Bloomberg — Los presidentes de Estados Unidos y México, Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador, sostuvieron una conversación “constructiva” sobre los esfuerzos para detener el flujo de migrantes hacia la frontera sur de EE.UU., dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
“El tono de la llamada fue muy constructivo”, dijo Psaki a los periodistas el viernes después de la reunión virtual, que duró aproximadamente una hora. “Han sido un socio importante y esperamos que lo sigan siendo”.
López Obrador, en un tuit, calificó la conversación de “cordial”.
En los cinco meses transcurridos desde la última vez que Biden y López Obrador hablaron, las tensiones entre EE.UU. y México se han intensificado por la migración, la energía y la invasión de Rusia a Ucrania.
Un aumento en la migración se ha convertido en un tema particularmente espinoso para Biden, ya que su administración planea permitir que una orden de la era Trump que permitía que los migrantes fueran expulsados rápidamente sin escuchar las solicitudes de asilo expire el 23 de mayo.
Los republicanos y algunos demócratas han criticado la decisión de Biden, creando otro dolor de cabeza para su partido antes de las elecciones intermedias de noviembre.
Los funcionarios estadounidenses esperan que México se una a una coalición de naciones que imponen sanciones a Rusia, dijo un alto funcionario de la administración.
La crítica poco entusiasta del líder mexicano a Rusia ha hecho mella en lo que Biden ha llamado una ola casi unánime de apoyo de EE.UU. y sus aliados a Kiev.
Si bien AMLO, como se conoce al presidente mexicano, ha condenado la invasión de Moscú, se ha negado a aprobar sanciones destinadas a debilitar el esfuerzo bélico del presidente Vladimir Putin.
Cuando se le preguntó si Biden logró algún avance para lograr que AMLO adopte una línea más dura con Putin, Psaki dijo que EE.UU. “siempre alentará a cualquier líder a tomar medidas adicionales para apoyar a los ucranianos”, pero dijo que los funcionarios mexicanos “hablarán por sí mismos en ese frente”.
México también es una de las 58 naciones que se abstuvieron en una votación que suspendió a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU a principios de este mes.
La sesión se realizó en preparación para la Cumbre de las Américas, que tendrá lugar en junio en Los Ángeles. López Obrador dijo en su tuit que el canciller Marcelo Ebrard visitará Washington el lunes para avanzar en la cooperación en la cumbre.
La cantidad de migrantes detenidos en la frontera entre EE.UU. y México ha seguido aumentando y se esperan aún más si la administración sigue adelante con su plan para levantar la política de la era Trump, conocida como Título 42.
Un juez federal emitió esta semana una orden de restricción temporal que bloquea la expiración del Título 42 durante 14 días y señaló su intención de evitar que la administración ponga fin a la política.
Los agentes fronterizos tuvieron más de 221.000 encuentros con migrantes en la frontera suroeste en marzo, el total mensual más alto en aproximadamente dos décadas.
Las economías en dificultades, los desastres naturales y la violencia relacionada con las pandillas han llevado a más centroamericanos a migrar al norte en los últimos años. Esas tendencias se han acelerado a medida que la pandemia ha exacerbado las condiciones en El Salvador, Guatemala y Honduras.
Los republicanos han dicho que el objetivo de Biden de crear un sistema de inmigración estadounidense más acogedor ha llevado al aumento de los encuentros con inmigrantes, una afirmación que la Casa Blanca niega.
Sin embargo, los demócratas vulnerables también advirtieron que el plan de la administración para poner fin al Título 42 provocará una crisis en la frontera.
El Departamento de Seguridad Nacional dijo que tiene un plan para retener hasta 18.000 migrantes en la frontera, mientras usa penas más altas para disuadir a los que cruzan la frontera repetidamente.
Pero un alto funcionario de la administración dijo que también necesitaría la cooperación de las autoridades mexicanas para manejar un aumento en los cruces si se levantan los controles fronterizos.
La administración de Biden también ha estado en desacuerdo con el gobierno de AMLO por sus esfuerzos para impulsar el control estatal del sector eléctrico de México.
Los funcionarios estadounidenses han expresado su preocupación por esas medidas, que, según dicen, podrían frenar el crecimiento de la energía limpia y desplazar la inversión extranjera.
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