Santiago — La startup chilena Algramo llegó a Kingswinford, en el Reino Unido, a finales de abril después de una alianza con la cadena de supermercados Lidl. Fue su primera escala en el mercado europeo, al cual quiere conquistar con su modelo de economía circular.
“Es como la entrada a las grandes ligas, por decirlo de alguna manera; donde hay otros competidores activos, donde las marcas están más atentas”, dijo José Manuel Moller, fundador y CEO de Algramo, en conversación con Bloomberg Línea.
Su innovación nació de la cotidianidad. Cuando estudiaba en la universidad debió mudarse con otros tres compañeros a un sector de Santiago de menores recursos económicos. Iban a vivir seis meses allí, en la comuna de La Granja; pero se quedaron un año y medio. En ese tiempo, Moller se hacía cargo de las compras diarias, y lo hacían en la tienda del barrio, donde adquiría productos en formato pequeño y a bajo costo por no contar con suficiente dinero. Su conclusión es que el “problema social y ambiental son dos caras de una misma moneda”.
Y piensa que, en el actual contexto de inflación global, impulsado por la guerra entre Ucrania y Rusia, su iniciativa sería una solución. “Mañana podríamos tener los mismos problemas por sequía o inundaciones. Para nosotros es igual de importante ser un actor de impacto social como de impacto ambiental. Y nos damos cuenta de que la gente no puede elegir entre el bolsillo, llegar a fin de mes, o salvar al planeta. Esa gente busca sobrevivir y llegar a fin de mes y comprar lo más barato; y ahí está el desafío de cómo hacer que lo sustentable”.
Por eso, opina que hoy, que los precios se han elevado, lo que ofrece Algramo es una alternativa. “Representa un ahorro eliminando un costo, no cambiando la calidad del producto y, además, tiene un impacto ambiental muy positivo. Hoy es importante volver al granel, a este estilo de compra”.
Según Moller, el boom de este modelo de negocios debiera ser en los siguientes cinco años, contando con “muchos actores” y no solo Algramo. La startup, que triplicó su volumen entre 2020 y 2022, partirá con una ronda de serie B a mediados de año. “Creemos que todavía estamos recién comenzando el crecimiento”.
Esta entrevista, que fue editada por motivos de extensión y claridad, Moller comentó sobre sus planes de expansión y crecimiento.
BLOOMBERG LÍNEA: ¿En qué momento las marcas de consumo dejan de ser pensadas como una competencia para convertirse en un aliado?
J.M. Moller: Eso ocurre en 2018. Estaba perdiendo el tiempo con mi forma de pensar, porque es imposible cambiar la industria sin los principales actores del mercado; y el foco de Algramo no es la pelea por ser un unicornio, sino cambiar una industria del consumo, que es algo mucho más difícil porque se trata de modificar los hábitos de consumo de las personas.
Y supe que si no están las marcas números uno y dos de cada categoría, no sería posible. Fue ahí me tragué mi orgullo millennials, de tener como enemigo al grande, y dije: ‘¿Sabes qué? Voy a tener que cruzar la calle y conversar con ellos, porque si no lo hago, no hay chance de que lleguemos al 2030 reduciendo las emisiones como las debemos reducir’.
También me di cuenta de que en la escuela de negocios de Chile me habían entrenado para competir y nunca me enseñaron a colaborar. Y suena romántico, pero en la práctica es simple: “¿Cómo nos ponemos de acuerdo?”. Yo estaba entrenado para quitar espacio al otro, pero no para colaborar; y estamos por un bien mayor: la reducción del plástico.
¿Es una prueba de fuego el mercado del Reino Unido?
Este año tenemos dos pruebas importantes, esta en el Reino Unido, y la que debiéramos tener en México en julio.
El Reino Unido es como el Silicon Valley del refill. Hay más pruebas, más testeos, más marcas, y tener un buen desempeño allí, obviamente que habla bien de una startup que viene de Latinoamérica y exportando tecnología. En segundo lugar, es el mercado más relevante de Europa en esta categoría (de economía circular). No sé si es una prueba de fuego, pero sí es muy relevante.
En México, el cliente es más cercano al mercado chileno, donde hay un hambre y volumen por crear una categoría.
¿En cuánto tiempo estiman que podrían expandirse a otras ciudades de Europa?
Hay dos ejes de crecimiento en este negocio, uno tiene que ver con la geografía y el otro con la categoría de productos o la profundidad que pueda alcanzar el canal de punto de venta. Nosotros comenzamos con productos de detergentes para la ropa, pero nos gustaría crecer en los mismos puntos de venta en jabón, champú y bálsamo.
Y en términos geográficos lo que sucede comúnmente es que los reteiler hacen un piloto y esperan, al menos unos seis meses, para tener datos. Luego de eso, viene de pasar de una fase piloto a una de roll out, que normalmente depende del mercado. Pero esperamos pasar de unos cuatro a cinco puntos a unos 30 o 40 puntos de venta, donde todo eso siga siendo en UK.
Las posibilidades de crecimiento son inmensas. Vemos como segundo mercado Francia o Alemania. Este último porque es el país principal de Lidl; y el segundo, Francia, porque tiene la regulación más exigente en términos de empaquetados.
¿Cuál será su estrategia para entrar al mercado mexicano?
Vamos a entrar con un partner de retail, que no puedo revelar todavía; y, en términos de marcas, seguiremos trabajando con las mismas. Debiéramos estar, al menos, en 10 salas de piloto alrededor de agosto, y después pasar de la fase piloto a una presencia un poquito más grande el próximo año. Siempre entramos con nuestras categorías iniciales: home care y personal care.
Ustedes hicieron recientemente una alianza con Sodimac y Unilever en Chile. ¿Qué otros proyectos tienen planificado para este año?
Entramos en un nuevo canal de ventas, que pensamos lanzar a fines de mayo o junio, relacionado con bebidas. ¿Por qué bebidas? Es la categoría que más contamina en el mundo. En el ranking de contaminantes, el número uno es bebestibles, el dos personal care y el tercero home care.
Ya estamos con el segundo y el tercero, y nos queda pendiente la categoría más contaminante. Y eso lo vamos a lanzar a fin de mayo o en junio. No puedo mencionar la marca aún, pero tiene que ver con uno de los actores más importantes de bebidas del mundo. Eso nos abre una nueva línea de negocios, porque vamos a partir en campus universitarios y también en colegios, ecosistemas cerrados.
¿Cómo se visualizan en los dos próximos años?
Tendremos crecimiento en dos ámbitos; primero, en negocios como bebidas, cafetería, otros puntos de ventas; el establecimiento ya dejará de ser en Chile, y aparecerán otros mercados. Ya partimos en Reino Unido, partiremos en México; pero en dos años debiera aparecer un Brasil para empezar a conquistar Latinoamérica. Esperamos que Colombia pueda adaptar su regulación, que hoy prohíbe la venta del refill de home y personal care, en los próximos dos años y así ser uno de los principales actores.
A nivel global, en términos de refill, todo eso pasará en dos años. Lo interesante es que pasará con o sin Algramo, porque la regulación está empujando a que las marcas a cambiar, y el consumidor lo está exigiendo.
Es una industria que tiene viento a favor de la regulación. Al contrario de otros negocios, nos beneficia que se regule más porque incentiva este tipo de soluciones. Creemos que de acá al 2025 serán años críticos, porque nos empezaremos a dar cuenta de que en el planeta no estamos haciendo lo suficiente para cumplir el Acuerdo de París, y ahí sí que se van a radicalizar las decisiones y habrá un espacio de crecimiento más potente.
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