Montevideo — Los empresarios esperan que la inflación en Uruguay se ubique en 8,9% para fin de año, según el promedio de la Encuesta de Expectativas Empresariales realizada en abril por la consultora Exante entre 302 gerentes y altos ejecutivos de compañías locales.
Para el cierre de 2023, el promedio de los empresarios espera una inflación de 7,9%. “Los ejecutivos consultados esperan que el repunte inflacionario observado en los últimos meses sea bastante persistente en el corto plazo y aguardan que la inflación cierre tanto 2022 como 2023 lejos del rango meta”, señaló el informe. Solo el 1,4% de los encuestados espera que la inflación esté por debajo del 6% a fines de 2023, el techo del rango meta fijado desde setiembre de este año por el Banco Central del Uruguay (BCU).
Entre los ejecutivos ven cada vez más lejos la meta de inflación en el horizonte de mediano plazo. Según la encuesta, casi la mitad de los consultados (48%) augura que la inflación se mantendrá arriba del 7% dentro de al menos tres años. En la medición anterior, de octubre, el 27% esperaba ese nivel para el período dentro de tres o cuatro años. También se redujo la cantidad que auguran un nivel próximo al objetivo.
“Como matiz positivo, se observa que el aumento de las expectativas de inflación para el próximo año ha sido menor al de la inflación efectivamente observada en los últimos meses y que son relativamente pocos los que prevén niveles de inflación de dos dígitos (10% de los consultados en el caso de 2022 y menos de 2% en el caso de 2023)”, señaló el informe en su resumen ejecutivo.
La encuesta formulada entre el 1° de abril y el 30 de abril tuvo una muestra de 302 gerentes y altos ejecutivos de grandes y medianas compañías que operan en Uruguay y es realizada mediante una técnica no probabilística.
El estudio de Exante fue realizado antes de que este miércoles se divulgara el dato de inflación de abril. El Índice de Precios al Consumo se mantuvo estable en el cuarto mes del año y se ubicó en 9,4% en términos interanuales. El Instituto Nacional de Estadística difundirá este viernes su Encuesta de Expectativas Empresariales.
En sus últimas salidas públicas, el presidente del Banco Central del Uruguay, Diego Labat, ratificó el camino emprendido por la institución para anclar las expectativas en el mediano y largo plazo. El regulador inició desde agosto del año pasado un proceso de alza de tasas de interés. La última suba comunicada el 7 de abril fue de 125 puntos básicos hasta 8,5%, al tiempo que las anteriores habían sido de 75 puntos básicos.
Exante, en tanto, adelantó la semana pasada durante un desayuno con clientes algunos datos preliminares de la encuesta, entre ellos que el 89% de los empresarios consultados en abril consideraba bueno o muy bueno el clima de negocios en Uruguay, el mejor registro de los últimos 10 años, como informó Bloomberg Línea. Además el 52% de los consultados señaló que la inversión de su empresa aumentaría en los próximos 12 meses.
En su informe ampliado divulgado este jueves 5, la compañía destacó la “excepcional” evaluación del clima de negocios, aunque al mismo tiempo señaló que se abren “nuevos desafíos” para la política económica.
La economista y socia de Exante, Tamara Schandy, había señalado la semana pasada que existe un “clima bastante cauteloso” sobre la generación de puestos de trabajo. El 67% de los encuestados afirmó que la producción de su compañía aumentará y el 32% sostuvo habrá un incremento en el nivel de empleo.
Se mueven las expectativas
El Observatorio de la Coyuntura Económica de la Universidad Católica del Uruguay encabezado por el economista Javier de Haedo tituló su último boletín semanal como “Expectativas en movimiento”, al analizar la última encuesta sobre inflación, actividad económica y tipo de cambio que realizó el Banco Central del Uruguay (BCU) entre analistas y agentes del mercado.
El informe del BCU, divulgado el 27 de abril, señaló que la mediana de los consultados espera para fin de año una inflación de 8,5%, lo que representó una corrección al alza en relación al 7,9% esperado según la mediana de la medición de marzo y el 7,1% de febrero. Para el fin del año próximo se espera una inflación de 7,0% y para diciembre de 2024 de 6,6%. Eso, según remarcó el informe, “en todos los casos se trata de magnitudes superiores al techo del rango meta que guía al BCU”.
“Mucho más lejos aún está la proyección de la encuesta para 2024, del objetivo de 3,7% que para ese año se fijó el MEF en el Presupuesto. Con aquellas expectativas de inflación, en todo el quinquenio se acumularía un crecimiento de 46,2% en los precios al consumidor, frente a una proyección presupuestal de 34,5%”, completó el informe firmado por de Haedo.
En abril, la variación mensual de la inflación fue 0,49% y estuvo por debajo del 0,72% que indicó la mediana de los analistas.
“Señal de alerta”
El Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) también presentó este miércoles su último boletín macroeconómico, donde analizó la evolución de la inflación. El think thank remarcó que “la economía uruguaya está afrontando un proceso de aceleración inflacionaria”, que no es un fenómeno doméstico sino que ocurre en otros países, pero de todos modos marcó algunas características sobre la evolución de los precios en Uruguay.
Los alimentos y bebidas (sin carne) fueron los de mayor incidencia en abril, con una contribución de 0,25 puntos porcentuales, señaló el informe. En tanto, los rubros frutas y verduras y carne tuvieron “una contribución negativa dado la reversión del efecto de la sequía en los meses anteriores y la exoneración de IVA al asado de tira”.
El núcleo inflacionario construido por el CED presentó un incremento mensual de 0,8% y en términos interanuales subió dos décimas a 9,0%. Así las cosas, si bien el dato de la estabilidad de abril “luce positivo”, el comportamiento de precios de rubros puntuales genera una “señal de alerta”, señaló el documento.
“Lo anterior da cuenta de una aceleración de las presiones inflacionarias más genuinas de la economía, lo cual debe ser interpretado como una señal de alerta adicional, teniendo en cuenta que la economía está atravesando un proceso de sólida recuperación de la actividad y el empleo, así como se avecinan incrementos salariales y correctivos por inflación en la gran mayoría de los sectores no transables”, sostuvo el informe.
El CED señaló que entre los transables los precios de los commodities “lucen firmes en el corto plazo” y eso pondrá presión al precio de los alimentos, aunque “la debilidad del tipo de cambio debería continuar moderando el alza de precios en bienes industriales”. Por su parte, en el rubro de los no transables, signados en abril por el incremento de la gastronomía, la recreación y la cultura, “se comienzan a ver efectos de segunda ronda derivados del aumento de precios internacionales y se avecinan importantes incrementos salariales para el mes de julio”.
Desde el CED advirtieron que en mayo se alcanzará el máximo de la inflación en el año para luego comenzar a ceder y ubicarse en torno a 8,2% a fin de año.
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