San Salvador — El Banco de Desarrollo de El Salvador sufrió un recorte en su calificación de riesgo como emisor de moneda extranjera a Caa3, desde Caa1, con perspectiva negativa, en la escala de Moody’s.
La acción ocurre luego de la degradación de los bonos soberanos que sufrió el gobierno de El Salvador, que bajaron de Caa1 a Caa3, solo un peldaño más arriba del “impago esperado” o “inminente”.
Bandesal juega un papel clave para la economía salvadoreña ya que se desempeña como un banco de segundo piso y, además, administra el Fideicomiso Bitcoin (Fidebitcoin).
El Fidebitcoin garantiza “la convertibilidad automática e instantánea del bitcoin (XBT) a dólar de los Estados de Unidos de América” y fue creado como parte del esquema para implementar la Ley Bitcoin en El Salvador, en 2021.
El banco maneja los fondos –inicialmente US$150 millones– al proveer los medios y la infraestructura para la ejecución de transacciones de conversión entre bitcoin y dólares y otros aspectos operativos.
En su argumentación, Moody’s no profundizó en esta característica de Bandesal, pero señaló que, al ser un banco estatal, “su solvencia está intrínsecamente interconectada con la del gobierno”.
El Salvador se enfrentará a un desafiante calendario de amortización de la deuda con vencimientos de bonos en 2023 y 2025, en un contexto de continuas tensiones de financiación y altas necesidades de recursos.
Los riesgos de Bandesal
Según Moody’s, un deterioro del acceso de El Salvador al crédito podría generarle presiones de financiamiento al banco en cuestión.
“Estas presiones están parcialmente mitigadas por la dependencia de Bandesal de la financiación multilateral a largo plazo”, reflexionó.
A pesar de ser un banco estatal, Bandesal no tiene deuda soberana de El Salvador, y no proporciona financiación directa al gobierno, según la actual Ley del Banco de Desarrollo de El Salvador, una condición que podría atenuar presiones adicionales.
Sin embargo, la institución financiera también puede resultar afectada por “la baja previsibilidad de las instituciones y las políticas gubernamentales, junto con las presiones de liquidez del soberano”.
A la fecha, Bandesal tiene una posición de capital sólida y la ventaja de que enfocarse en préstamos indirectos, a través de otros socios financieros. “Ha mantenido unas buenas métricas de calidad de los activos”, observó Moody’s.
“La fuerte capitalización de Bandesal representa una fortaleza clave y proporciona un colchón considerable para absorber las pérdidas y apoyar el crecimiento de los préstamos”, señaló Moody’s.
No obstante, los riesgos aumentaron en los últimos dos años. En el período de 2020 a 2021, los créditos directos a las mipymes se ampliaron al 31% de los préstamos brutos, desde el 5% que representaban en el período 2018-2019.
El banco debe fortalecer su vigilancia, ya que estos préstamos vencerán en un contexto de inflación y condiciones económicas desfavorables.
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