Bloomberg Línea — El papel de Europa en la producción y el tráfico internacional de drogas ilegales está cambiando mientras el consumo de cocaína se expande rápidamente en ese continente, según la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial (Europol) y el Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías (EMCDDA).
Redes criminales de Latinoamérica y de Europa están asociándose hoy día para producir, traficar y distribuir cocaína y metanfetamina en zonas europeas, y posiblemente en América del Sur, de acuerdo con el último análisis de Europol y EMCCDA.
“Las redes europeas están impulsando la eficiencia de la producción aprovechando el conocimiento de sus contrapartes en las regiones productoras de drogas de América Latina”, sostiene el informe.
Los grupos de México, que tradicionalmente han sido algunos de los principales proveedores de fentanilo, heroína, metanfetamina y cocaína en Estados Unidos, ahora se han convertido en proveedores mayoristas de metanfetamina y cocaína para el mercado europeo exportando desde puertos de América del Sur.
El informe alerta que la nueva colaboración entre los grupos delictivos alrededor del mundo está creando nuevas amenazas para la seguridad y expandiendo los mercados de drogas con “innovación en los procesos y una gama cada vez mayor de productos que pueden ser peligrosos para los consumidores”.
Según los datos de 20 países europeos, se estima que en 2020 ocurrieron 473 muertes relacionadas con la cocaína, sin embargo, es probable que las cifras sean mayores porque los datos de algunos países clave no están disponibles.
“Nuestros nuevos análisis muestran que ahora nos enfrentamos a una amenaza creciente de un mercado de drogas más diverso y dinámico, impulsado por una colaboración más estrecha entre las organizaciones criminales europeas e internacionales. Esto ha resultado en niveles récord de disponibilidad de drogas, aumento de violencia y corrupción, y mayores problemas de salud”, dijo Alexis Goosdeel, director del EMCDDA.
Europa, una importante región productora de drogas sintéticas, está produciendo más cocaína con mayor frecuencia, lo que indica el cambio en su dinámica, mientras se convierte en un punto de transbordo clave para las drogas que se originan en otros lugares y se destinan a otras regiones del mundo.
La droga se está procesando principalmente en Bélgica, España y Países Bajos en colaboración con grupos de Brasil, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Panamá, Perú y Surinam. “Se han procesado grandes cantidades de polvo de cocaína a partir de productos intermedios, como la pasta de coca y la base de cocaína”, lo cuales se introducen de contrabando desde América del Sur y luego se extraen en instalaciones especializadas. La mayor parte de la producción todavía tiene lugar en Colombia, Bolivia y Perú, pera parece expandirse a otros países.
La cocaína es la segunda droga ilícita más consumida en la Unión Europea con un valor de mercado minorista en 2020 de EUR$10.500 millones. Alrededor de 3,5 millones de europeos de entre 15 y 64 años informaron haber consumido la droga en el último año, según el informe.
Si bien el consumo de cocaína sigue concentrado en el sur y el oeste de Europa, el mercado parece estar extendiéndose hacia el este.
En 2020 se incautaron cantidades récord de cocaína (214,6 toneladas) en Europa por cuarto año consecutivo, un aumento del 6% con respecto a 2019.
La pandemia de Covid-19 parece haber tenido solo un impacto muy limitado en la producción de cocaína en América del Sur, ya que las incautaciones mundiales ascendieron a 1.436 toneladas en 2019, la mayor cantidad comunicada en la historia.
México, Europa y la metanfetamina
Sobre la metanfetamina, la UE abastece a los mercados internos y externos siendo una zona de destino y tránsito de esta droga procedente, por ejemplo, de Irán, Nigeria y México con destino a Asia y Oceanía.
De acuerdo con la investigación, los productores europeos de drogas sintéticas trabajan actualmente con redes mexicanas para explotar la infraestructura existente en Europa.
Entre 2010 y 2020, el número de incautaciones en la UE se duplicó de 3.000 a 6.200, y las cantidades incautadas aumentaron un 477% a 2,2 toneladas en 2020, de las cuales un número significativo era originario de México.
“Históricamente, la producción en Europa se daba en laboratorios de ‘cocina’ pequeños en República Checa y sus países vecinos. Si bien todavía existen, ahora hay una creciente preocupación por las instalaciones ubicadas en Bélgica y los Países Bajos, donde se puede producir a una escala considerablemente mayor”, de acuerdo con el documento.
Las autoridades europeas advierten que la expansión del mercado de la cocaína en la UE ha traído consigo un aumento de homicidios, secuestros y violencia que se extiende a quienes están fuera del mercado como abogados, funcionarios y periodistas.
Además, el análisis encontró un nuevo impacto del tráfico de drogas: el golpe ambiental multifacético.
Esta problemática incluye el uso de fertilizantes y la deforestación que provoca erosión y al agotamiento del suelo así como el vertido de desechos químicos, que a su vez contamina ríos y los depósitos de agua subterráneos y altos costos de limpieza.
El impacto ambiental del transporte de cocaína entre los países de origen y los mercados de consumo es difícil de evaluar, ya que el tráfico transatlántico a granel se produce principalmente a través de envíos de mercancías lícitas, lo que contribuye a las consecuencias ambientales generales de las cadenas de suministro mundiales lícitas.
Teniendo en cuenta los cientos de toneladas de cocaína incautadas a nivel mundial, las emisiones relacionadas con el transporte de cocaína mediante el uso de carga marítima y aérea, y también aviones y barcos más pequeños, podrían ser considerables.