QUITO — La oficina de Isabel Noboa Pontón queda en el último piso del Executive Center, en el corazón comercial y financiero de Guayaquil. Desde allí, la empresaria más poderosa del Ecuador dirige el Nobis Holding de Inversiones, antes Consorcio Nobis, que facturó más de US$ 500 millones en 2021, agrupa a 15 empresas de distintos sectores (agroindustrial, inmobiliario, energía, entre otros), participa como inversionista en seis compañías adicionales y lleva adelante tres iniciativas sociales.
La dirección de este conglomerado, que además emplea a 5.000 personas, ha llevado a Noboa a convertirse en la empresaria con mayor reputación del Ecuador y una de las más visionarias.
En entrevista con Bloomberg Línea, Noboa habla sobre las metas alcanzadas por el holding en sus primeros 25 años de vida -que se cumplen este 2022- y de cómo asumió la tarea de revitalizar las empresas que fueron legado de su padre: Luis Noboa Naranjo, el más importante empresario de su época que murió en 1994.
Pero la ejecutiva también da su visión sobre el potencial que tiene el país para atraer inversiones a través de la empresa privada y sobre cómo la corrupción ha retrasado al Ecuador.
Isabel Noboa destaca que, a pesar de las múltiples crisis políticas y económicas, ellos nunca han dejado de invertir y piensan seguir haciéndolo. En lo político, está convencida de que el Gobierno debe ser un supervisor de la obra pública más no un administrador y cree que el Ecuador ya está listo para ser dirigido por una mujer.
DECIDIR NO SER PARTE DE LA CRISIS
Usted empezó con Consorcio Nobis dos años antes de la gran crisis de 1999, ¿cómo administró ese momento?
Tuvimos que ser resilientes, creativos. Estábamos comenzando con el área inmobiliaria y construyendo este edificio (el Executive Center) y el Hotel Sheraton. Entonces vino el congelamiento de fondos y luego vinieron los intereses de hasta 18%. ¿Cómo podíamos manejar ese momento cuando estamos en plena construcción de estos edificios y queríamos dar una buena imagen a nuestros clientes? Decidimos usar el trueque, por ejemplo, a cambio de que nos pintaran el edificio, nosotros dábamos acciones. Si teníamos que comprar cemento, a cambio podíamos dar una oficina en el edificio.
Pero la parte más difícil fue la bancaria. Estábamos debiendo mucho dinero, entonces fui a hablar directamente con el presidente del banco y le dije que quería pagar mis deudas y lo único que le pedí es que me ayude a reestructurar la deuda. Creo que le dio pena lanzarme a la bancarrota y finalmente me reestructuró la deuda y pudimos salir adelante.
¿Cuál fue el primer proyecto después de la crisis?
Vinieron muchísimos proyectos, en Guayaquil desarrollamos toda esta área con hospitales, oficinas, pero además nos fuimos a Machala, a Manta. Desarrollamos el Hotel Howard Johnson en Loja y así fuimos paliando la crisis.
Muchas empresas cerraron en esa época, ¿qué sostuvo a Nobis?
El equipo de trabajo, la creatividad, la resiliencia, decidir no participar de la crisis sino más bien ser parte de la solución.
¿En algún momento declinó de algún negocio por intuición?
Quizá pudo ser intuición. Por ejemplo, cuando hubo el boom camaronero, en un momento pensé en invertir, pero algo me detuvo y enseguida vino la mancha blanca (una plaga que golpeó al sector). Ahí dije: “Qué suerte que no me metí”. Pero soy una mujer que trata de buscar objetivos claros y ver cómo con mi equipo podemos rendir más.
Sobre los nuevos proyectos de Nobis, acaban de anunciar la construcción del primer rascacielos del Ecuador en Guayaquil, con 170 metros de alto, ¿cómo nació esta idea?
Primero hicimos The Point, que era el edificio más alto que había y decidimos unir dos grupos, como es Milenio, que pertenece a mi hijo político Pablo Campana, y Pronobis, que es el grupo del holding, para lanzar este rascacielos. Estamos muy contentos. Recién lo vamos a lanzar al público, pero ya tenemos muchísima gente que quiere participar en este edificio. Generalmente esperamos que haya un 60% del edificio vendido para comenzar la construcción.
INVERSIÓN, EMPRESA, TRANSPARENCIA
El Ecuador ha visto ir y venir gobiernos, ha vivido graves épocas de inestabilidad, pero empresas como las suyas se han mantenido. ¿A qué cree que se debe aquello?
Creo que cuando uno trabaja con convicción sale adelante. La fe es un factor impresionante, estoy convencida de eso y siempre les digo a mis colaboradores: solo el que puede ver lo invisible puede hacer lo imposible. En tu mente tienes que ver salidas, no obstáculos. No quedarte en los problemas.
¿A pesar de los avatares políticos que conocemos?, ¿cree que es un buen momento para la inversión?
