Bloomberg — Una venta generalizada en China se extiende a los mercados emergentes, amenazando con apagar el crecimiento y arrastrar todo, desde las acciones hasta las divisas y los bonos.
Los nuevos brotes de Covid-19 (y la estricta política del gobierno para contenerlos) están asustando a los inversores mundiales, que temen que los paros de actividades en China se repitan en todo el mundo, reduciendo la demanda e interrumpiendo las cadenas de suministro. Esto les empuja a vender no sólo la moneda, los bonos y las acciones de China, sino también activos de cualquier país en desarrollo que dependa en gran medida del comercio con la segunda mayor economía del mundo.
El resultado es la mayor caída de los mercados emergentes en dos años, no muy diferente del colapso de 2015, cuando los problemas de China provocaron un descenso de sus bonos y divisas, además de eliminar US$2 billones de valor de las acciones. Desde entonces, la influencia del país en la economía mundial no ha hecho más que crecer: ahora es el mayor comprador de materias primas, lo que significa que su caída puede afectar más que nunca a los exportadores de materias primas y a sus mercados.
“Dada la importancia de China en las cadenas de suministro mundiales y su importancia para las perspectivas de crecimiento global, nuevas decepciones en el crecimiento de la nación pueden llevar a un mayor riesgo de contagio”, escribieron en un correo electrónico Johnny Chen y Clifford Lau, gestores de dinero de William Blair Investment Management en Singapur. “Vemos que los países con altos vínculos comerciales con China son los más vulnerables”.
Cuando ejércitos de agentes vestidos de blanco descendieron a Shanghái y Pekín a finales de abril para supervisar las pruebas obligatorias de millones de personas, el yuan offshore (cotización de la divisa fuera del país) se hundió en su peor pérdida mensual en al menos 12 años. El índice MSCI de divisas de mercados emergentes, con una ponderación de casi el 30% para la divisa china, cayó en paralelo. La correlación de 30 días del yuan con (CNY) el índice aumentó hasta el nivel más fuerte desde septiembre, lo que subraya la influencia de la moneda en la venta de los mercados emergentes. Luego de que Shanghái informara de las primeras muertes desde el último brote, el pánico se extendió a los bonos y a la renta variable.
La magnitud de las pérdidas llevó a las autoridades chinas a intervenir y asegurar a los mercados que apoyarán la recuperación económica e impulsarán el gasto en infraestructuras. También se mostraron dispuestas a resolver los problemas de regulación en el sector tecnológico. Estas promesas calmaron los nervios de los inversores, aunque las autoridades no abandonaron la severa política de Cero Covid-19 que había desatado el pánico en primer lugar. Aunque en el último día de negociación de abril se produjo un repunte del yuan, la mayoría de los analistas esperan que la moneda reanude su caída.
El yuan offshore bajó un 0,5% hasta los 6,6726 por dólar a las 6:43 a.m. en Nueva York, prolongando una caída mensual que fue la mayor en más de una década. Los mercados locales de China están cerrados por vacaciones.
El objetivo de crecimiento del 5,5% fijado por Pekín para 2022 está ahora en entredicho, lo que ha llevado a los analistas, desde Standard Chartered Plc (STAN) hasta HSBC Holdings Plc (HSBC), a predecir pérdidas de divisas en los próximos tres meses. Eso, a su vez, podría reducir las tasas de crecimiento en países como Sudáfrica y Brasil, justo cuando también se ven sacudidos por el aumento de los rendimientos en Estados Unidos, la espiral inflacionista y la guerra en Ucrania.
“Si la economía china se ralentiza significativamente, las divisas de los mercados emergentes, así como el yuan, podrían experimentar un periodo de elevada y persistente volatilidad”, dijo Brendan McKenna, estratega de divisas de Wells Fargo Securities (WFC) en Nueva York.
