Bogotá — Justo & Bueno vive sus peores momentos, esperando un último salvavidas antes de que la compañía sea liquidada ante el inminente pago de sus obligaciones. Se podría salvar con una medida transitoria que se adoptó en medio del estado de emergencia por el coronavirus en Colombia.
La última carta que se juega la cadena de descuento duro está en el artículo 6 de la Ley 560 de 2020, al cual puede aplicar luego de que el juez resolviera favorablemente esa solicitud en una audiencia reciente.
Dicho artículo hace referencia al salvamento de empresas en estado de liquidación inminente y abre la opción para que Justo & Bueno sea rescatada.
Tras la crisis que enfrenta la cadena, su CEO Michel Olmi habló en entrevista con Portafolio sobre los motivos que llevaron a la cadena a su actual coyuntura y respondió a aquellos que se sintieron engañados pues creyeron en un posible salvavidas que al final no se logró y llevarían a la fulminante liquidación de la empresa.
Olmi dijo que “no hemos engañado a nadie. Trabajamos día y noche por una posible opción de salvamento para Justo & Bueno. Lo que diga es poco porque los afectados hemos sido muchos. Desde el principio actuamos con la mayor responsabilidad, tratando de evitar el peor escenario y sabiendo que la única salida era mantener la operación activa”.
El directivo también comentó en la entrevista que ven “con beneplácito la oportunidad del juez para acoger a la empresa al artículo 6 de la Ley 560 de reorganización, ya que esto permite una nueva oportunidad de salvamento en los próximos 30 días”.
Olmi añadió que desde enero a la fecha las deudas suman aproximadamente US$35 millones, mientras que el pasivo reorganizable asciende a US$281 millones.
El CEO resaltó al medio citado que tras las dificultades que enfrentaron por la crisis, este año “se requería una inyección de capital inicial estimada en US$25 millones para cubrir el déficit de caja de los primeros meses del año y lo percibíamos como realizable. Es así como solo con 30% de ese capital logramos reabastecer las tiendas, aumentar las ventas y retomar la confianza de nuestros aliados”.
Sin embargo, demoras en el ingreso de capital extranjero “nos causaron problemas para mantenernos al día con los gastos administrativos y acumulamos deudas corrientes que a la fecha suman US$35 millones”.
Sobre el fondo chino que iba a inyectar el capital necesario para que la firma volviera a levantarse, Olmi dijo que “la firma JF Capital International presentó una oferta en marzo, que no solo cubría este saldo corriente, sino que asumía también los gastos operativos a futuro, el costo estimado de la reorganización de las acreencias en Ley 1116 y la estabilización de la compañía para una nueva etapa de crecimiento. Una vez se logró el acuerdo de venta, JF Capital se comprometió a pagar los gastos corrientes acumulados hasta abril, antes del 10 de mayo. Sin embargo, esto lamentablemente no se dio”.
Por último, aseguró en la entrevista que el modelo de negocio parte de un esquema de operación sin activos propios, combinando arrendamientos y leasings para facilitar el crecimiento en fase inicial.
Continuó diciendo que “una vez se entra en fase de acumulación después de alcanzar punto de equilibrio, el modelo permite transitar a la construcción de un portafolio de activos fijos que consolidan la situación patrimonial de la empresa. Justo & Bueno no alcanzó a acercarse a esta segunda etapa y por eso no tiene una base significativa de activos fijos que respalden acreencias ante un escenario de liquidación”.