Nosotros nunca hemos dejado de invertir en el país y nos ha ido bien, a pesar de las crisis que ha tenido el Ecuador, y creo que podemos ser parte del progreso del país. También invertiremos en las alianzas que vengan.
¿Hay alguna expectativa de dónde podría participar Nobis en las alianzas público-privadas?
Generalmente sería como accionista, para enseñarles un poco el camino dentro del país.
¿Cuál cree que es el aporte de la empresa privada en este modelo de negocio?
Creo que la empresa privada es realmente la gestora del progreso del país. Yo presidí el Consejo Nacional de Competitividad (2003) y fue asesorada por el INCAE de Costa Rica y ellos siempre decían: el presidente debe ser de un controlador, un regulador y un supervisor, más no un administrador. Cuando hay un empresario privado que está manejando (la inversión) con la supervisión del presidente, las cosas son distintas.
¿Cree que existe más transparencia en la empresa privada?
Por supuesto, y mucha más estabilidad, siempre se producen más réditos, más utilidad para el país.
Pero la Ley de Inversiones se archivó recientemente porque los legisladores aducían que era privatizadora…
Mucha gente –creo yo- piensa que con las alianzas público-privadas el país está entregando empresas importantes, pero no se dan cuenta de que no son una entrega de por vida, son una concesión. La empresa viene, invierte, da estabilidad, quita la corrupción -que es mucha- y luego se la devuelve al Estado. Pero, además, en el transcurso de su administración produce muchos réditos para el Estado en utilidades que antes no podía generar.
La corrupción que usted ha mencionado es un mal que tristemente nos ha acechado, ¿cómo podría el Ecuador terminar con ese lastre?
Es un proceso, por eso nosotros estamos tratando de inculcar en las escuelas principios y valores, porque esto viene de una enseñanza, de que las personas se den cuenta de que pueden surgir por mérito propio, no robando. Es un proceso, pero depende también de los controles, de las sanciones que se den porque esas sanciones ayudan a tener un país transparente, para que aquellos que están pensando robar se den cuenta de que pueden salir perdiendo.
¿Usted cree que la corrupción ha retrasado al país?
Por supuesto, por supuesto que sí, porque nos han robado muchísimo dinero con la corrupción y ese dinero podría haber sido invertido en salud, educación, vivienda y empleo que es lo que más necesita el ser humano.
EMPODERAMIENTO Y POLÍTICA
¿Cómo ha visto en estas casi tres décadas el posicionamiento de la mujer en espacios directivos?
Dentro del Ecuador, por ejemplo, de 10 empresas 3 están manejadas por mujeres, lo cual ya es un avance. El aporte de la mujer hoy ya es reconocido internacionalmente, lo que es sumamente importante, tanto así que en los países escandinavos obligan a que en los directorios la mitad esté conformada por mujeres.
La mujer, además, tiene una ventaja, y es que siendo ella la madre de familia, el 60% de las decisiones de compra recaen en ella y las mujeres nos preocupamos por la responsabilidad social, por el bienestar de nuestros hijos, por la educación, por la salud… por temas que tal vez los hombres los han visto un poco más de lejos.
¿Qué les diría usted a esas mujeres que están por desistir de sus emprendimientos?
En primer lugar, que sigan sus sueños, que no vean tanto los obstáculos como las soluciones, que trabajen con perseverancia y entrega. Y, lo segundo, que jamás se dejen violentar, deben alzar la voz porque nunca se debe permitir que un hombre violente a una mujer.
¿Usted cree es que hora de una mujer presidenta en el Ecuador?
Bueno, hubo ya una mujer por horas y únicamente por su situación de ser mujer no le permitieron en esa época (1997) seguir con el liderazgo presidencial. Creo que el Ecuador ya está listo (para tener una presidenta mujer).
¿Usted volvería a la función pública?
No. Con lo que tengo por ahora es suficiente.
VISIÓN Y CLAVES DEL NEGOCIO
¿Cuál es la visión que usted tiene para el holding a futuro?
Estamos muy abiertos a nuevas inversiones en el país, creemos que el Ecuador hoy está en un punto estratégico en Latinoamérica y tiene la fortaleza del dólar. También tenemos un gobierno que incentiva las alianzas público-privadas y trata de buscar que estos inversionistas puedan venir a nuestro país. Respaldamos esa venida de inversionistas, que traerá muchas fuentes de empleo.
¿Cuáles son las claves con las que usted ha manejado sus negocios?
Son algunas ideas que he tratado de transmitir a todos los colaboradores de Nobis. En Harvard tuve los mejores profesores y una charla que me impactó fue la de John Brennan que nos describió las claves del éxito. Primero, el sentido de urgencia, es decir, las cosas son para hoy, no para mañana. Segundo, elegir al mejor equipo, aquel que complemente tus cualidades. Tercero, comunicarse a todo nivel, no solo por emails, sino personalmente para que la gente que trabaja contigo tenga objetivos claros. Y en cuarto lugar, ser siempre humilde. El “yo” se acabó, somos “nosotros”.