Bloomberg — El gobierno del canciller alemán Olaf Scholz está dando marcha atrás en su agenda del Grupo de los Siete para impulsar a nivel mundial una salida más rápida del carbón.
Steffen Hebestreit, el principal portavoz del canciller, dijo que la guerra de Rusia en Ucrania arroja dudas sobre la practicidad de pedir a los países más ricos del mundo que dejen de usar carbón. Alemania es el actual titular de la presidencia rotatoria de las naciones del G-7, que han tomado la iniciativa en la búsqueda de sanciones contra Rusia.
A pesar de la presión política para terminar con el uso del combustible fósil más sucio, se espera que la generación de carbón aumente un 9% con respecto al año pasado, según la Agencia Internacional de Energía. Eso está impulsado por la recuperación económica de la pandemia, mientras que los países también se esfuerzan por encontrar fuentes alternativas a los combustibles fósiles rusos.
Alemania, que ha prohibido las plantas nucleares y Japón, donde la generación atómica es solo una fracción de lo que alguna vez fue, tienen menos opciones que otros. Y así, en Alemania, las centrales eléctricas de carbón que una vez fueron desmanteladas ahora se están considerando para una segunda vida.
La “presidencia del G-7 de Alemania se lleva a cabo en una situación política internacional que ha cambiado claramente después del ataque de Rusia a Ucrania y su impacto en el suministro de energía”, dijo Hebestreit en respuesta a las preguntas del miércoles.
“Es cuestionable si este tema se abordará directamente en esta fase aguda en la que estamos trabajando para ser más independientes del petróleo y el gas”, dijo.
Como líder del G-7, el gobierno alemán había dicho anteriormente que sus prioridades incluyen esfuerzos para acelerar la eliminación global del carbón. Los ministros hicieron circular un borrador de propuesta, pidiendo a los países que detuvieran las centrales eléctricas de carbón para 2030, según el periódico Asahi de Japón el martes.
Los funcionarios alemanes presentaron el borrador de la propuesta en una reunión preparatoria, antes de la próxima cumbre del G-7 sobre medio ambiente, clima y energía. Pero eso provocó el rechazo del gobierno de Japón, que dijo que continuaría reduciendo el uso de carbón en el hogar, al tiempo que reconocía sus necesidades de seguridad energética.
Si bien Japón ha dicho que seguirá a los países del G-7 en la prohibición del carbón ruso, el país ha dicho que será un objetivo a más largo plazo para el país pobre en recursos. Rusia suministra a Japón el 13% de su carbón para la generación de energía, conocido como carbón térmico, y el 8% del carbón utilizado en la fabricación de acero.
Este artículo fue traducido por Miriam Salazar