ello plantea interrogantes sobre si la relajación del cierre de la ciudad se verá afectada.
Los precios:
El WTI para entrega en junio subió US$1,02 para establecerse en US$113,23 el barril en Nueva York.
El WTI para julio, que tiene mayor volumen e interés abierto, subió 39 centavos y se situó en US$110,28.
El Brent para julio subió 51 centavos y se situó en US$112,55 por barril.
El diferencial de precios del barril de referencia mundial, la diferencia entre los dos contratos más cercanos, se amplió hasta US$2,59 en backwardation, un patrón alcista, frente a los US$1,80 de hace una semana.
Los operadores también están atentos al mercado de productos refinados, ya que la crisis mundial de inventarios coincide con la entrada de la temporada de conducción de verano. El miércoles, los datos sobre el crudo en EE.UU. revelaron que continúa la escasez en el mercado, con una caída de los inventarios de gasolina hasta el nivel más bajo desde diciembre y un repunte de la demanda.
El aumento del petróleo ha contribuido a la inflación más rápida de las últimas décadas, lo que ha llevado a la Reserva Federal de EE.UU. a prometer que seguirá subiendo las tasas de interés hasta que haya señales claras de que las presiones sobre los precios están disminuyendo. Esto ha provocado cambios radicales en el apetito de los inversionistas por el riesgo, lo que ha hecho oscilar los mercados de acciones, bonos y materias primas.
Con la asistencia de Paul Burkhardt.
Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.