Bogotá — La cadena de supermercados Justo & Bueno definirá este jueves su suerte en la audiencia que ha sido convocada por la Superintendencia de Sociedades para conocer si finalmente se ha concretado la prometida inyección de capital por parte de Joining Futures Capital International Limited (JFC).
Pero la situación parece definida luego de que la misma empresa informara que en la noche del pasado 10 de mayo Mercadería S.A.S. (Justo & Bueno) radicó a través de su apoderado especial una solicitud de apertura del proceso de liquidación judicial de la sociedad ante la Superintendencia de Sociedades.
“Lamentamos profundamente que no se haya efectuado el pago como prometió el nuevo propietario a los colaboradores, arrendadores y acreedores. En virtud de nuestro análisis de inviabilidad, es nuestro deber solicitar la apertura del proceso, actuando con responsabilidad ante los acreedores, las autoridades, la sociedad, y ante quienes han sido beneficiados por este modelo que busca mejorar la calidad de vida de las familias”, señaló en un comunicado.
A la expectativa están no solo los acreedores sino también los poco más de 5.300 trabajadores de la compañía que están a la espera de que se resuelva el futuro de Justo & Bueno, que fue fundada en 2016 en Colombia y que ahora se expone a la liquidación en caso de que no haya recibido el capital.
Hasta comienzos de año, cerca de 450 mipymes eran proveedores de las tiendas en todo el país, pero con el pasar de los meses este número se fue reduciendo debido a la incertidumbre generada.
Si bien Justo & Bueno reportó un crecimiento en ventas del 23% en el 2020 (totalizó US$1.044 millones), a comienzos del 2021 el retiro de un grupo de inversores que estaban dispuestos a destinar unos US$100 millones le cobró factura.
Esto ocurrió en un momento en el que un 30 % de las tiendas no habían alcanzado el punto de equilibrio y era necesario obtener recursos para capitalizar adecuadamente a la empresa, según dijeron en su momento fuentes cercanas a la compañía.
Fue así como la empresa entró en el proceso de reorganización empresarial de emergencia con sus acreedores, en medio de la expectativa de que lograra por fin la consecución de recursos para mantener a flote su operación.
Cuando se daba prácticamente por hecho, en octubre del año pasado el fondo extranjero VR Global, que iba a inyectar al menos US$75 millones en la cadena colombiana de descuento duro, retiró su propuesta.
VR Global se justificó al indicar que con este negocio presuntamente no se satisfacían algunas de las condiciones que habían sido incorporadas en la propuesta, por lo que se solicitó el reembolso de gastos y la “terminación de estas tratativas”.
Ya en enero de este año, el CEO de la empresa, el chileno Michel Olmi, dijo a Bloomberg Línea que la cadena de supermercados había sido adquirida por una firma extranjera y se despidió de su socio principal, la firma panameña Grupo Reve.
Pero fue solo finales de abril cuando se confirmó que Justo & Bueno era propiedad del colocador de capitales con oficinas en Hong Kong Joining Futures Capital International Limited (JFC), un anuncio que no terminó de convencer a los acreedores y empleados que manifestaron su inconformismo por la falta de respuestas en las recientes audiencias.
De estas citas se desprendió que la sociedad presenta un déficit de caja de $135.000 millones al 30 de abril de 2022 solo por gastos de administración de la reorganización.
Aunque las posibilidades siguen abiertas, la entrada de este dinero sería determinante en la audiencia, por lo que se espera un pronunciamiento más decisivo frente al tema, como han demandado algunos acreedores y trabajadores a quienes se les adeuda, según algunas fuentes que siguen el caso.
En una reciente entrevista con Bloomberg Línea, Jhony Zhang, director y vicepresidente de la junta directiva de JFC, manifestó que Justo & Bueno recibiría US$628 millones y buscaría su expansión a México, Ecuador y Argentina.
“El 29 de marzo del 2022 firmamos el compromiso de inversión en Justo & Bueno. Al invertir en una compañía en proceso de insolvencia en cualquier parte del mundo, normalmente nos toma entre 90 y 120 días culminar la colocación de los recursos según las políticas de cada país”, dijo en la entrevista.
Agregó en ese momento que esperaban “contar con la ayuda del Gobierno de Colombia y las entidades bancarias nacionales para que este proceso no demore el tiempo acostumbrado y de una manera extraordinaria se pueda colocar el dinero de los fondos antes del 10 de mayo”.