Trabajo informal: el talón de Aquiles de la pobreza multidimensional en Colombia

Aunque el indicador cayó en 2021 y logró ser el más bajo en 10 años, aún hay muchas tareas pendientes para que los colombianos puedan vivir en buenas condiciones

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Bogotá — En 2021 la pobreza multidimensional fue de 16% en el total nacional, lo que representó una caída frente a los niveles vistos tanto en 2020 (18,1%) como en 2019 (17,5%), algo que no sucedió con la pobreza monetaria. Sin embargo, la pobreza multidimensional del 2021 fue la más baja en 10 años, dijo el Dane.

Antes de entrar en otros detalles es importante tener claro que a diferencia de la pobreza monetaria que a grandes rasgos revisa cuántos colombianos tienen los ingresos mínimos para vivir con lo básico al mes, la multidimensional pregunta sobre las condiciones en las que viven los ciudadanos a través de cinco dimensiones: condiciones educativas del hogar, condiciones de la vivienda y servicios públicos, condiciones de la niñez y adolescencia, salud y trabajo.

Aunque la pobreza multidimensional estudia cinco grandes dimensiones, estas están compuestas de 15 indicadores. Según los datos del Dane, en 2021 el trabajo informal fue el que más impactó a los hogares con una proporción de 73,5% en el total nacional. A este le siguió el bajo logro educativo (40,8%) y el rezago escolar (24,9%).

Respecto a las cabeceras municipales y los centros poblados, el Dane dijo que la proporción de hogares impactados en la pobreza multidimensional por el trabajo informal fue de 68,6% y 90,8%, respectivamente.

De acuerdo con los datos de la entidad estadística, en el último trimestre de 2021 la informalidad laboral bordeó el 50% en las 23 principales ciudades del país y sus áreas metropolitanas.

¿Cómo aumentar el empleo formal en Colombia?

Para Mario Valencia, director de la organización Conexión Análisis y docente del CESA, “la formalización laboral es una meta que depende en gran medida de la formalización empresarial. El problema del rebusque es que hay muy pocas empresas empleadoras en el país. Aproximadamente unas dos terceras partes de las empresas colombianas solo ocupan a quien las creó”.

Por lo anterior, dice Valencia, “si hacemos más atractivo al país para la inversión empresarial, especialmente en actividades que demandan trabajo más capacitado, podemos tener empleos con mayor estabilidad y mejores ingresos”.

Desde la visión de Maribel Castillo, docente de la Universidad del Valle, la formalidad laboral debe ir atada a la formación para el trabajo en donde las empresas, el sector público y la academia se pongan de acuerdo en unos intereses regionales para impulsar ciertos programas que aporten a impulsar los empleos que se están requiriendo.

Según Lya Sierra, directora del departamento de Economía de la Universidad Javeriana de Cali, el trabajo informal es un problema estructural, por lo que es muy difícil resolverlo de forma rápida. De acuerdo con el informe de la Misión de Empleo “una parte de la informalidad viene explicada por fallas en la regulación del mercado laboral y en deficiencias en el diseño del sistema contributivo de seguridad social. Es por esto que no basta con que el país crezca, sino que se requiere un cambio estructural en la regulación”.

Por último Camilo Durán, economista senior de Credicorp Capital, comentó que hay que trabajar principalmente en tres aspectos: reducir los costos laborales no salariales para que la contratación formal no sea tan costosa, hacer los trámites regulatorios y de relación empresa-Estado más fáciles e impulsar al sector privado para que puedan invertir más, crecer y contratar a más personal.