Bogotá — Por la guerra que ha desatado Rusia contra Ucrania se le han impuesto sanciones al país liderado por Vladimir Putin, entre estas está dejarle de comprar carbón, lo cual representa una gran oportunidad de negocio para otros países que quieran abastecer el mercado europeo. Sin embargo, a Colombia no le llama mucho la atención sacarle provecho a eso.
Vale decir que Rusia suministra aproximadamente la mitad del carbón térmico de Europa para alimentar sus centrales eléctricas y generar electricidad.
¿Por qué para Colombia no es tan atractivo suplir esa nueva demanda tras las sanciones que le prohíben a Europa comprarle carbón a Rusia? Sobre esto Carlos Cante, presidente de la Federación Nacional de Productores de Carbón (Fenalcarbón) dijo en entrevista con Bloomberg Línea que básicamente no les atrae porque sería una demanda coyuntural, la cual requiere de millonarias inversiones para ampliar la capacidad de producción del país, algo que no sería tan rentable.
El presidente añadió que sí ha habido una escalada de llamadas de Europa a productores colombianos. No obstante, comentó que “las sanciones de mercados energéticos consumidores de Rusia empiezan a regir en agosto 10 lo que quiere decir que los cargamentos de carbón van a seguir llegando hasta esa fecha y habría que ver qué tanto ese suministro hasta agosto esté garantizando las reservas que se requieren para terminar el año (...) No hay todavía situaciones consolidadas”.
Cante agregó que “si Europa está dispuesta a ofrecer contratos a largo plazo, Colombia puede ser un suministrador confiable. Aquí hay posibilidades de hacer minería, pero a largo plazo (...) Nadie le va a apostar a eso si no es un mercado a largo plazo”.
Ahora bien, el directivo dijo que la pregunta es si Colombia tiene la capacidad de respuesta para abastecer esa nueva demanda. “Cuando tu estás en un mercado como el colombiano que no supera las 60 millones de toneladas de carbón térmico al año, donde tienes claro en dónde están los proyectos y qué capacidad tienen, pues difícilmente puedes decir que esa mayor demanda de carbón la vamos a suplir de manera rápida”.
El volumen de carbón que demanda Europa es grande, aseguró el directivo al tiempo que dijo que Colombia eventualmente podría aportar una parte de esa demanda y toca preguntarse es si las compañías están dispuestas a redireccionar exportaciones frente a clientes que ya tiene consolidados y “pues eso no lo va a hacer nadie porque Europa hoy está teniendo una demanda coyuntural”.
“La pregunta es si Europa va a sostener la demanda de carbones para decir listo, se hacen las inversiones, pero ¿amplio las áreas, genero mayores costos en maquinaria, en equipos, en planta para que tu me hagas un pedido de 200.000 toneladas y no me vuelvas a llamar? Eso precisamente es lo que decimos que no es garantía porque la situación hoy no sabemos qué tan temporal pueda llegar a ser”, comentó Cante.
“Las empresas lo que están pidiendo es, yo voy a mandar los carbones donde me ofrezcan garantías de largo plazo y Europa no está ofreciendo eso, está negociando carbón spot por la presión coyuntural que tiene y eso es precisamente lo que a nosotros como empresas no nos llama mucho la atención”,
Carlos Cante
La transición energética...
En palabras del directivo, el carbón va a seguir siendo necesario en los próximos años. “El mundo va a seguir creciendo, estamos hablamos de más de 1.000 millones de personas adicionales para 2050, es gente que va a demandar más energía. Esa energía que están pidiendo es confiable y barata y las fuentes que pueden aportar eso están basadas en el carbón y gas”.
Cante también expuso que las posibilidades de que el mundo que hoy consume 7.000 millones de toneladas de carbón térmico anual continúe consumiendo eso hacia 2050 son altas, se mantendría igual. Aunque la participación del carbón en la torta de generación de energía va a ser menor en un 5% o 6%, la demanda en volumen va a seguir siendo similar. “Mientras el mundo siga demandando carbón, Colombia puede ser un proveedor confiable”.
A lo anterior el presidente de Fenalcarbón dijo que actualmente Colombia produce cerca de 60 millones de toneladas pero ha visto niveles de 90 millones en 2017, por lo que “sí se llegaran a dar las señales en materia de política global sobre la continuidad del carbón dentro de las matrices energéticas de respaldo de países industrialmente poderosos, muy seguramente Colombia va a incrementar el nivel de inversiones hacia el largo plazo que nos pueda permitir volver a volúmenes de 90 y hasta 100 millones de toneladas de carbón para exportación”.
Expectativas para 2022
Sobre este tema Cante aseguró que las exportaciones del sector van a ser un poco mayores a las vistas en 2021. “El año pasado cerramos en cerca de 55 millones de toneladas de carbón térmico, 4,2 millones de coque y 1,1 millones de metalúrgico crudo, este año vamos a estar un poco por encima de 60 millones de térmico, en metalúrgico casi igual y en coque esperamos más de 4,5 millones de toneladas”.
“Sí hay mayor demanda, mayor flujo del comercio internacional pero la capacidad de respuesta que tiene hoy Colombia casi que diríamos que está al máximo”,
Sobre el panorama electoral que se avecina el directivo dijo que “hay mucha incertidumbre porque hay un programa de gobierno que plantea acabar con la industria del carbón y del petróleo y eso nos tiene en pausa, sobre todo en decisiones de ampliación de operación. Estamos produciendo y exportando todo lo que tenemos en nuestra capacidad hoy”.
A la pregunta de si las compañías se irían si gana un gobierno que quiera desincentivar la industria, como lo ha propuesto Gustavo Petro, Cante explicó que “el problema no es que se vayan. Muchas veces la gente cree que la actividad minera es de multinacionales, pero en Colombia quedan dos o tres, la mayoría de los 1.200 títulos mineros de carbón que existen hoy son de empresas nacionales”.
Más allá de si se trata de compañías nacionales o internacionales, “la pregunta es de dónde va a salir la plata para indemnizar las inversiones que tienen los titulares mineros con los derechos adquiridos si es que se toma una decisión de cerrar la actividad. Eso es algo que se volvería impagable para la Nación”.
Por último agregó que las empresas tienen unos derechos que “son concesionales y si se los van a quitar seguramente se constituiría en una expropiación y constitucionalmente la expropiación tiene la oportunidad de una liquidación y esas indemnizaciones habría que contarlas por millones de dólares y yo no creo que Colombia tenga la capacidad fiscal para enfrentarlas”.