Bloomberg Línea — La posibilidad de que las autoridades monetarias reduzcan los costos asociados a la emisión de dinero en efectivo, junto con la conveniencia que tendrían los ciudadanos al hacer sus transacciones de manera virtual, están impulsando los proyectos para adoptar una moneda digital dentro de los países.
Lo anterior se desprende del panel “El caso de las monedas digitales de los bancos centrales”, realizado en el New Economy Gateway Latin America de Bloomberg, que se celebra en Panamá, y en el que participaron Richard Byles, gobernador del Banco de Jamaica, y Alexandre Tombini, representante jefe de la Oficina del Banco de Pagos Internacionales para las Américas (o BIS, por sus siglas en inglés).
Durante su intervención, Tombini destacó cómo la industria de las criptomonedas ha venido creciendo, luego de “año muy importante” en 2021, y a pesar de las caídas que se han visto desde que comenzó 2022. Existe futuro en este mercado, señaló el directivo.
Por su parte, Byles aseguró que no es fanático de los criptoactivos aunque sí de las monedas digitales que pueden emitir los bancos centrales de cada uno de los países. En el caso de Jamaica, desde agosto del año pasado el banco central acuñó su moneda electrónica con la promesa de que cualquier ciudadano de ese país podría utilizarla a través de un teléfono móvil.
“No soy fanático de las criptomonedas. Para mí, las divisas deben ser estables y las criptomonedas debido a la manera cómo se comercializan tienen mucha volatilidad, de manera tal que es mejor quedarnos lo más lejos posible. Podemos desarrollar nuestras propias monedas digitales desde nuestro país, al salir de nuestras fronteras se sale de nuestras regulaciones”, dijo el gobernador del Banco de Jamaica.
Para Tombini, lo claro es que los bancos centrales están buscando un complemento para el efectivo, un punto en el que estuvo de acuerdo Byles pues señaló que el dinero en efectivo es “sumamente costoso”, pues se tienen que asumir gastos de distribución o de seguridad que no existen con las monedas digitales de los bancos centrales (o CBDC, por sus siglas en inglés).
Al ser consultado sobre el costo en seguridad informática para proteger la divisa digital ante un ataque informático, Byles dijo que en el caso de Jamaica es un costo que se asumirá, pero que representa una “fracción mínima” de lo que significa distribuir el dinero en efectivo.
La implementación en Jamaica no ha estado exenta de obstáculos, pues aún se encuentra en un fase piloto y no ha tenido una acogida universal al punto que el gobierno tuvo que ofrecer en marzo de este año US$16 gratis a los primeros 100.000 ciudadanos que la utilizaran.
Para Tombini, cada país tiene una idea diferente, aunque es de destacar el auge que tuvieron los pagos digitales en medio de la pandemia.
Y es que Jamaica no está sola en su intento. Un informe publicado a principios de este mes por el BIS ya había revelado que nueve de cada 10 bancos centrales estaban explorando la posibilidad de crear sus propias monedas digitales y, además, más de la mitad ya las están desarrollando o realizando experimentos.
Byles añadió que en el caso de Jamaica tienen todo un programa para digitalizar la economía, que incluye el pago virtual de servicios o impuestos, con el objetivo de que hacer negocios sea mucho más fácil. Insistió en que las CBDC tienen muchas ventajas, como su seguridad o la rapidez para utilizarlas. Además, la conveniencia que ofrecen para que las personas hagan sus transacciones “sin tener que tocar un banco”.
El estudio del BIS encontró que dos tercios de las instituciones consultadas dijeron que las monedas digitales de los bancos centrales podrían emitirse para fines minoristas “en un futuro previsible”.
Además de Jamaica, China, Nigeria, las Bahamas y algunas islas del Caribe Oriental ya están emitiendo o probando monedas digitales orientadas al consumidor. Para Tombini, al final, el estatus de la divisa tiene que ver con muchos más factores, como la fortaleza de sus instituciones, la liquidez de su mercado e incluso de la calidad del Estado de derecho.