Cámara hotelera de Bolivia: “Decreto maltrata a turistas que quieren venir al país”

Luis Ampuero señala que el sector ha perdido por pandemia y por normas entre el 80 % y el 90 % del turismo boliviano desde el comienzo de la pandemia

Gremio de los hoteles en Bolivia protesta en La Paz por decreto sobre turistas que visiten ese país. Foto: Cortesía Cámara Hotelera de Bolivia
03 de mayo, 2022 | 08:56 AM

“Turismo sí, burocracia no”, “abrogación”, “turismo de pie, nunca de rodillas”, eran las consignas que cantaban cientos de personas que marcharon bloqueando calles del centro de La Paz la semana pasada.

Hoteles, alojamientos, agencias de viaje, empresas privadas y grupos comunitarios indígenas de turismo se unieron en contra de el Decreto 4574 que impone una serie de normas de registro online al turismo que ingresa al país.

La medida ha sido calificada como “El jaque mate para matar al sector” que venía sufriendo por la Pandemia. Para los marchantes “el gobierno prácticamente no ha hecho nada para rehabilitar el sector” y encima “están ahogando a los proveedores de viajes con medidas que nadie entiende la lógica”.

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El crecimiento del turismo hasta el 2018, era del 9,7% anual, con un aporte estimado en 802 millones de dólares a la economía nacional según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística). En cuanto a generación de empleos, el 10,5% de la población económicamente activa trabajaba en rubros de turismo o directamente relacionados con esta industria. Estos números se fueron a pique en los últimos dos años y se estima que el sector apenas comienza tener un 20 % de recuperación de actividades y que sobre todo son de turismo interno. Luis Ampuero, presidente de la Cámara hotelera de Bolivia, habló con Bloomberg Línea sobre la nueva norma que pone en riesgo la recuperación turística post Pandemia.

Bloomberg Línea: ¿Cómo les perjudica al turista y a los proveedores de servicios ésta medida?

Luis Ampuero: Básicamente es un mecanismo de registro de seguimiento puntilloso del turista a lo largo de su recorrido por Bolivia. Como si todos fueran personas sospechosas que están entrando a Bolivia para hacer algo irregular y que por lo tanto merecen toda la atención estatal. Cada vez que un viajero cambia de hotel, cada vez que toma un servicio turístico –y esto se debe hacer día a día– se debe registrar en una web. Se pide saber donde está el turista, tiene que enviar fotos, localización y asegurarse que eso llega a las oficinas de Seguridad Ciudadana y Migración. Yo no creo que exista ningún otro país, quizás en Corea del Norte, donde exijan eso. Una persona puede viajar a áreas protegidas, áreas rurales o mismo en la ciudad donde no hay señal de internet y no poder hacerlo. Y si en un momento dado incumple la normativa, al salir del país es objeto de sanción y multas por eso.

Esta ley no ha sido consultada con el sector. El gobierno dice: “Esto es lo mejor porque estamos protegiendo a la población para que no entren personas indeseables, etcétera, lo hacemos para aumentar la seguridad ciudadana”. Lo cierto es que se vuelve no solo un mecanismo de acoso, de intimidación al turista, un Big Brother que está encima del turista todo el momento. Es un balazo en el pie al turismo que apenas tenía un breve aleteo post pandemia.

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¿Cómo han sido las negociaciones con el gobierno?

Hemos pedido reuniones, nos dieron una reunión por Zoom y a los pocos minutos la directora de migración se excusó que estaba muy ocupada. Nos dejó colgados con una persona subalterna y la viceministra de turismo hizo lo mismo. Dicen que tienen cosas más importantes. Tendremos que tomar otras formas de presión social para hacernos escuchar. Hay esfuerzos muy buenos para captar el turismo en nuestro país por parte de los emprendimientos hoteleros, hay destinos increíbles ya posicionados internacionalmente, pero las medidas están matando todo.

¿Cuánto ha sufrido el turismo en números en estos años de Pandemia?

No tenemos datos suficientes, hay desconfianza de los mecanismos oficiales de captación de números. Supuestamente, antes de la pandemia Bolivia recibía un 1′800.000 turistas, yo pienso que ese número no corresponde a la realidad, el número de turistas es menor. Sin embargo, después de la pandemia yo estimo que este número prácticamente se ha reducido en un ochenta o noventa porciento. El año pasado el sector estaba parado, no llegaba nadie. Encima con medidas como pruebas PCR, vacunas, multas y visas, todo lo que nuestro gobierno hace es volvernos un país muralla.

El eslogan del gobierno para captar turismo dice “Bolivia te espera”…

Te espera, pero con un montón de trabas, mucho maltrato, con intimidación, con acoso, con la libertad coartada para el viajero que deberá perder su tiempo de descanso en trámites sin sentido. Lamentablemente, los turistas lo van a experimentando y van reportando en todo eso redes sociales. Y eso tiene impacto negativo. Sabemos que llega gente mala al país, no nos vamos a engañar, pero no es necesariamente es el turista, será el que viene a hacer narcotráfico, trata, etcétera. El gobierno debería tener personal capacitado para detectar a esas personas sospechosas como se hace en todo el mundo.

Su sector critica al gobierno del MAS desde la gestión de Evo Morales por medidas como la visa a ciudadanos de Israel que cortaron el turismo hacia la Amazonía boliviana...

Sí, Rurrenabaque, un lugar maravilloso que se fue posicionando gracias al libro Perdido en la selva de Yossi Ghinsberg, un aventurero israelí que se perdió tres semanas y sobrevivió. Esto se vuelve un objeto de culto para los jóvenes que terminan su servicio militar en Israel y todos querían repetir la experiencia. Fue algo fortuito y maravilloso. Pero una iniciativa de algún funcionario del gobierno decidió apoyar a los palestinos imponiendo esta visa a los israelitas y prácticamente de un plumazo han matado el destino Rurrenabaque. Mientras, otros países muy hábiles como Perú, agarran ese flujo de turistas y Bolivia se queda como un idiota, siempre desubicado, siempre disparándose en el pie y siempre dirigido por personajes que causan tanto daño al país.