Bloomberg — Codelco, el mayor proveedor de cobre del mundo, experimentó en el primer trimestre una disminución en su producción del 6% respecto al año anterior a 364.000 toneladas, lo que lo suma a la lista de productores mundiales de metales que luchan por satisfacer la creciente demanda de materias primas.
El gigante estatal de Chile experimentó una disminución en la producción principalmente en sus minas Salvador, Ministro Hales, Chuquicamata y Teniente, que en total representaron una caída de 45.000 toneladas, dijo este viernes en un comunicado la empresa con sede en Santiago.
Algunos de los mayores productores de metales del mundo, desde Glencore Plc hasta Anglo American Plc, han entregado informes de producción trimestrales decepcionantes en medio de desafíos operativos que incluyen el covid-19 y el clima extremo, con costos que aumentan considerablemente a medida que la invasión de Rusia a Ucrania y los confinamientos de China exacerban las interrupciones en la cadena de suministro. En Chile, las minas se han visto afectadas por la disminución de la calidad del mineral y, en algunos casos, por restricciones de agua.
Si bien la perspectiva de la demanda a corto plazo también se ha atenuado, los precios de la mayoría de los metales clave aún se encuentran en niveles históricamente altos, en tanto que los inventarios de los almacenes en general siguen siendo bajos. Las perspectivas de demanda a más largo plazo de metales para baterías como el cobre siguen siendo brillantes debido a un impulso global hacia una energía más verde.
“No estamos en condiciones de declarar todavía que estemos en un superciclo, pero lo que sí sabemos es que la electrificación y la transición energética del mundo es una tendencia que se va a sostener como consecuencia de la realidad del cambio climático y el calentamiento global”, dijo este viernes Máximo Pacheco, presidente de Codelco.
Pacheco habló después de su primera reunión como presidente del directorio del gigante estatal que busca lograr un equilibrio entre entregar ganancias para ayudar a financiar el gasto social conteniendo la deuda que supera los US$18.000 millones y avanzando en los proyectos necesarios para evitar una caída en la producción en las minas envejecidas.
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