Buenos Aires — Abril fue el primer mes desde agosto de 2021 en el cual el Gobierno argentino no llegó a cubrir en el mercado de deuda local los vencimientos en pesos. Si bien es un primer dato preocupante, ya que el Ministerio de Economía busca financiar el déficit en el mercado, para no tener que emitir, también es cierto que el primer trimestre había dejado saldo a favor y en el consolidado de 2022 el Gobierno lleva un financiamiento extra de 129%.
Otro dato que surge de los resultados de las licitaciones, es que los actores de mercado le empiezan a pedir a la Secretaría de Finanzas que ofrezca letras más cortas.
En resumen, el mes cerró con un roll-over del 91%, el peor balance mensual desde que se restableció el mercado de pesos en 2020. En total quedaron sin cubrir unos $ 65.672 millones a lo largo del mes.
“Abril estuvo lejos de lo planteado en el acuerdo con el FMI, pero el financiamiento acumulado en el año sigue por encima de lo pautado”, destacó un informe del broker Facimex Valores.
La última vez que el Gobierno no había llegado a cubrir los vencimientos del mes había sido en agosto de 2021.
Acortar plazos
El mal resultado de abril es una “alerta” según la mirada del economista de Empiria, Juan Ignacio Paolicchi.
“El Gobierno intenta ofrecer títulos de mayor duración y no los logra colocar, aún ofreciendo papeles indexados, ya que el mercado empieza a tener temores con lo que puede suceder con la curva en pesos durante la próxima gestión”, añadió Paolicchi.
En ese sentido, el especialista detalló: “El mercado se anticipa y no financia más allá del 2023″.
Por su parte, el estratega de Consultatio, Tomás Ruiz Palacios, agregó que en las últimas dos semanas el mercado pasó a ponderar “un mayor riesgo” entre los activos de la curva pesos que vencen antes de la contienda electoral de 2023 y los posteriores.
“Esto queda en evidencia en la tasa forward entre el T2X3 y el TX24, los cuales son dos bonos en pesos con ajuste CER, uno con vencimiento previo antes de las elecciones y el otro después”, explicó Ruiz Palacios
Y agregó luego: “Esta tasa forward refleja qué espera el mercado que rinda el TX24 al vencimiento del T2X3, es decir, a agosto 2023; en marzo estuvo cerca del 2% y ahora se ubica cerca del 16%. Esto significa que el bono post electoral pasó a ser considerado mucho más riesgoso”.
En tanto, desde la consultora Equilibra mencionaron que en la última licitación “los instrumentos a corto plazo brillaron por su ausencia, lo que podría explicar la pobre performance de la colocación”. Según este análisis, aunque la tasa ofrecida sigue creciendo (120 básicos en esta última ocasión), la aceleración de la nominalidad y la “incertidumbre más allá de las elecciones” concentran la demanda en títulos de corto plazo y con cobertura inflacionaria.
Deuda indexada
Muchos de los economistas vienen advirtiendo que la enorme mayoría de la deuda en pesos que viene emitiendo el Gobierno está indexada a la inflación, por lo cual no puede licuarse.
Según estimaciones del director de la consultora Invecq, Tomás Bulat, la deuda que ajusta por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) representaba hasta la semana pasada un 14% del PBI, “el doble de lo que significaba al comienzo de esta gestión”.
“Los títulos CER explican 100% del financiamiento neto y buena parte del roll over de la deuda en pesos y de la deuda indexada por tipo de cambio nominal”, indicó el director de la Consultora Ledesma, Gabriel Caamaño Gómez.
Mientras tanto, un informe la Quantum Finanzas, la consultora que dirige el exsecretario de Finanzas, Daniel Marx, destacó que como las tasas de interés en pesos siguen siendo negativas en términos reales y prevalece la idea que en el corto plazo la oferta de divisas en esta parte del año jugará a favor de la estabilidad del tipo de cambio oficial, los títulos ajustables por CER -o para minoristas los plazos fijos ajustables por UVA- se convirtieron en la alternativa predilecta.
“Sin embargo, están muy concentrados en el corto plazo”, indica el estudio.
Lo que viene
En mayo vencen más de $900.000 millones. “Si el resultado vuelve a ser negativo, se sentirá en los dólares financieros”, advierte Equilibra.
Cabe señalar que en 2021 el Gobierno realizó cambios normativos para poder ampliar el endeudamiento y bajar la necesidad de la emisión monetaria. El cambio más importante fue permitir que los bancos contabilicen como encajes remunerados instrumentos soberanos emitidos por el Tesoro.
“Si bien una parte importante de la deuda ajustable por CER está en manos del propio sector público, refinanciar los vencimientos en poder del sector privado -directa o indirectamente- puede requerir una nueva revisión de las condiciones de emisión de licitaciones futuras, sobre todo porque el financiamiento del BCRA al Tesoro para cubrir sus necesidades financieras está limitado a $700 mil millones en 2022, dado el acuerdo con el FMI”, alerta el informe de Quantum.
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