Bloomberg — Mientras Turquía amenaza con bloquear las solicitudes de ingreso en la OTAN de Suecia y Finlandia tras la invasión rusa de Ucrania, Bloomberg habló con tres altos funcionarios turcos sobre lo que su gobierno pretende conseguir con esta maniobra de alto riesgo.
Los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato, diciendo que no estaban autorizados a hablar públicamente sobre las deliberaciones internas del gobierno, y todos dieron evaluaciones muy similares. Aquí un resumen de lo que dijeron.
La militancia kurda
Ankara insiste en que los nuevos candidatos a la adhesión a la OTAN reconozcan su preocupación por las milicias kurdas, tanto dentro de Turquía como a través de sus fronteras en Siria e Irak.
Esta ha sido una importante fuente de tensión dentro de la alianza, ya que mientras todos los miembros de la OTAN reconocen al Partido de los Trabajadores del Kurdistán, o PKK, como una organización terrorista dentro de Turquía, muchos han apoyado e incluso armado a su rama siria, el YPG, en la lucha contra el Estado Islámico.
Turquía exige que Suecia y Finlandia denuncien públicamente no sólo al PKK, sino también a sus afiliados, antes de que se les permita entrar en el bloque. Los funcionarios turcos dijeron que designar al PKK como una organización terrorista no es suficiente: los solicitantes nórdicos deben hacer más para reprimir a los simpatizantes del PKK que dice que están activos en sus países.
Exportación de armas
Turquía también quiere que Suecia y Finlandia pongan fin a las restricciones a la exportación de armas que impusieron a Turquía, junto con varios otros miembros de la Unión Europea, después de su incursión de 2019 en Siria para hacer retroceder al YPG de la frontera, dijeron los funcionarios.
Si bien el comercio de armas de Turquía con los dos países es insignificante y no está buscando ninguna compra importante de defensa con ellos, los funcionarios dijeron que, en principio, Ankara no aceptará ampliar una alianza militar a los países que bloquean acuerdos de armas. El ministro de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, lo ha manifestado públicamente, diciendo que las restricciones armamentísticas van “contra el espíritu” de una alianza.
Errores del pasado
Turquía aceptó el regreso de Grecia a la OTAN en la década de 1980, después de que ambos países libraran una guerra en 1974 a causa de Chipre, y está dispuesta a no repetir lo que ahora en Ankara, según los funcionarios, se considera un error.
Atenas y sus aliados chipriotas se convirtieron más tarde en los principales obstáculos para el ingreso de Turquía en la UE, rechazaron una votación de la ONU sobre un plan de unificación para Chipre y han mantenido constantes disputas territoriales con Turquía sobre partes del mar Egeo y del Mediterráneo.
Aprendiendo de esa lección, los funcionarios dijeron que no sería prudente esperar que Turquía cambie de rumbo y acceda a la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN a menos que primero se resuelvan las disputas y los países nórdicos se comprometan públicamente a solidarizarse con Turquía contra los grupos kurdos.
Otras exigencias
Aunque los funcionarios dijeron que Turquía no está buscando negociar sobre temas más allá de las posturas de Finlandia y Suecia en el conflicto kurdo, las quejas de Ankara con la OTAN son profundas y su lista de deseos es larga.
Turquía quiere que se le vuelva a incluir en el programa de aviones avanzados F-35, del que se le excluyó tras comprar a Rusia sistemas de defensa antimisiles S-400. También tiene una petición pendiente a EE.UU. para comprar docenas de aviones de guerra F-16 y kits de mejora para su flota actual. Además, Turquía quiere que Estados Unidos levante las sanciones por su posesión de los misiles S-400.
Utilizar su influencia sobre la expansión de la OTAN para lograr cualquiera de estos objetivos será un reto. Pero Turquía ha demostrado que está dispuesta a mantenerse en su postura e incluso a sufrir daños en su economía. Esto se ha visto ilustrado en las recientes disputas geopolíticas sobre un pastor estadounidense detenido, el acuerdo de misiles ruso o sus campañas militares contra los kurdos.
Rusia, elecciones
Los funcionarios descartaron la idea de que la oposición de Turquía a la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN tenga algo que ver con sus vínculos con Rusia, o con la amistad del presidente Recep Tayyip Erdogan con el presidente ruso Vladimir Putin.
Turquía ha buscado una postura de equilibrio en la guerra de Ucrania, ya que trata de balancear sus lazos tanto con Moscú (que es fundamental para proteger a las tropas turcas desplegadas en Siria) como con Kiev, a la que Ankara ha suministrado drones armados.
También negaron que la táctica de la OTAN esté vinculada a la política interna, rechazando las especulaciones de que elevar la cuestión kurda a un escenario global está destinado a beneficiar a Erdogan mediante la consolidación del apoyo entre los nacionalistas antes de las elecciones previstas para el próximo año.
Turquía está llevando a cabo una política exterior en línea con sus propios intereses nacionales, y estaría de acuerdo con la expansión de la OTAN en caso de que las preocupaciones que ha esbozado con respecto a las naciones nórdicas se cumplan, dijeron los funcionarios.
Respuesta nórdica
El presidente finlandés, Sauli Niinisto, que viaja el jueves a Washington D.C. con la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, dijo que es optimista respecto a la postura de Turquía, la cual puede “gestionarse mediante conversaciones”, sin abordar ninguna de las demandas específicas de Ankara.
En una entrevista con YLE TV1 el martes, el ministro de Asuntos Exteriores finlandés, Pekka Haavisto, dijo que su gobierno estaba en contacto diario con los diplomáticos turcos. Evitó la cuestión del YPG, diciendo que si la preocupación de Turquía era el PKK, éste está catalogado como organización terrorista y prohibido en Finlandia.
Suecia y Finlandia solicitaron formalmente su adhesión a la alianza el miércoles por la mañana. El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que las preocupaciones de seguridad de los aliados deben ser abordadas, y que la OTAN estaba decidida a trabajar en los problemas y llegar a una rápida conclusión.
Con la asistencia de Leo Laikola.
Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.