San Salvador — La banca originaria de Centroamérica está avanzando con mayor rapidez hacia la pospandemia, en comparación con la de origen extrarregional.
Los grupos bancarios de Guatemala y Honduras crecieron a mayor velocidad. Los de mayor fortaleza fueron la Corporación BI, de Guatemala, y el Grupo Financiero Atlántida, de Honduras, cuyos activos aumentaron en 15,7% y 15,6%, respectivamente, en la variación anual a diciembre de 2021.
A estos los siguió el hondureño Grupo Financiero FICOHSA (13,5%) y el Grupo Financiero Banrural (12,7%). La operación regional de Citigroup fue la de mejor desempeño entre los bancos de capital internacional, con 8% de avance.
Las cifras se desprenden del Ranking de Bancos de Centroamérica y Panamá que elaboró la revista Estrategia & Negocios, el cual analiza el comportamiento de los grupos financieros según sus activos bancarios.
Como criterio de selección, la publicación incluye a los grupos financieros que operen dos o más bancos en Centroamérica y Panamá. Toma como base la información de las superintendencias de bancos de la región (SIB, SSF, CNBS, Siboif, SUGEF y la Superintendencia de Bancos de Panamá).
Bajo estas condiciones, enlista a 16 grupos financieros en Centroamérica: 10 de capital centroamericano y 6 internacionales, sobre todo de Colombia.
Los grupos colombianos encabezan el ranking por activos. Grupo Aval es el primer lugar en la región, pues acumuló US$34.522,6 millones en todas sus subsidiarias del istmo y tuvo una tasa de crecimiento del 2,2%; por su parte, Grupo Bancolombia es segundo, con US$26.365,9 millones y 2,5% de avance.
Le continúan del tercer al sexto lugar: Corporación BI (US$20.100,3 millones), Grupo Financiero BG de Panamá (US$17.540,4 millones), Grupo Financiero Banrural ($13.211 millones) y Grupo Promerica (US$10.546,4 millones).
El estudio también enlista a los bancos por su desempeño individual. Con ese criterio y siempre por activos, Banco Industrial es el mayor de Centroamérica (US$16.035,9 millones/+14,8%), seguido de Banco Nacional de Costa Rica ($12.389,9 millones/+2,6%) y el Banrural de Guatemala (US$12.359,2 millones/+13,5%).
La banca y la economía
Los resultados de los bancos son importantes para evaluar el comportamiento de la economía, sobre todo en el contexto de una región que avanza hacia la pospandemia, coincidieron analistas.
“La banca centroamericana se está recuperando de la crisis, como se observa en el mayor crecimiento del crédito y la mejora en rentabilidad. Al inicio, en 2020, redujo el crecimiento debido a la incertidumbre y a la menor actividad económica, fortaleció su liquidez y constituyó prudencialmente reservas de crédito, lo que afectó su rentabilidad”, dijo Rolando Martínez, director sénior de Instituciones Financieras de Fitch Ratings para Latinoamérica.
En el crecimiento visto en 2021 ha influido positivamente la implementación de medidas oportunas para contener el deterioro de la calidad de activos, así como las estrategias para ayudar a los clientes durante la pandemia, valoró Alfredo Calvo, director sénior y líder del sector de instituciones financieras en América Latina de S&P Global Ratings.
Los bancos de Guatemala exhibieron mejores índices de crecimiento precisamente porque el país resistió mejor la pandemia. “En Guatemala el impacto fue menor debido a que fue el país con la menor contracción económica, por ello los bancos mantuvieron un desempeño más estable”, analizó Martínez, de Fitch Ratings.
“En Guatemala también vimos niveles de rentabilidad que no fueron tan afectados o incluso no afectados. Ya vemos niveles de retorno de activos al cierre de 2021 encima o por igual de los niveles prepandemia”, dijo por su lado Jesús Sotomayor, director y líder del grupo de instituciones financieras en América Latina de S&P Global Ratings.
Sobre este año 2022, las perspectivas son mixtas. Martínez prospectó que este año tiende a mejorar dado que las presiones de deterioro de cartera son menores. “En general la banca centroamericana aún está en proceso de recuperación y esperamos que durante2022 alcance los niveles prepandemia”, vaticinó.
Por otro lado, Calvo, de S&P, dijo que las perspectivas de 2022 eran más positivas al inicio del año, pero se han trastocado por la guerra entre Rusia y Ucrania y sus efectos globales.
“Ya teníamos en el radar factores como incremento en tasas de interés en los diferentes sistemas de la región, ya había un cambio de políticas monetarias de Estados Unidos que podían arrancar, y todo esto respondía a los altos niveles de inflación en los diferentes países; estaba la discusión si era transitoria y vimos que no, fue más bien algo permanente. Prevemos que este año sea un factor importante que genere presión en los diferentes sistemas bancarios”, reflexionó Calvo.