Bogotá — La inflación, que en Colombia superó el 9% en abril, sigue pasándole factura al gasto de los hogares, que a pesar de que sigue creciendo, pierde ritmo por cuenta del alza de los precios.
De acuerdo con la firma Raddar, el gasto de los hogares en Colombia en abril de 2022 fue de $69,9 billones, en los 4 primeros meses fue de $288,8 billones y en los últimos 12 meses fue de $857,5 billones.
Este gasto tuvo un crecimiento en dinero del 12,76% frente al mismo mes del año anterior; los hogares tuvieron una inflación mensual de 1,25% y de 9,23% frente al año pasado, causando que el gasto real presentara una variación de 3,23% frente al año anterior. Con lo cual el impacto de la inflación continúa desacelerando el crecimiento de del gasto.
En el cuarto mes del año, el gasto tuvo un crecimiento del 3,2% frente al mismo mes del año anterior, del 3,8% en lo que va corrido del año y del 5,2% en los últimos doce meses. Mientras que frente al mes anterior se denota un decrecimiento del -3,2%.
Si bien el gasto está en terreno positivo, se registra una desaceleración que no es igual en todos los hogares, siendo el nivel de ingreso un factor determinante para la dinámica de gasto que se presenta en esta época de alta inflación.
Por eso se puede evidenciar, que el nivel de ingreso que más afectado se ha visto es el bajo, que en este mes registró una variación del 0,7% con respecto al año pasado.
En contraste, los hogares de nivel de ingreso alto registraron un crecimiento superior al 6%, lo que lleva a que si bien el porcentaje de hogares con altos ingresos es bajo, son quienes en este momento están jalonando la dinámica de gasto del país.
La colocación crediticia en los hogares por parte del sector financiero en tarjetas de crédito, consumo e hipotecarios creció en abril de 2022, fue de 27,4%, frente al mismo mes del año pasado; el valor de las transacciones con tarjetas de crédito creció 44,1% frente al mismo mes del año pasado.
La inflación es hoy un tema que está afectando a todos los hogares independientemente de su nivel de ingreso, ya que hasta la inflación para hogares de ingreso alto es superior al 7%.
Sin embargo, si bien esta inflación genera el mismo efecto en todos los niveles, que es una pérdida del poder adquisitivo y suprimir algunos gastos, ese impacto es mayor en los hogares de bajos ingresos, ya que la pérdida de su poder adquisitivo está siendo en canastas que se consideran fundamentales, que en el caso de los alimentos está generando que se migre entre categorías que pueden ser sustitutas entre ellas, se disminuya la cantidad comprada o se hayan suprimido del todo.
En línea con el crecimiento poco homogéneo, se presenta una variación en la inflación de las canastas de acuerdo con el nivel de ingresos, en donde alimentos y educación han crecido en mayor magnitud para los niveles bajos, mientras que los ingresos medios han sentido un mayor incremento de precios en vivienda, gracias al aumento en los bienes y servicios relacionados, además de que los subsidios y ayudas del gobierno se enfocan en ingresos bajos. En efecto, los hogares de ingresos altos presentan mayor inflación en transporte y comunicaciones.
