Campeón de tenis Boris Becker condenado a prisión por deshonestidad en bancarrota

La sentencia culmina una notable caída en desgracia del ganador más joven de la historia de los singles masculinos en Wimbledon

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Bloomberg — El campeón de tenis Boris Becker fue sentenciado a dos años y medio de prisión por un tribunal de Londres luego de ser declarado culpable de ignorar deliberadamente los términos de su acuerdo de bancarrota.

Becker, tres veces ganador de Wimbledon, fue acusado de colocar fondos “deliberada y deshonestamente” fuera del alcance de sus acreedores. Becker, quien se declaró en bancarrota en 2017 con deudas de más de $40 millones de libras (US$50,3 millones), dijo anteriormente que las ganancias de su carrera se agotaron en su divorcio, así como en “costosos compromisos de estilo de vida”.

La jueza Deborah Taylor dijo que Becker había perdido su carrera y su reputación.

No ha mostrado remordimiento o aceptación de su culpa”, dijo Taylor. “Si bien acepto que usted pudo haber sentido humillación durante este proceso, no ha habido humildad”.

La sentencia culmina una notable caída en desgracia del ganador más joven de la historia de los singles masculinos en Wimbledon y ex número uno del mundo. Becker, de 54 años, fue condenado por un jurado de Londres por cuatro delitos, incluida la extracción de cientos de miles de euros en efectivo de cuentas empresariales, así como de ocultar un préstamo bancario del patrimonio de la quiebra. Los fiscales lo llamaron un “abuso de confianza”.

Un abogado de Becker dijo que la estrella de tenis fue absuelta de la gran mayoría de los cargos. Los fondos se transfirieron para pagos de manutención infantil y para pagar los gastos de su hogar.

Jonathan Laidlaw había pedido una sentencia suspendida de dos años de prisión, diciendo que no había evidencia de fraude ni de planificación financiera sofisticada. Los “asuntos financieros de Becker eran un desastre y caóticos”.

“Literalmente Boris Becker no tiene nada. Y no hay nada que mostrar de lo que fue la más brillante de las carreras deportivas”, dijo Laidlaw, calificándola como la “más pública de las humillaciones”.

Este artículo fue traducido por Miriam Salazar