San Pedro Sula — Tras más de una semana de socializaciones con distintos sectores, el dictamen de la Ley especial para garantizar el servicio de energía eléctrica como un bien público de seguridad nacional y un derecho humano de naturaleza económica y social pasó este martes por su primer debate en el Congreso Nacional.
El proyecto enviado desde el Poder Ejecutivo pretende hacer una reforma al subsector eléctrico, al tiempo de impulsar el rescate financiero de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee) y renegociar diferentes contratos de energía entre el Estado y empresas generadoras de energía térmica y renovable.
“La reforma energética que se propone para Honduras es crucial para el desarrollo y mejoramiento de las condiciones de vida de los hondureños”, dijo Tomas Rodríguez, subsecretario de Energía (SEN).
El funcionario conversó con Bloomberg Línea a propósito del lanzamiento del Programa de Educación en Eficiencia Energética (PEEE), a cargo de la SEN y la Enee, con el que buscan sustituir 5.2 millones de focos fluorescentes e incandescentes por bombillas LED en más de 1.3 millones de hogares a nivel nacional.
La iniciativa, apoyada por la República de China (Taiwán), asemeja a una campaña desarrollada durante el gobierno de José Manuel Zelaya Rosales (2006-2009), quien es esposo y asesor presidencial de la mandataria Xiomara Castro.
“Ya han habido iniciativas similares. En el Gobierno del Poder Ciudadano ya había una entrega justo del paso anterior, que eran de los focos incandescentes, los que predominaban, a focos inteligentes, que son los de espiral. Ahora, 14 años después, nos toca ir un paso más allá”, explicó Rodríguez.
La receta para recuperar a la Enee
Los balances generales de la Enee evidencian que la estatal lleva más de dos décadas de registrar números en rojos. Al igual que Castro, Zelaya Rosales encontró a la empresa en un inminente colapso, mas no al nivel de la actualidad: un déficit de 70.298 millones de lempiras (HNL), es decir, US$2.868 millones y un 38% de pérdidas de la energía producida.
“Ahora que volvió a tomar las riendas un partido (Libertad y Refundación), personal y funcionarios con una mentalidad igual de enfocada en beneficiar a la mayoría de la población directamente, pues retomamos la iniciativa y ahora vamos a cambiar las viejas tecnologías por la tecnología nueva”, agregó el subsecretario de Energía.
En una consulta a reporte Para que los hechos no se repitan: informe de la comisión de la verdad y la reconciliación, hecho dos años después del golpe de Estado de 2009, señalaba que el principal desafío del expresidente Zelaya Rosales era recuperar técnica y financieramente a la Enee.
En su discurso de toma de posesión en 2006, el entonces mandatario habló de reducir pérdidas, aumento de la capacidad gerencial y eficiencia operacional, renegociar contratos con térmicas, ajustes tarifarios progresivos, focalización de subsidios, cobro inmediato de las deudas por mora, promoción y concreción de contratos para generación de energía renovable y un plan de inversiones de largo plazo apoyado por la cooperación externa.
El esfuerzo por reducir las pérdidas dio resultados, que pese a no ser los esperados si han sido los más relevantes de los últimos años: en diciembre de 2006 el porcentaje de pérdidas de la Enee era de 24,88% y en diciembre de 2009 de 21,40%.
1.5 millones sin acceso a energía
En su discurso a propósito de los primeros 100 días de Gobierno, la presidenta Castro consideró que la Enee “es un caso emblemático y no es casual, por ello que haya sido vilipendiada por todos los interesados en hundirla, con el propósito de que el Estado la vendiera por unas cuantas monedas”.
Según la mandataria, “todas las empresas involucradas en el negocio de la energía eléctrica tienen ganancia. La única que pierde es la Enee. No es raro entonces que tengamos la energía más costosa de la región y además, sin ninguna opción de ampliar la cobertura a sectores que aún en esta tercera década del siglo XXI siguen a obscuras”.
De acuerdo con el Sistema de Información Energética de Latinoamérica y el Caribe (sieLAC) de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), solo el 85% de los hogares hondureños tienen energía eléctrica, es decir, hay 1.5 millones de personas sin acceso al servicio básico.
“Además, es importante destacar que ese 85% no necesariamente cuenta con energía eléctrica de calidad”, señaló la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah) en un comunicado en el que respaldó la aprobación de la Ley especial para hacer de la energía eléctrica un bien público.
El proyecto legislativo propone la revisión de contratos con empresas privadas productoras de energía térmica y renovable. Al respecto, la presidenta Castro aseguró que los renegociarán “transparentemente”.
“La revisión de contratos de energía es toral para la economía, porque está absorbiendo bastantes recursos del presupuesto y la idea es que las tarifas se vayan reduciendo y sean a precios más justos. Tampoco es de 100 días, pero por los menos se están dando los primeros indicios para atender la temática”, dijo la economista y docente hondureña Liliana Castillo, durante una conferencia web organizada por Alianza Américas.
También el Gobierno aprobó un subsidio de energía del 100% a todos los usuarios con consumos inferiores a 150 kilovatio-hora al mes, que a pesar de que inicialmente beneficiaría a 1.3 millones de clientes de la Enee, como la mandataria dijo en su discurso, la cifra es inferior luego que se han descartado a usuarios de zonas de alta plusvalía.