Bogotá — El gas natural es una de las fuentes clave de cara a la transición energética en la que avanza el país, gracias a su capacidad de reducir en un 100% las emisiones de material particulado fino con capacidad de mejorar la calidad del aire a nivel nacional.
Una alternativa que puede contribuir en este propósito es el gas natural vehícular GNV, que tan solo en 2021, de acuerdo con cifras del mercado, cerca de 16.000 vehículos se convirtieron a gas natural vehicular (GNV), y se incorporaron 1.587 vehículos pesados dedicados a esta tecnología. De esta forma, Colombia superó las 639.000 unidades convertidas; y las 4.000 referencias pesadas dedicadas, entre buses, camiones y volquetas, con las que el GNV se sigue consolidando como una alternativa de movilidad sostenible y competitiva.
Aunque hay importantes avances en la materia, algunos sectores de la población aún no conocen los beneficios de contar con la tecnología GNV, ni los incentivos que ofrece la Ley 2128 de 2021, que promueve el abastecimiento, continuidad, confiabilidad y cobertura del gas combustible. Por lo cual, la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas) reiteró las ventajas de usar gas natural e invitó a la comunidad a considerar la compra o conversión hacia estos medios de transporte, entre sus principales beneficios se encuentran:
● Supone ahorros de hasta el 50% con relación a la gasolina; y de 35%, frente al diésel.
● No tiene restricciones en la circulación (“pico y placa”, “día sin carro”, etc).
● Está exento del pago del IVA.
● Los impuestos no podrán superar el 1% del valor comercial del vehículo.
● Descuento del 10% en las primas de los seguros SOAT, seguros de responsabilidad contractual y extracontractual de los vehículos dedicados a gas natural.
● Disminuye cerca del 100% de las emisiones de material particulado fino, el cual, según la OMS, es el contaminante del aire más dañino para la salud humana.
● Al ser un combustible gaseoso, y no poder extraerse, no tiene problemas frente al robo.
● Los vehículos nuevos dedicados a gas natural quedarán exentos por 10 años de obtener el Certificado de Emisiones Contaminantes y contarán con un descuento del 30% en las revisiones técnico mecánicas.
De hecho, el próximo jueves 5 de mayo, en el Hotel Hilton de Bogotá, la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas) con el respaldo del Ministerio de Minas y Energía, realizará por primera vez en Colombia el Foro Regulatorio Internacional, un evento que reunirá de manera presencial y virtual a los representantes de entes reguladores, expertos y académicos en gas natural de Europa, Norte y Sur América.
El Foro contará con cerca de 18 conferencistas y tiene como objetivo propiciar el intercambio de buenas prácticas regulatorias, en el que se analizarán retos en la armonización regulatoria de mercados energéticos, y se discutirán aspectos de la regulación en la transición energética con énfasis en el gas natural como energético clave de la transición.
Para Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgas, “en el sector de gas natural, Gobierno, regulador e industria concentran sus esfuerzos para que la transición energética que tanto necesita el país llegue de una manera ordenada y justa para el bienestar de los colombianos. Por su disponibilidad, atributos ambientales y precios competitivos, el gas natural es el principal aliado de la transición energética de Colombia”.
Hidrógeno verde, otro actor de la transición
Tras la alianza estratégica anunciada por la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) y la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas) para consolidar y dinamizar el mercado del hidrógeno en Colombia, es imprescindible hablar del atractivo que tiene el hidrógeno como gas combustible y ligero, producido mayoritariamente a partir del gas natural.
Sus características lo hacen viable para la descarbonización de sectores esenciales como el del transporte, la generación de energía y la industria, lo cual lo convierte en un jugador estratégico en la revolución energética y en la transición hacia fuentes de energía más amigables con el planeta, como la eólica y la solar.
Para hablar de la clasificación del hidrógeno, en los últimos años se ha venido utilizando un código de colores según su fuente de energía y producción: hidrógeno gris, producido principalmente a partir de gas natural y carbón; hidrógeno azul, producido a partir de gas natural y carbón, con la incorporación de tecnología de captura y almacenamiento de CO2, e hidrógeno verde, es aquel que se produce a partir de Fuentes No Convencionales de Energía Renovable (FNCER), tales como la biomasa, los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos, la eólica, el calor geotérmico, la solar, los mareomotriz, entre otros.
Colombia se ha comprometido con un ambicioso objetivo de alcanzar la carbono neutralidad en el año 2050. De acuerdo con Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgas, “en el caso colombiano, gracias al amplio potencial de gas natural que se tiene en el mar Caribe y en yacimientos continentales, se puede abastecer la demanda de hidrógeno de los próximos años a un precio estable y competitivo. Si el mundo quiere desarrollar una economía global de este elemento, el papel del hidrógeno azul no puede ser subestimado. Colombia no le ha dado la espalda a esta realidad y es por eso que el año pasado el Gobierno nacional, en cabeza del Ministerio de Minas y Energía, definió La Hoja de Ruta del Hidrógeno, es decir, trazó el camino para la consolidación de la Transición Energética del país basado en el uso de esta energía”.
Sin embargo, para el desarrollo de la producción de hidrógeno y la adaptación de los sectores económicos para su uso, es indispensable hacer grandes inversiones destinadas al desarrollo de tecnología y a la creación de infraestructuras. Colombia, al igual que las principales economías mundiales, ha creado planes de inversión e incentivos para desarrollar cadenas de valor completas alrededor de la producción de hidrógeno.
Pero es necesario superar barreras como los altos costos en producción, transporte, conversión y almacenamiento frente a combustibles tradicionales; la madurez tecnológica, dado que las tecnologías conocidas no se han probado o desarrollo a escala; la eficiencia, ya que hay altas pérdidas a lo largo de la cadena; la incertidumbre regulatoria, dado que se requiere un marco regulatorio estable y de largo plazo para el desarrollo a escala, entre otros.
“Si logramos incentivar la producción de hidrógeno generado con gas natural y sus respectivas tecnologías de captura y almacenamiento de carbono; promover una demanda en vehículos pesados y en industrias, y dar seguridad jurídica a inversionistas locales y extranjeros, el país tendrá disponible hidrógeno de manera rentable y económica, que le dará competitividad industrial a Colombia, convertirá al país en líder en la Región, elevará la independencia del mercado local frente a coyunturas internacionales (como la de Ucrania), y, sobre todo, asegurará su transición energética y hará viable la descarbonización de la economía. Esta es la gran apuesta del sector empresarial”, puntualiza Murgas.