Problemas con las materias primas
El rand (ZAR) borró en dos semanas las ganancias de cuatro meses, mientras que el real brasileño (BRL), el peso colombiano (COP) y el peso chileno (CLP) registraron algunos de los descensos más pronunciados entre sus pares. Las pérdidas en el mercado de divisas se dispararon, coronando el peor resultado desde noviembre.
Los gestores monetarios no tardaron en rebajar sus perspectivas monetarias para los mercados emergentes. HSBC recortó sus previsiones para nueve divisas asiáticas, citando los problemas económicos de China. TD Securities y Neuberger Berman afirmaron que el won (KRW) de Corea del Sur y el dólar de Taiwán sufrirán una mayor presión.
“Seguimos manteniendo una postura cauta con respecto a las divisas asiáticas, y esperamos más volatilidad hasta el momento en que se disipen algunas de estas preocupaciones sobre el crecimiento”, dijo Prashant Singh, gestor senior de carteras de deuda de mercados emergentes de Neuberger Berman en Singapur.
Activos se hunden
Las pérdidas de divisas también están impulsando una venta de bonos locales, que se hundieron en el peor primer cuatrimestre de un año registrado, ya que el rendimiento sólo en abril fue el peor desde el pico de la pandemia en marzo de 2020. El principal lastre fue de nuevo China, con un peso del 41% en el índice Bloomberg para esta clase de activos. Los bonos del país registraron el mayor retroceso mensual desde la crisis financiera de 2008, al tiempo que provocaron pérdidas de dos dígitos en países tan variados como Sudáfrica, Polonia y Chile.
La renta variable tampoco se salvó. La caída de las acciones tecnológicas chinas que cotizan en Hong Kong tuvo su eco a medio mundo de distancia en Johannesburgo. Naspers Ltd. (NPN), que posee el 28,8% de Tencent Holdings (0700), se desplomó a su nivel más bajo en cinco años. Un desplome de tres semanas, alimentado en parte por el pánico a los casos de Covid-19 en China, y en parte por el aumento de los rendimientos en Estados Unidos, llevó a las acciones de los mercados emergentes a borrar US$2,7 billones en valor de mercado.
La actividad económica de China se contrajo bruscamente en abril, ya que el cierre de Shanghái intensificó la preocupación por una mayor perturbación de las cadenas de suministro mundiales. La actividad de las fábricas cayó al nivel más bajo en más de dos años, con el PMI manufacturero oficial en 47,4 desde los 49,5 de marzo, según datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas el sábado.
“La desaceleración de China agravará las difíciles perspectivas de las economías emergentes, que se enfrentan a la subida de los precios de la energía y al endurecimiento de la política monetaria de los principales bancos centrales”, dijo Mansoor Mohi-uddin, economista jefe del Bank of Singapore Ltd. (O39)
Estos son los principales aspectos a tener en cuenta en los mercados emergentes durante la próxima semana:
- Corea del Sur, Tailandia y Taiwán publicarán los más recientes datos sobre la inflación de abril, ya que el crecimiento de los precios en marzo ha alcanzado un máximo de casi una década en las tres economías.
- La encuesta de PMI de Rusia será uno de los primeros atisbos de actividad en abril, el segundo mes completo de la guerra del presidente Vladimir Putin contra Ucrania
- Los inversores en bonos estarán atentos a los pagos de los cupones en dólares, ya que el reloj está en marcha para el período de gracia de 30 días del país, que termina el 4 de mayo
- La inflación en Turquía aumentará hasta el 65% en abril, la más alta desde 2002, pero es poco probable que provoque una respuesta de un banco central políticamente limitado
- En Brasil, lo más destacado es la próxima reunión de política monetaria, en la que la curva de rendimiento muestra que los inversores creen que el banco central cumplirá su promesa de aumentar el tipo de interés oficial en 100 puntos básicos.
- En Chile, es probable que el banco central continúe su ciclo de endurecimiento a un ritmo más moderado y aumente la tasa de interés de referencia hasta el 8%.
-Con la asistencia de Amelia Pollard y Karl Lester M. Yap.
Este artículo fue traducido por Andrea González