Brasil promueve uso de etanol en Guatemala, pero aún no se define una ruta clara

Los 45 años de experiencia del país sudamericano en el uso y producción del biocombustible respaldan su implementación. Sin embargo, en el país faltan por definir políticas claras, sólidas y a largo plazo.

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Guatemala — Al menos 70 países a nivel mundial ya cuentan con mandatos que establecen la mezcla de etanol en la gasolina. En India y el Reino Unido están aumentando los niveles para reducir las emisiones y mejorar la calidad del aire.

Guatemala fue el segundo país seleccionado y primero en Latinoamérica para llevar a cabo el seminario de Movilidad Sostenible “Ethanol Talks”, que arrancó en Asia en el 2020 y donde se celebraron ediciones en Nueva Delhi (India), Bangkok (Tailandia) e Islamabad (Pakistán).

El evento fue patrocinado por la Asociación Brasileña de la Industria de la Caña de Azúcar (UNICA) en colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil, Apex-Brasil y la Asociación Brasileña de Producción Local de Alcohol (APLA).

En Brasil, toda la gasolina contiene el 27% de etanol lo cual ha evitado la emisión de 600 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.

En ese contexto, Vera Álvarez, embajadora de Brasil, refirió que a través del seminario y la visita de expertos se promueve un diálogo profundo y sustantivo entre los formuladores de políticas públicas, reguladores, representantes de la industria y expertos técnicos en el sector del etanol en Guatemala y Brasil.

“Nosotros como país no buscamos vender el etanol como producto, más bien, nuestra intención es ayudar a Guatemala para que pueda sumarse a los demás países que ya hacen uso de los combustibles renovables, logrando así fortalecer la economía de los ciudadanos y disminuir considerablemente la contaminación”, expresó Álvarez.

Políticas sólidas, claras y a largo plazo

Autoridades del Ministerio de Energía y Minas (MEM) participaron en el primer seminario donde destacaron el uso de etanol como una alternativa de movilidad baja en carbono, una solución que contribuye al cuidado del medio ambiente, fortalece la economía y favorece la salud de los guatemaltecos.

“El etanol tiene una de las menores huellas de carbono entre los combustibles, pudiendo reducir hasta un 90% en comparación con la gasolina. Es una alternativa viable y accesible, pero requiere una política de biocombustibles sólida, clara y a largo plazo”, afirma Evandro Gussi.

Alberto Pimentel Mata, ministro de Energía y Minas comentó, durante la inauguración del evento, que es un tema clave para el desarrollo del país y la región, porque se trata de sostenibilidad, seguridad energética y el futuro de las naciones.

Además, expresó que Guatemala está enfrentando grandes retos para asegurar esas fuentes energéticas.

Intercambio de experiencias

Otros de los propósitos del seminario es establecer iniciativas centradas en las políticas para reducir los niveles de emisión de gases de efecto invernadero derivados del uso del etanol.

Además, se establece el intercambio de información sobre la biomasa y el acceso al mercado y la sostenibilidad de los biocombustibles, así como la creación de un centro virtual de excelencia en bioenergía.

“Es sumamente importante que aprovechemos aquellas fuentes energéticas cuya disponibilidad tenemos localmente”, agregó Pimentel.

En el evento también participaron los viceministros del MEM, Luis Ayala, Oscar Pérez y Manuel Arita, así como funcionarios del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN).

Los funcionarios compartieron con actores de la cadena de comercialización, importadores de combustibles, transportistas, expendedores de gasolina e importadores de vehículos y motocicletas, además de productores de etanol y representantes de la Universidad del Valle de Guatemala, entre otros.

Alto potencial

El etanol tiene una de las menores huellas de carbono del mundo y puede reducir las emisiones hasta en un 90 % en comparación con la gasolina.

Desde 2003, con el lanzamiento de los automóviles con gasolina flex en Brasil, el etanol ha evitado la emisión de casi 600 millones de toneladas de CO2 a la atmosfera y aún tiene la capacidad de superar esa cifra.

En Guatemala, con una política efectiva que implemente la mezcla de 10% de etanol en la gasolina, es posible evitar la emisión de aproximadamente 250.000 toneladas de CO2 anuales.

Esta medida ayudaría al país latinoamericano a cumplir los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París. El objetivo de los guatemaltecos es reducir el 11% de sus emisiones globales de CO2 para 2030.

El cultivo de la caña de azúcar es uno de los principales motores de la economía guatemalteca, ya que el 70% de la producción de azúcar se exporta: el país es el sexto exportador de este producto.

La capacidad instalada de etanol es de 246 millones de litros al año. Para mezclar un 10% de etanol en la gasolina del país se necesitan 238 millones de litros al año. Hay un excedente de melaza que actualmente no se transforma en biocombustible.

“Guatemala tiene el potencial productivo para apalancar la industria de la bioenergía, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles, que es una demanda importante en el mundo”, destaca el director ejecutivo de UNICA, Eduardo Leão de Sousa.

Para que el uso de etanol en Guatemala sea una realidad, es necesario que se involucren varios actores como el Ministerio de Energía y Minas, Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, los productores de etanol, importadores de combustibles, transporte de combustibles e importadores de vehículos y motocicletas, entre otros. Y se agote una hoja de ruta que permita la implementación en el país.

Debate en el uso de etanol

El etanol dominante en el mercado de América Central y del Norte es producido a partir de maíz en Estados Unidos.

Un artículo científico publicado por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, PNAS, llamado: “Resultados ambientales del estándar de combustible renovable de Estados Unidos”, refirió lo siguiente:

“La intensidad de carbono del etanol producido a partir de maíz bajo el RFS (estándar de combustible renovable de Estados Unidos) no es menor a la de la gasolina, y seguramente es al menos 24% mayor.”

En los Estados Unidos, el uso de etanol como oxigenante en las gasolinas provocó los siguientes efectos:

  • Aumentó el precio del maíz 30% y el precio de otros cultivos 20%.
  • Expandió el área cultivada de maíz 8.7% y el total en el país 2.4%.
  • Condujo a un aumento de entre 3 y 8% en el uso de fertilizantes, y de entre 3 y 5% en otros productos que degradan la calidad del agua.

Como resultado, la intensidad de carbono del etanol producido a partir de maíz bajo el estándar de combustible renovable no es menor a la de la gasolina, y seguramente es al menos 24% mayor.

Por otro lado, un análisis del Centro de Investigación en Política Pública en México, titulado: “Modificaciones a la norma de combustibles puede empeorar la calidad del aire en todo México” encuentra los siguientes impactos por el aumento del uso del etanol:

“El uso de etanol en las gasolinas incrementa de manera importante los niveles de ozono y PM en las ciudades ocasionando mala calidad del aire y con ello daños al medio ambiente y la salud de las personas.”

“Cabe resaltar que, por la edad promedio de la flota vehicular mexicana, gran parte de los autos que circulan en el país no cuentan con sistemas adecuados para evitar las emisiones fugitivas derivadas de la intensa presión de vapor generada por la mezcla de alcohol con gasolina.”

Un estudio de Yale muestra que las mezclas de gasolina que tienen más etanol contaminan más, reducen la eficiencia de los combustibles, aumentan los precios de la comida y pueden causar daño a los motores.