Buenos Aires — La inflación en Argentina se mantiene en niveles elevados y desvela al Gobierno de Alberto Fernández, que aún no logra encontrar una manera de ponerle un freno. Según los últimos datos del INDEC, fue de 6% en abril y la medición interanual se ubicó en 58%, la mayor en 30 años.
Aunque algunos analistas proyectan una desaceleración estacional de aquí a fin de año, los analistas consultados por el Banco Central estiman que 2022 cerrará con una suba de aproximadamente 65%, el mayor porcentaje anual desde la salida de la hiperinflación de fines de los ‘80.
Los espacios políticos tienen distintas miradas sobre lo que se debe hacer para revertir la tendencia al alza y, en el caso del diputado nacional Javier Milei, quien asegura que la inflación se trata de un “impuesto ilegal” que se paga todos los meses, la propuesta es eliminar al Banco Central para terminar con esa problemática.
De hecho, una de las principales críticas de la oposición hacia el Gobierno nacional es que utiliza una elevada inflación para licuar sus gastos y mejorar así el déficit fiscal.
Los argumentos de Milei
“Este impuesto afecta más a quienes menos tienen y aquellos que cobran sueldos fijos. Esto genera violencia social, protestas, imposibilidad de fijar precios y escasez. Es un fenómeno monetario. Sin BCRA [Banco Central de la República Argentina] no hay inflación”, expresa un folleto de La Libertad Avanza que envió a Bloomberg Línea Javier Milei.
En el mismo, el diputado propone una serie de reformas del Estado a lo largo de tres generaciones. En la primera, se encuentra la eliminación del Banco Central.
De acuerdo con su perspectiva, “la inflación se genera cuando los políticos usan el BCRA para imprimir más pesos para ‘ponerle dinero en el bolsillo a la gente’, intentando tapar la pérdida del valor de la moneda”.
“También emiten más billetes para financiar sus gastos políticos y aumentar el gasto público generando rehenes del Estado, al destruir la iniciativa privada”, indica el partido de Milei.
En ese sentido, sostiene que “el estado no produce riqueza y se mantiene con impuestos de aquellos que sí la producen”. “A su vez crea regulaciones que impiden a empresarios grandes y pequeños generar puestos de trabajo”, señala.
¿Y las reformas?
El diputado sugiere reformas de primera, segunda y tercera generación. Las del primer grupo se vinculan con una reforma del Estado con reducción del gasto público, reforma tributaria, baja de impuestos; una flexibilización del mercado laboral hacia adelante, apertura unilateral al comercio internacional, reforma financiera, banca libre con desregulación del sistema financiero y libre competencia de moneda.
En el caso de la segunda, apunta a una reforma del sistema previsional, programa de retiro voluntario de empleados públicos, eliminación de planes sociales una vez que los beneficiarios ya no los necesiten y “liquidación” del BCRA.
El grupo de reformas de tercera generación, en tanto, pretende una reforma del sistema de salud, acceso a la salud privada y competitiva de libre empresa, una reforma del sistema educativo, un sistema de seguridad “no invasivo” para la población y la eliminación de la coparticipación.
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